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De topar el gas ruso a limitar el precio de las renovables: la UE saca toda su artillería para combatir la crisis energética
La última interrupción de gas de Gazprom pone más presión sobre la reunión clave del próximo viernes, donde los 27 ministros de Energía están llamados a tomar decisiones sin precedentes para contender la factura de la luz.
María G. Zornoza
Bruselas--Actualizado a
El cronómetro corre hacia un otoño e invierno que se anticipan de los más duros de las últimas décadas en suelo europeo. El mes de septiembre ha arrancado con una de las peores noticias posibles en la crisis energética que recorre la UE: Rusia ha echado el cerrojo del gas a Europa con el parón indefinido del Nord Stream I.
"El anuncio de Gazprom bajo pretensiones que son falacias son otra confirmación de que es proveedor en el que no se puede confiar. Es también la prueba del cinismo de Rusia, que prefiere quemar el gas antes de honrar sus contratos", ha reaccionado Eric Mamer, portavoz de la Comisión Europea.
Con este tormenta de fondo, los 27 ministros de Energía se reúnen de emergencia el viernes para abordar medidas de urgencia que permitan capear el temporal. Se espera que se apruebe una hoja de ruta sin precedentes. La crisis energética está sacudiendo la estabilidad financiera de la zona euro. Tras la decisión del pasado viernes del gigante estatal Gazprom de frenar el flujo a la UE, el precio del gas se ha disparado un 30%. Para hacerle frente, Alemania, el país más afectado por esta interrupción, ha aprobado un paquete de ayudas de emergencia por valor de 65.000 millones de euros para ayudar a los consumidores.
La cierre del gas ha provocado que este lunes el euro alcance su punto más bajo de los últimos 20 años frente al dólar. La depreciación llega pocos días antes de un encuentro crucial del Banco Central Europeo, que el jueves podría decretar otra subida de los precios de interés de entre 50 y 75 puntos básicos para fortalecer la moneda de las doce estrellas.
Un día después, se celebrará el esperado Consejo de Energía. La Presidencia checa del Consejo circulará una serie de medidas para contener el alza de los precios del gas, que continúa sin tocar techo anotando jornada tras jornada récords históricos. Según recoge la agencia Bloomberg, algunas de ellas pasarían por poner un tope al precio del gas importado desde Rusia. El objetivo sería reducir los ingresos de Rusia en concepto de sus hidrocarburos e imponer presión al Kremlin para que se lo piense dos veces en futuros cortes. Otro de los escenarios que toma fuerza es el de desacoplar la tarifa de este hidrocarburo del precio final de la electricidad. Esta medida está vigente en España desde hace unos dos meses debido a la excepcionalidad ibérica.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, lleva un año plantando batalla en Bruselas para reformar el mercado energético. Ya antes de la irrupción de la guerra, los precios de la luz alcanzaban máximos históricos por la combinación de desfase entre oferta y demanda y el regreso a la normalidad tras la pandemia del coronavirus. En Bruselas siempre se han cerrado en banda a reformar el sistema eléctrico o intervenir en los mercados. La delegación holandesa llegó a referirse a Sánchez como un "intervencionista" y un "Don Quijote" por poner estas medidas sobre la mesa. Pero el tiempo y la situación de contexto bélico han provocado un cambio de guion y han terminado dando la razón a España: el sistema estaba obsoleto. El energético es el enésimo tabú que derriba la guerra en Ucrania.
Intervenir el mercado eléctrico
Incluso la histórica reticente Alemania pide ya medidas a nivel europeo como las llevadas a cabo por Madrid. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ya ha anunciado que su equipo prepara una mecanismo de emergencia para intervenir los mercados eléctricos. La herramienta verá la luz en las próximas semanas. En el largo plazo, el Ejecutivo comunitario prepara una reforma del sistema eléctrico, que no se espera hasta el próximo año. Los detalles sobre los planes de Bruselas para hacer frente a la crisis energética actual y "salvar el invierno" se conocerán el próximo 14 de septiembre en Estrasburgo, cuando la presidenta ofrecerá el anual discurso sobre el estado de la Unión. Pero ya se anticipan como medidas impensables durante los primeros compases de la guerra.
La alemana ya ha desvelado a través de Twitter por dónde irán sus planes. Su estrategia se sostiene sobre cuatro pilares: reducir la demanda eléctrica, establecer un precio máximo al gas que llega a través de los gaseoductos, ayudar a los consumidores e industrias más vulnerables y apoyar a los productores eléctricos que enfrenten problemas de liquidez.
Además, según adelanta el diario El País, los técnicos de la Comisión Europea descartan hacer la situación de excepcionalidad ibérica extensible a todo el territorio de la UE y abogan ya por limitar el precio de las energías renovables o la nuclear, que tienen un rendimiento más bajo, para contender la factura eléctrica.
Todo apunta a que la nueva hoja de ruta será una amalgama de medidas excepcionales con excepciones para todos los países. No será fácil encontrar un escenario base en el que los Veintisiete, con mix energéticos tan diferentes, pueden estar satisfechos. De momento, la estrategia se contempla a tres niveles. Uno de corto plazo: con medidas de emergencia y limitaciones en los precios del gas. Otra a medio recorrido sustentada en el ahorro energético del 15% en los próximos siete meses. Y la última con mirar a futuro que pasa por reformar el sistema eléctrico actual.
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