Entrevista a Delphine Lehericey"Las mujeres seguimos padeciendo las mismas cosas que hace 40 años"
Madrid-
La cineasta suiza recoge ecos de hace cuarenta años que todavía resuenan hoy en El horizonte, una hermosa, sutil e inteligente reflexión sobre la emancipación de la mujer, la situación de los trabajadores del campo y la libertad sexual.
En los años setenta en el campo francés, algunas mujeres crearon grupos entre ellas, reuniones y complicidades que hicieron aflorar el deseo real de emancipación. La situación de las mujeres en el medio rural galo comenzó ahí a transformarse. La cineasta suiza Delphine Lehericey se traslada al campo de esos años en El horizonte, una hermosa película, sutil, humana y reflexiva, con la que denuncia el prepotente sistema del patriarcado y apuesta por la libertad sexual y la independencia personal.
Adaptación de la novela de Roland Buti, la película está ambientada en 1976 y su relato se narra desde los ojos de un adolescente. En un verano que quedó en el recuerdo por la ola de calor que se vivió, Gus, que tiene trece años, comienza a madurar ante las dificultades que se soportan en la granja familiar y, especialmente, ante el descubrimiento de la relación que su madre mantiene con una mujer.
Laetitia Casta y el debutante Luc Bruchez son los protagonistas de una historia que indaga en problemas –cambio climático, situación de la mujer en el medio rural, libertad sexual, escala industrial de la agricultura...– que se siguen sufriendo hoy, cuarenta años después. Ganadora de los Premios del Cine Suizo a la Mejor Película y el Mejor Guion, El horizonte conquistó también el Premio Premio Lurra de Greenpeace a los valores medioambientales y de paz en el Festival de San Sebastián.
La historia está ambientada en 1976, pero hay resonancias en la actualidad...
Claro, hay resonancias, muchas. El cambio climático, el sistema patriarcal, la liberación de la mujer y la redefinición de su lugar en la sociedad... Los temas de la película son muy actuales, también está la desaparición de la unidad familiar tradicional, la forma de la agricultura hoy, a escala industrial, el despertar sexual...
Destacar ese paso del tiempo ¿da más relevancia a esos temas hoy?
Jugar con estos temas entre 1976 y 2021 es muy interesante porque seguimos padeciendo, sobre todo las mujeres, las mismas cosas y eso da mucha más fuerza a esos ecos y esas resonancias, da más relevancia a lo que todavía ocurre hoy más de cuarenta años después.
Creo, además, que la novela también le toca en lo personal ¿es así?
Sí. A mí me pasó lo que le pasa al personaje de Nicole. Me enamoré de una mujer cuando estaba con un hombre, que es el padre de mi hijo. Y el personaje me conmovió y me hizo preguntarme si yo habría tenido su valor en los años 70.
Los años 70 están presentes de una manera muy realista en la película, ¿pretendía huir de la nostalgia con ese tratamiento?
Sí, lo que quería era que se sintiera que estábamos realmente en los años 70 y, al mismo tiempo, que se viera la película como si fuera una película de esa época, como si ésta pudiera ser una película clásica.
Sin duda, aunque se habla del medio rural, de la adolescencia... usted está hablando en esta película de la mujer.
Por supuesto, soy mujer cineasta y parto de mi propia experiencia. Es mi mirada de mujer sobre el cine y sobre el papel de las mujeres y sobre cómo hacemos las cosas. Como mujer no intento de ninguna manera marcar el futuro de los hombres, pero estoy segura de una cosa, el patriarcado pesa tanto que será la voluntad de las mujeres de mover y de remover las cosas la que consiga cambiar las cosas. Es a partir de esa mirada y esa manera de pensar y actuar de la mujer como tienen que moverse las cosas.
El hecho de que se puedan ver más películas de mujeres directoras, guionistas... ¿no es ya una manera de remover las cosas?
Claro, todos, sin excepción, hemos descubierto el arte, el cine, la literatura... desde la mirada masculina. Cuando nos hemos dado cuenta de que las mujeres también habían creado, ha sido una sacudida social y política, además de estética. Diría que las mujeres creadoras con su mirada consiguen que las historias sean más complejas de lo que parecen, menos planas. Aunque creo que los hombres cada vez se preguntan más a sí mismos sobre todo esto.
Para el adolescente protagonista es muy perturbador ver a su madre con otra mujer, ¿no cree que hoy la tolerancia y la educación sexual sí han mejorado?
La cuestión de la libertad y la tolerancia sexual, de la sexualidad... son asuntos muy íntimos. La película empieza con la imagen de dos mujeres abrazándose, y es una premonición de lo que va a pasar. De ahí se pasa a una imagen real. La adolescencia se construye de una forma o de otra dependiendo de las personas a las que conocemos y de cómo las conocemos. Hoy tenemos todos, los adolescentes también, claro, mucho más acceso a imágenes o a cosas que antes no estaban al alcance, lo que no podría asegurar es que eso nos procura más libertad, tolerancia y ni siquiera más educación sexual. En la película, Nicole es una mujer feminista y es desde su emancipación como da ejemplo a su hijo, que posiblemente tendrá una mirada menos opresiva sobre las mujeres cuando sea adulto.
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