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Llamazares:"Rajoy y Mas chocan territorialmente, pero son la misma cosa"

El excoordinador general de IU está de vuelta en Asturias, donde ha votado que gobierne el PSOE

Gaspar Llamazares.- EFE

JOAQUÍN DEL RÍO

Gaspar Llamazares es un hombre pulcro y preciso cuyo despacho en la Junta General del Principado está en la terraza del edificio que alberga la asamblea parlamentaria de su tierra. Así que está siempre rodeado de fumadores, lo que debe de ser una tortura para un maniaco de la salud como es él, médico de profesión. En su ordenado despacho recibe a PÚBLICO.

Pregunta: Ya fue usted diputado en este parlamento. ¿Se siente de vuelta?

Nunca me fui del todo; digamos que me siento en casa.

P. Esta entrevista es para hablar de Asturias, pero sería un 'pecado de lesa actualidad' no preguntarle por las elecciones que acaba de convocar Catalunya... ¿Qué le parecen?

Creo que son un paso importante dentro del debate en el que está aquella tierra, pero no creo que vayan a ser tan relevantes como creen los independentistas. Las elecciones son importantes y tendrán lectura política, pero no tienen un efecto constitucional; ni son legitimadoras de la independencia. Para la izquierda se decide si la salida de la crisis es austericida (a costa del empleo y los derechos sociales) o si se abre una etapa de lucha contra la pobreza, por el empleo digno y de recuperación de los servicios públicos. Porque el verdadero problema de Catalunya es dónde está tras los sucesivos gobiernos de Convergencia, que es un partido de derechas que desarrolla la misma política ultracapitalista que la de Alemania con Grecia, donde es vergonzoso lo que está pasando.

P. Dice usted que Convergencia es un partido de derechas, pero choca mucho con el PP –que también es de derechas–... ¿Qué es lo que pasa?

Que chocan en lo territorial, porque uno es españolista y el otro catalanista, pero coinciden en lo doctrinal; de hecho, siempre votan juntos los temas ideológicos. Yo les he visto apoyar en el Congreso todos los temas importantes. Y ahora el PP tiene además una deriva racista; pero a Mariano Rajoy y Artur Mas es más lo que les une que lo que los separa.

P. Sorprende su referencia a conceptos políticos que mucha gente cree pasados de moda, como la izquierda y la derecha... ¿Cree usted que siguen vivos?

Yo creo que sí.

P. Y ¿qué significa hoy ser de izquierdas? ¿Hay que conocer a Trotsky, Stalin, la Internacional...?

Yo creo que ser de izquierda o de derecha sigue siendo lo que estableció la Revolución Francesa: a un lado están los que creen en la igualdad y al otro los que defienden las clases. La diferencia derecha-izquierda sigue estando en la igualdad, a la que se suman hoy en día la de género, el respeto al medio ambiente o la plurinacionalidad, la cultura y las lenguas minoritarias.

P. Su compañero de partido Jesús Iglesias acaba de ser distinguido como el senador que mejor concilia vida familiar y vida profesional, hasta el punto de que declinó asistir a alguna reunión porque tenía que atender a su hijo... ¿Eso también es ser de izquierdas?

Eso es más de izquierda que muchas cosas de las que se habla más. Y en el Parlamento se ve claramente que la gente comprometida con la conciliación siempre es de izquierda.

Llamazares luce una barba canosa impecablemente arreglada; y tiene maneras de hombre instruido... lo que no le impide ser mordaz con su educadísimo lenguaje. Y es un político 'rara avis' que se limita a responder las preguntas con inteligencia, al contrario de muchos colegas suyos que suelen intentar ganarse la simpatía del entrevistador para que éste no le meta en aprietos, en lugar de argumentar sus respuestas. Este hombre no rehuye ninguna pregunta...

P. Vamos a Asturias: ¿por qué apoyó usted al socialista Javier Fernández sin condiciones?

Quizá le hubiéramos llegado a apoyar sin condiciones para cortar el paso a la derecha, pero ese caso no se dio; le apoyamos sobre la base de un acuerdo con muchas condiciones. Así que no se puede decir que le votamos gratuitamente...

P. Es lo que cree alguna gente de su partido.

Pero es mentira. Le apoyamos a cambio de un compromiso en muchas políticas, como la social (que iba en nuestro programa, en el suyo y en el de Podemos), la recuperación de las instituciones públicas, la reforma electoral (que defendíamos nosotros, Podemos y Ciudadanos) y otras cuestiones. El acuerdo de investidura contiene el rescate social; las medidas de participación democrática y lucha anticorrupción; la recuperación de los servicios públicos de Sanidad, Educación, Servicios Sociales y la defensa de la gestión pública y las prioridades de Empleo, Industria y Agroganadería frente al Gobierno Central. También abrir el debate sobre la dignificación de la lengua asturiana

P. El caso es que cortaron también el paso a la derecha, a quien ya permitieron gobernar otra vez; así como han estado en gabinetes de mayoría socialista... ¿Se equivocaron ustedes alguna vez?

Seguro que nos equivocamos más de una vez, tanto al gobernar como al permitir que lo hicieran otros... Nuestra organización no es un partido sublime que cree que acierta siempre.

P. Parte de su militancia denuncia también que siendo usted un hombre austero celebre reuniones de IU en el Real Balneario de Salinas, donde come el emérito rey Juan Carlos.

¡Nunca celebré ninguna! Seguramente me confunden; en Salinas vive mi madre y voy a verla semanalmente, pero hace años que no entro en el Balneario... y desde luego para trabajar nunca.

P. ¿Quién es el líder de Izquierda Unida en Asturias? ¿Usted o Manuel Orviz?

Los dos; cada uno en su ámbito. Yo soy el portavoz parlamentario y Manolo es el coordinador del partido. Y ésta situación, por cierto, no es nueva aquí y siempre funcionó bien: yo fui portavoz cuando el coordinador era Francisco Javier Suárez, Quico Valledor fue portavoz cuando yo era coordinador; cuando Jesús era coordinador, los portavoces fueron Noemí y Ángel...

Gaspar Llamazares viste impecablemente y recuerda a los izquierdistas intelectuales de la Transición, frente al aspecto obrero o agrario de otros dirigentes. Y en su inmaculado despacho recibe a un periodista tras otro, no en vano es un referente tanto nacional como autonómico. Les contesta con su hablar pausado, pero seguro.

P. Dice el PP que entre Izquierda Unida y la Federación Socialista Asturiana hay un acuerdo oculto. ¿Es verdad?

Esa manía conspiranoica le va muy bien al PP; por eso siempre la alienta. Pero es mentira.

P. Pues parte de la población detesta esa vertiente del trabajo político...

Ya; pero es tan imprescindible como la otra e igual de legítima. El trabajo del político es como el del maestro o el médico: sólo se ve la que se ejerce en público, pero no la que se hace en privado. Un profesor o un profesional tienen que estudiar en privado para actuar en público; y el político es igual: estudia los temas a solas antes de votarlos a la vista de todos.

P. De esas conversaciones salió en Asturias un pacto de investidura. Y ¿por qué no un pacto de gobierno?

Porque lo impidió Podemos. IU siempre defendió para el Principado el modelo de Oviedo, donde hay un tripartito con el PSOE, en lugar de una situación como la de Gijón, donde la gente de Pablo Iglesias permitió que siga gobernando la derecha. En esas condiciones se hubiera dado un gobierno con consejeros de las tres fuerzas. Mantenemos el objetivo de un acuerdo tripartito de gobierno que no fue posible por la patrimonialización del poder por parte de la FSA y la pureza de sangre de Podemos. Con el acuerdo de investidura dejamos una senda y una hoja de ruta abiertas para el acuerdo futuro, a partir de las necesidades de los asturianos, que puede llegar si se superan los prejuicios.

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