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El Gobierno intenta calmar a Rabat

Cientos de personas se manifestaron anoche en el consulado español de Tetuán en protesta por la visita de los reyes que comienza hoy a las ciudades de Ceuta y Melilla.

LUIS CALVO

El Gobierno sigue en su empeño de minimizar los efectos de la crisis que la visita de los reyes hoy y mañana a Ceuta y Melilla ha desatado en Marruecos. Ayer fue el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el encargado de intentar suavizar el incidente diplomático que enfrenta a los dos países.

Igual que otros miembros del Ejecutivo, restó importancia a la polémica y volvió a remarcar que el viaje es una visita oficial . Moratinos reconoció que 'sobre Ceuta y Melilla, España y Marruecos tienen posiciones divergentes' pero se mostró confiado en que 'el buen nivel que existe ahora mismo en las relaciones entre España y Marruecos nos va a permitir superar esas sensibilidades'.

En Marruecos, mientras, la tensión sigue subiendo. Ayer, una manifestación se congregó frente al consulado español de Tetuan entre gritos contra el 'Estado español colonizador'. Los manifestantes portaban fotos de Mohamed VI y carteles en los que se podía leer 'Rey Juan Carlos, fuera de Ceuta y de Melilla'.

Hoy, coincidiendo con el primer día de visita de los reyes, la Cámara de Representantes de Parlamento marroquí celebra una sesión monográfica en la que se abordará la polémica visita real. Además, los ministros de Exteriores español y marroquí se verán las caras en la conferencia Euromediterránea que se celebra a partir de hoy en Lisboa. El ministro marroquí, Taib Fassi Fihri, fue uno de los dirigentes que se pronunció con más dureza sobre la visita.

'Algo falla'

Frente al rechazo marroquí, el Gobierno se encontró ayer el con el inesperado apoyo de Izquierda Unida. Su coordinador general, Gaspar Llamazares aseguró que el gobierno alauí se equivoca 'si considera que tener buenas relaciones consiste en que España ceda en todo'.

El líder de IU quitó importancia a la polémica: 'Algo falla en las relaciones diplomáticas entre ambos países si esto es considerado como un agravio'. Llamazares defendió la actitud del Gobierno que debe debe 'mantenerse firme, aunque flexible'. Eso significa que 'las quejas de Marruecos se escucharán, pero Ceuta y Melilla conforman un territorio propio de España', explicó.

No fue la única reacción. El diputado del PNV, Emilio Olabarria, negó que exista una 'crisis real y profunda' entre los dos países sino una 'operación de diseño' montada entre los dos países de cara a sus respectivas opiniones públicas. Por su parte, Cuitadans y el partido de Rosa Díez, UPD, trataron de sacar réditos del conflicto y cargaron contra el gobierno socialista.

En nombre de los primeros, José Domingo, su portavoz adjunto, aseguró que cualquier variación en la visita significará 'un acto de sumisión' a Marruecos: 'Sus pretensiones sobre estas dos ciudades españolas no deben condicionar la política española'. Rosa Díez se limitó a criticar la 'falta de profesionalidad' del Gobierno ya que la reacción marroquí denota que la información que suministró era 'incorrecta'.

Preparativos

Ajenos a toda la polémica, ceutíes y melillenses se preparaban ayer para recibir a don Juan Carlos y doña Sofía. Después de varios días con las banderas agotadas y miles de ciudadanos en busca de objetos relacionados con España los gobiernos de Melilla y Ceuta decidieron repartir 20.000 y 15.000 banderas respectivamente entre sus ciudadanos. El viaje de los reyes completa, tras 32 años de reinado, el mapa de las visitas de los monarcas a las distintas comunidades autónomas.

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