Este artículo se publicó hace 8 años.
Rodrigo Rato defiende que las tarjetas black eran parte de su salario
El cerebro de los plásticos opacos al fisco, Ildefonso Sánchez Barcoj, ha declarado en la cuarta sesión del juicio por el expolio de Caja Madrid y Bankia que nunca cambió los límites de las cantidades autorizadas.
Pilar Araque Conde
Actualizado a
MADRID.- El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, ha afirmado en el juicio por las tarjetas opacas al fisco que los plásticos eran una retribución por formar parte del comité de dirección de la entidad. No obstante, desconoce si las otras tarjetas tenían un sistema de retribución similar. "No tuve motivos para dudar de que las tarjetas no fueran parte de mi salario", ha acuñado.
Rato, primero en declarar en la mañana del martes, ha alegado que el comité de retribuciones, órgano que abordaba la remuneración de modo periódico, fijaba el salario. "En ningún momento tuve ninguna duda de que estuviese mal fijada. Ni siquiera percibí que hubiese un problema fiscal, regulatorio o de ningún tipo".
El exvicepresidente del Gobierno considera que "los gastos son legales y, por tanto, deducibles". Asimismo, ha puesto en duda el criterio de la Agencia Tributaria por declarar deducible un gasto irregular. "Sería deseable que la Agencia tributaria estuviese aquí para explicarlo", ha añadido.
Al ser preguntado por el Fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, sobre la contabilidad de los plásticos opacos al fisco, el exdirector gerente del FMI ha dicho que la entidad ya "contaba con unos departamentos muy grandes, unas auditoras y la presencia constante del Banco de España. Además, esa retribución fue objeto de la inspección de la Agencia Tributaria. Hay ejemplos de personas cuyo importe de la tarjeta fue reconocido en el finiquito o en su contrato", ha explicado en el juicio celebrado en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares.
Rodrigo Rato culpa a Bankia por ocultar una de las cuentas, ya que no había justificantes guardados y se seguía usando esos gastos como deducibles. "No habría declarado lo que hice si hubiera pensado que no había buena fe por parte de Bankia", se exculpa.
El imputado ha insistido en que Sánchez Barcoj, director financiero y cerebro del expolio de la entidad bancaria madrileña, le prometió que la tarjeta era una fuente de liquidez, cuya cantidad ya estaba fijada. Por eso, ha afirmado, se aprobó la emisión de estas tarjetas.
No obstante, Rato ha hecho una distinción entre el caso de Caja Madrid y el de Bankia, ya que en la primera entidad había una parte variable por incendivos, mientras que en la segunda, las cantidades gastadas con la tarjeta iban contra la retribución ya establecida.
"No era nuestra intención romper la limitación legal", ha repetido el expresidente de Bankia al ser preguntado por el fiscal por la urgencia de la distribución de los plásticos en 2012.
Tras la muestra del informe remitido a la CNMV, en el que se afirma que Caja Madrid satisfacía una cantidad fija por las dietas y que no había retribución variable, por parte del fiscal, Rodrigo Rato ha relatado que desconocía dicho informe y se ha escudado en la Secretaría General, ya que era "la que entregaba las tarjetas y las declaraba a Hacienda".
Después de un receso de 20 minutos, el expresidente de Bankia ha confesado que modificó el sistema de retribuciones de la entidad a partir de 2011.
Por último, para explicar por qué reintegró las cantidades cargadas a Bankia, Rato ha manifestado que lo hizo porque los gastos no estaban bien soportados por sus ingresos esos gastos.
El máximo responsable de la emisión de los plásticos opacos al fisco, Ildefonso Sánchez Barcoj, considerado como el cerebro de las tarjetas black de la caja de ahorros madrileña, ha sido el siguiente en sentarse en el banquillo.
Al comienzo de su intervención, el número dos de la entidad ha explicado, al igual que Rato, que la tarjeta era parte de su salario: "Recibí la tarjeta en 1999. Me la entregó el presidente ejecutivo en esos momentos, Miguel Blesa. Me dijo que era parte de mi salario y que esa parte se le pagaría a través de una tarjeta de libre disposición".
"Nunca me pasé del límite anual fijado en el año. Si me pasaba, se me comunicaba. De hecho, hay el caso de una tarjeta que se le cambió a un consejero en una sucursal porque se le había estropeado. Las sucursales también tenían acceso a las tarjetas", ha señalado en el juicio. No obstante, sostiene que no sabe por qué había límites distintos y, "por supuesto, yo no cambié mi límite", ya que estos gastos operativos dependían de la dirección de medios de pago, en concreto de Manuel Cobo. Después, según su versión de los hechos, la comisión de retribuciones aprobaba la masa salarial.
Asimismo, el número dos de Blesa ha declarado que el presidente era quien distribuía las cantidades entre los directivos. Y, desde 2004, este tenía que comunicar a la comisión de retribuciones cómo había repartido esa masa salarial.
El exdirector financiero ha explicado que muchas personas intervenían en este proceso. Además, las cuentas de los directivos estaban online abiertas a los demás miembros, mientras que la de los consejeros sí que estaban protegidas.
Sánchez Barcoj, primer acusado en responder a las acusaciones, ha detallado que Blesa se reunía con cada uno de los miembros de la Dirección para comunicarles cuánto se llevaban de fijo, de variable y cuánto había en la tarjeta. Acto seguido, "el presidente se lo detallaba al comité de retribuciones".
Al ser preguntado por el abogado del FROB sobre si tenía constancia de que las tarjetas seguían activadas tras el cese del cargo, Barcoj ha insistido en que él desconocía ese supuesto.
Después, ha animado al director contable de Bankia a explicar el método de contabilidad. "Me resulta sorprendente que Bankia se líe sobre cómo se contabilizaron esas tarjetas. Estas tarjetas se contabilizaron como crédito en Caja Madrid. Pero en Bankia se contabilizaban como gasto. Y se hacía manualmente porque primero se reciben los cargos de todas las tarjetas. Y como estas tarjetas no generan un crédito sino un gasto, entonces le dan a la máquina y lo derivan a la cuenta de gasto. Por cierto, el gasto no se califica. Eso es una cosa íntima. Eso lo ha calificado Bankia en el Excel", ha añadido en la cuarta sesión judicial por el expolio a la entidad bancaria madrileña.
Sánchez Barcoj ha detallado la diferencia entre su plástico y el de Blesa y Rato: "A mí se me aplica un decreto que limita el conjunto de la retribución hasta los 600.000 euros por todos los conceptos". También, ha confesado que nunca se excedió, "ni para llegar tarde", ha bromeado.
El exdirector financiero ha defendido además que en Caja Madrid había que justificar "hasta la última peseta", a pesar de que fueran gastos de representación.
Sánchez Barcoj ha dicho que le molestó que aparecieran sus gastos en los medios de comunicación: "Quien me conozca, sabe de sobra que a mí no me gusta el juego y, sin embargo, en la hoja de cálculo se decía que había estado en un casino de Las Vegas. Perdona, pero no; estuve en el restaurante de un casino disfrutando del almuerzo". De igual forma, considera que no era necesario trasladar a una hoja de Excel una información mal redactada por la auditoría y "ni mucho menos, a nadie le importa en qué me gasto mi dinero".
Tras un receso, la sesión ha continuado con el interrogatorio a José Antonio Moral Santín, vicepresidente de Caja Madrid desde 1995 hasta 2012 en representación de Izquierda Unida.
El segundo directivo que más gastó con las tarjetas irregulares (456.500 euros) ha relatado que uno de sus primeros contactos con la entidad fue con el secretario general de entonces, Ángel Montero, quien le llamó e ilustró acerca de sus funciones como consejero y le informó de las retribuciones que iba a disponer como tal.
"Ese tema me preocupaba. Nos informó que tendríamos exclusivamente cuatro devengos o remuneraciones: dietas por asistencias, primas de seguros en salud, bonificación en el tipo de interés de créditos para los consejeros y una cantidad de dinero puesta a disposición del consejero", ha añadido.
El expresidente de Telemadrid ha insistido en que la tarjeta era un medio de pago, no una retribución. Además, ha contado que le advirtieron que se las "tenía que arreglar" con ese plástico y que no podría añadir ningún gasto más aunque fuese por su relación como consejero. "Las remuneraciones de los miembros del Consejo se incluían en estas tarjetas", ha manifestado.
El Fiscal Anticorrupción ha preguntado sobre un acta de la Comisión Ejecutiva de 1976 en la que Santín solicitaba que se revisara los devengos de los consejeros. Así pues, el exdiputado de IU ha detallado que Terceiro les dijo que tenían esas tarjetas y otro tipo de remuneración 'no dinerarias', es decir, las primas y las bonificaciones.
Al ser preguntado por los 367.000 euros que sacó en efectivo, Santín ha declarado que no tenía ningún tipo de restricción. Y ha añadido: "No sé por qué otros sí tenían restricciones".
El imputado, consejero durante las Presidencias de Terceiro, Blesa y Rato, ha señalado que durante su trayectoria nunca ha notado ningún cambio en cuanto a los procedimientos para disponer de los plásticos.
En cuanto a las hojas Excel, Santín considera que no tienen validez, ya que no pueden considerarse un informe de extractos bancarios pues no hay número de identificación y los horarios se solapan unos a otros. Asimismo, ha denunciado que le han cargado más importes de los que en realidad ha gastado.
El exvicepresidente de Caja Madrid, que ha distinguido entre tarjetas de bandas magnéticas y los plásticos con pin, ha aclarado que los consejeros empezaron a incorporar el chip porque las primeras estaban asociadas a estafas.
El último en declarar ha sido el representante de CCOO en el Consejo de Administración de Caja Madrid, Francisco Barquero Noriega. Ha manifestado su disconformidad con las cantidades reflejadas en la hoja Excel: "Hay gastos que no reconozco".
El consejero no ejecutivo ha precisado que no tenía ningún límite mensual ni anual. "Eran tarjetas de representación, por lo que se tenían que atender a los gastos de representación".
El juicio por el expolio de Caja Madrid y Bankia se reanudaba este martes con la declaración de Rodrigo Rato, expresidente de la entidad que precisó un rescate de 22.424 millones de euros procedente de los fondos públicos, del número dos de Caja Madrid bajo el mandato de Blesa, seguida de Ildefonso Sánchez Barcoj, el exvicepresidente nombrado por IU, José Antonio Morral Santín y el exconsejero propuesto por CCOO.
Los dos primeros están acusados de delitos de administración desleal y apropiación indebida. La Fiscalía pide para ellos una pena de cuatro años y seis meses de prisión, una multa de doce meses con una cuota diaria de 300 euros e inhabilitación especial.
Santín y Barquero Noriega, que están acusados de un delito de apropiación indebida en grado continuado, se enfrentan a una pena de cuatro años de prisión y una multa de nueve meses con una cuota diaria de 300 euros.
Rato gastó 94.000 euros, cantidad que ha sido devuelta. Por su parte, Sánchez Barcoj fue el que más gastó: 574.000 euros, cantidad que también ha sido reintegrada a Bankia. En cuanto al exdiputado de IU, fue el segundo que más gastó con los plásticos opacos al fisco: 456.500 euros. El último en declarar, Barquero Noriega, lapidó 266.400 euros.
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