El presidente del PP, Mariano Rajoy, aprovechó ayer su intervención en un acto en Madrid contra la subida del IVA para valorar el escenario creado después de que el viernes el Tribunal Constitucional (TC) no lograra, por quinta vez, llegar a un acuerdo sobre el recurso presentado por su partido contra el Estatut. A su juicio, ahora no toca una renovación de los integrantes del tribunal, tal y como solicitan los partidos catalanes. Porque 'sería poner un torpedo en la línea de flotación ' de la institución que, además, 'liquidaría su futuro'.

Con estas palabras, Rajoy daba respuesta a las llamadas de renovación del alto tribunal realizadas por el presidente de la Generalitat, José Montilla, que un día antes se lamentaba de que el líder del principal partido de la oposición no contestara al teléfono. Para el dirigente conservador, 'cambiar ahora, en mitad del partido, cuando llevan tres años y medio largos debatiendo, a los miembros del TC [...] dañaría para siempre el crédito y la reputación' de la institución. Para Rajoy 'no es aceptable que se cambie las reglas del juego cuando a alguien no les guste'. Ayer, por fin, Montilla admitió que ya había podido comunicarse con Rajoy. A tenor de sus palabras en el acto en Madrid, el líder del PP no parece muy dispuesto a reflexionar sobre la propuesta del presidente de la Generalitat.

Tras criticar que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no diga 'nada' sobre las iniciativas que apuestan por una renovación de los miembros del tribunal, Rajoy insistió en que la forma de elegir a los miembros del TC fue decidida por 'los españoles y los partidos políticos'.

El presidente del PP reconoció que le gustaría que el TC hubiera resuelto antes y mantuvo que su partido respetará, 'como siempre lo ha hecho, la sentencia de los tribunales y su independencia'. Algo, que también espera del resto de fuerzas políticas puesto que, a su entender, esto es 'lo justo, lo sensato y lo democrático'.

En los años que el alto tribunal lleva con la sentencia sobre la mesa, los conservadores han luchado por fraguar una mayoría a su favor a través de recusaciones del miembros del alto tribunal.

Para Rajoy, gran parte de la situación actual del TC tiene que ver con la actitud de Zapatero. 'Hizo una ley para prorrogar el mandato de la presidenta del TC. Se negó en junio de 2008 a renovar el TC. Yo se lo pedí y le planteamos los nombres, él los vetó y no nos dio ninguna posibilidad de hablar de ninguno más. Ahora él recoge las consecuencias de sus errores y de su actitud', consideró. Además, culpó al presidente del Gobierno de estar provocando 'una grave crisis institucional'. En abril de 2008, el Constitucional avaló la ley que permitía a María Emilia Casas continuar como presidenta de la institución.

En el mismo tono de reproche, Rajoy acusó a Zapatero de haber engañado a los catalanes 'cuando dijo que aceptaría cualquier Estatuto que allí se aprobara porque lo cambió él en la Moncloa, exclusivamente y con un dirigente político'.

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, atribuyó al Gobierno 'ese lío tremendo' del Estatut.