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José Manuel Zapico: "No se puede cerrar primero y generar alternativas después"
Por Pablo Batalla
Periodista
-Actualizado a
José Manuel Zapico (Sama de Langreo, 1977) valora con pesimismo la situación actual de las cuencas, pasto —lamenta— de una falta de planificación y coordinación en lo que respecta a su reconversión.
¿Qué valoración hace de la situación actual de las comarcas mineras asturianas?
Aún no han encontrado su sitio en el siglo XXI. La reconversión industrial generó paro, precariedad y desigualdad y a ello se le han sumado, como nuevos castigos, la crisis financiera de 2008, la pandemia y, ahora, la inflación, que actúan sobre un territorio en el que sigue sin haber un tejido económico que haya sustituido a la minería. En ese escenario, la disyuntiva que se le presenta a la gente joven —que está muy preparada como fruto de que las movilizaciones lograran aguantar las rentas de las familias— es, o la precariedad, o la emigración.
¿Cuál fue el gran problema de la reconversión?
Hubo una falta de planificación y de coordinación tremenda. Se hicieron cierres y despidos antes de generar alternativas. Aquí, el orden de los factores sí altera el producto. Hubo también falta de control y de una visión a medio-largo plazo de cómo tenía que ser la Asturias del siglo XXI.
Se habla ahora de reconversión verde. ¿Es un nuevo eslogan bonito para enmascarar un desmantelamiento sin contrapartidas?
De momento, en las comarcas mineras, la transición energética justa es una quimera; es publicidad engañosa. Hay cierres y despidos, pero no se ve una nueva actividad económica que sustituya a ese tejido que desaparece. En este escenario, Asturias puede apostar por otras actividades económicas. Hay márgenes para hacer las cosas bien. Estoy pensando en todo lo relacionado con la fabricación de componentes vinculados a las energías renovables. O en nuestros astilleros, que son punteros. Un 40% de nuestro territorio está sujeto a protección medioambiental, y en eso, en sí mismo, hay riqueza; es algo que podría ponerse en valor. Pero insisto en la idea de que no se puede cerrar primero y generar alternativas después. Ese sigue siendo el gran error en el que se incurre.