Este artículo se publicó hace 5 años.
Nueva vida para las Tres Chimeneas del Besòs
Por El Quinze
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La costa de la comarca del Barcelonès cuenta desde hace décadas con un símbolo inconfundible que da carácter a su skyline, aunque raramente aparezca en Instagram acompañado de filtros o muchos hashtags. Las Tres Chimeneas de la antigua central térmica de Sant Adrià de Besòs se levantan encajonadas entre las vías del tren que discurren en paralelo a la costa, el puerto de Badalona y la desembocadura del río Besòs. Las tres construcciones más altas de Catalunya carecen del glamur o la modernidad de la Sagrada Familia, la Torre Agbar o el W –más conocido como Hotel Vela–. Al menos de momento. Porque, de un tiempo a esta parte, sociedad civil y Administraciones están inmersas en un proceso que ha de convertir este vestigio industrial en un polo de atracción e innovación.
Proceso participativo
La amalgama de posibilidades que ofrecía este terreno era tan grande que las Administraciones locales se sabían incapaces de gestionarlo de forma independiente, así que se dieron la mano con la Generalitat. La Conselleria de Territori, junto con el Consorci del Besòs –que agrupa Badalona, Sant Adrià, Santa Coloma de Gramenet, Barcelona y Montcada–, lidera la elaboración del Plan Director Urbanístico (PDU), un sólido documento especial que tiene que poner las bases de aquello en lo que debería convertirse el frente litoral, y que en los últimos meses ha finalizado su segundo proceso participativo.
El debate se ha llevado a cabo en distintas sesiones temáticas, alrededor de un borrador inicial propuesto por la Conselleria y que ya trazaba algunas ideas maestras. Cerca del 20% del total del terreno –de 300.000 metros cuadrados– tendría aprovechamiento urbanístico. El techo edificable superaría esos 300.000 m2: unos 154.000 serían para uso residencial mixto –que incluiría actividad económica– y otros 170.000 para uso comercial, oficinas y actividad hotelera. En suma, unos 1.700 pisos, además de industrias, oficinas y hoteles. He ahí la base sobre la que empezaban a construir la idea inicial los participantes hace unos meses.
La edificabilidad es con mucho la cuestión que despierta más controversia entre ciertos sectores políticos y de la sociedad civil, que ven excesivas las cifras de urbanización y la altura de los bloques proyectados. Es el caso de la Plataforma de Conservación de las Tres Chimeneas, que ya criticó este extremo antes del proceso participativo. A la postre, la Generalitat se ha comprometido a "estudiar vías para rebajar la edificabilidad sin poner en peligro la viabilidad económica" del planeamiento de la zona, así como a colocar el tope máximo de altura en unos 30 metros. Lejos de las peticiones de colectivos como la propia plataforma o Els Verds de Badalona –que piden una zona completamente verde–, la Generalitat ya ha avanzado que descarta la expropiación pública. Y es que más de la mitad del terreno pertenece a Endesa y al Banco Santander, ahora unidas bajo el paraguas de una sociedad inmobiliaria, Front Marítim del Besòs.
En lo que también ha tomado distintos compromisos la Administración tras el proceso de participación es en lo relativo a los usos de las Tres Chimeneas y su sala de turbinas. "La Generalitat ha admitido parcialmente nuestra petición de definir los usos de la térmica antes de plantear urbanísticamente el entorno. Y como mínimo se harán ambas cosas en paralelo", cuenta Roger Hoyos, de la entidad que vela por la conservación de las chimeneas. En ese sentido, Territori ya ha avanzado que priorizará la investigación y la cultura como ejes imprescindibles de los usos que se les vaya a dar a estos edificios, y que queda descartada la actividad de ocio o recreo nocturno.
Del 22@ a las Tres Chimeneas
En la dirección de atraer innovación y conocimiento a la antigua térmica, el Consorci del Besòs ha firmado recientemente un convenio con la Fundació Barcelona Institute of Technology (Bit) Habitat para buscar oportunidades de actividad y usos para las Tres Chimeneas, siempre alrededor de la sostenibilidad y la investigación. Así, uno de los actores más importantes del distrito del 22@ del Poblenou se involucrará en un proyecto que quiere respirar un aire de evolución y de polo tecnológico parecido al del antiguo barrio industrial barcelonés. Bit llevará a cabo seminarios y grupos de trabajo, y valorará técnica y económicamente las iniciativas inversoras y de proyectos que el Consorci del Besòs pueda recibir, además de participar en su búsqueda de manera activa. La fundación se sube al barco del frente litoral por lo menos para dos años, con opción a dos más de prórroga, que es el margen de tiempo que se dan las Administraciones para elaborar un documento director y hallar candidatos para devolverle la vida a las torres y a la sala de turbinas.
Hace unos días, tras conocer los compromisos de la Generalitat posteriores al proceso participativo, los plenos de Sant Adrià y Badalona –el 20% del sector está en territorio de esta otra ciudad– debatieron el avance del Plan Director Urbanístico. Fue el paso previo a que Territori empiece a redactar un documento para la aprobación inicial del PDU, y que, por cierto, no salió por la puerta grande de ninguno de los dos consistorios: en Badalona fue aprobado por mayoría simple, y en Sant Adrià solo prosperaron dos de los tres puntos. Tanto varias formaciones políticas como algunas entidades ecologistas consideran que la propuesta, de un calado enorme, no tiene el consenso suficiente para seguir adelante, y que el proceso participativo llevado a cabo no ha sido todo lo abierto que debería haber sido.
El alcalde de Sant Adrià, Joan Callau (PSC), no opina lo mismo: "Estamos satisfechos con el proceso participativo y la adhesión que ha cosechado. Es cierto que no se pudo aprobar uno de los tres puntos, referente al modelo del entorno. Pero el que consideramos más importante, enviar a Territori las propuestas recogidas en el proceso, sí; con lo que la redacción del PDU seguirá avanzando". "Este proyecto es de vital importancia para Badalona y para el área metropolitana. Como ciudad necesitamos priorizar la actividad económica y dotar a la zona de equipamientos, además de coser y comunicar el territorio con transporte público, trasladar el colector, ampliar el paseo marítimo y la playa y descontaminar el suelo industrial de la zona", destaca por su parte el concejal de Urbanismo badalonés, Rubén Guijarro (PSC).
La Mora, supeditado a las chimeneas
A los pies de los tres colosos, símbolo ahora de un pasado industrial, algunos centenares de vecinos del entorno pasan sus días esperando a que los planes y las promesas se hagan realidad. El barrio de la Mora de Badalona, la zona habitada más cercana a la antigua central, se encuentra entre las chimeneas, el puerto y el futuro canal de Badalona. Anclados entre proyectos lentos y dilatados, esperan con ansia el desarrollo del frente litoral del Barcelonès Nord. "Solo queremos que el proyecto no se pare y que hagan algo lo antes posible", reclama Laura Cillero, miembro de la asociación de vecinos.
La Mora, que en su día se vendió como un barrio de alto standing por los futuros proyectos que lo iban a rodear, es a día de hoy uno de los barrios badaloneses con menos servicios y transporte público, y uno de los que despiertan más quejas y reclamaciones entre los vecinos. En los últimos dos años han sufrido la ruptura del colector de la ciudad, lo que obligó a cerrar la playa que tienen justo delante, y también han visto cómo era preciso vallar todo un espacio por contaminación industrial en su suelo.
Se trata en muchos casos de problemas que solo se resolverán cuando se asuma el desarrollo del sector. "Llevamos sufriendo muchos años de retraso y todos los problemas que nos rodean están conectados", recuerda Cillero. Lo único que sí que tienen claro los vecinos es que no quieren que el frente litoral sea exclusivamente una zona verde: "Se convertiría en una zona de botellón e incivismo; por eso queremos pisos, actividad comercial, industria... Que se rentabilice y se dé vida a la zona", añade.
UN SOLAR GIGANTE PARA EQUIPAMIENTOS
En desuso desde que cesó su actividad energética en 2008, este conjunto industrial ubicado en la orilla izquierda del Besós se declaró Bien Cultural de Interés Local para evitar su hipotético derribo por parte de Endesa, la empresa propietaria. Se comenzó entonces a debatir qué hacer con las más de 30 hectáreas que rodean las Tres Chimeneas. No en vano es el terreno metropolitano sin desarrollar más grande de Catalunya. Es un espacio bien comunicado, que cuenta en su entorno con equipamientos, como los puertos del Fòrum y Badalona; algunas infraestructuras vinculadas a la energía
y los residuos; el parque fluvial del Besòs, y el polígono industrial El Sot.