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El precio del petróleo se desploma entre la caída de las bolsas mundiales y la escalada de tensión en Oriente Medio

Ambos fenómenos tienen efectos contrapuestos en el precio del petróleo, que podría acusar importantes subidas y bajadas próximamente pese a los límites de la OPEP a la producción de un crudo cada vez más escaso y difícil de refinar.

POZO PETROLEO
Fotografía de archivo de un pozo de petróleo. Alejandro Ernesto / EFE

El pasado lunes 5 de agosto el barril de crudo se situó en los 75,03 dólares –68,48 euros–, el precio más bajo desde el 27 de marzo de 2023, cuando llegó a los 75,01 dólares – 71,61 euros, inflación ajustada–. Esta bajada de precios se ha producido a la vez que las bolsas mundiales registraron una importante caída, siendo especialmente significativa la de Nueva York y la de Tokio  (Nikkei). El desplome bursátil de este lunes se ha extendido en cadena hasta alcanzar al mercado español (Ibex35). El temor a una recesión y a la reducción de la demanda de los derivados del petróleo que esta podría generar ha hecho que el barril de Brent toque suelo por primera vez en más de un año.

Frente a esta fuerza constrictiva, otra se despliega en el sentido contrario, amenazando con un alza del precio del crudo. En Oriente Medio, la escalada de tensión entre Israel e Irán ha alcanzado nuevas cotas después de que Ismail Haniyeh, líder palestino de Hamás, fuera asesinado en la madrugada del 31 de julio en Teherán (Irán), donde se encontraba para acudir a la investidura del nuevo presidente persa, Masud Pezeshkian.

Pese a que Israel no ha asumido la autoría del ataque, los países de la región lo han dado por culpable, y tanto el nuevo líder de Hamás, Yahya Sinwar, como las autoridades iraníes han prometido responder al asesinato de Haniyeh. El sionismo sí ha reconocido ser responsable del ataque que tuvo lugar en Beirut (Líbano) el pasado 30 de julio y que acabó con la vida de Fuad Shuk, hasta entonces comandante militar de Hezbolá, aliada de Irán. El líder de la milicia chií, Hassan Nasrallah, ha asegurado esta misma semana que el asesinato de Haniyeh y del comandante chií no quedará sin respuesta.

El intercambio de ataques de diversa gravedad en la frontera entre Israel y Líbano y el endurecimiento del tono de los líderes de estas regiones, ha activado todas las alertas. Además de la promesa de venganza de los estados agraviados, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, informó a principios de agosto que EEUU desplegará buques de guerra y aviones de combate en la región. Por su parte, Rusia ha reiterado su apoyo a Irán, si bien asegura que ni él ni sus aliados desean llegar a la "guerra total".

La última vez que se produjo un repunte de la tensión en esta zona fue el pasado mes de abril, cuando Israel atacó el consulado de Irán en Damasco (Siria), acabando con la vida de 16 personas, entre las que se encontraban varios altos cargos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. En aquel momento, con todos los ojos puestos en la respuesta Teherán, el precio del barril de Brent alcanzó los 91,11 dólares –83,41 euros–, el máximo este año.

Finalmente, la contestación de Irán fue relativamente mesurada: sus autoridades avisaron previamente del ataque, que no dejó víctimas mortales. Con esta acción se esperaba poner punto y aparte a este capítulo y devolver a los mercados de la región la calma tensa que los gobierna desde hace meses. Desde entonces, y a pesar del asesinato de Haniyeh, precio del crudo ha ido cayendo.

Debido a la influencia que los vaivenes geopolíticos tienen en la producción y compraventa de crudo y sus derivados, el precio del barril de Brent siempre ha sido un buen indicador de la crispación política y económica mundial. Ejemplo de ello fue el propio ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre de 2023, la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la pandemia de la Covid-19 o la recesión económica mundial de 2008.

Por ello sorprende que, a las puertas de lo que se augura como una respuesta bélica de mayor envergadura por parte de Irán a Israel y su posible efecto dominó, el valor del barril no sólo no haya crecido, sino que haya alcanzado en estos días su mínimo en 2024.

Los recortes de la OPEP

Entre el miedo a una recesión económica y el peligro de la extensión de la guerra en Oriente Medio, el precio del petróleo se mantiene en mínimos. Sin embargo, Inés Cardenal, directora de comunicación de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) descarta que esto sea una situación excepcional y asegura que estas son fuerzas que siempre operan en el mercado.

Por ello, en diciembre de 2022 la OPEP+ –la alianza entre los 13 países que integran la OPEP y otros productores como Rusia– acordaron voluntariamente limitar su producción conjunta a 39,72 millones de barriles diarios. El objetivo de estos recortes era "acomodar la oferta a una demanda que está cayendo por la contracción económica", explica Antonio Turiel, doctor en Física Teórica e investigador del CSIC. De esta manera, los estados miembros de la OPEP+ tratan de evitar que los precios se descontrolen por las injerencias del contexto y se mantengan "en una ventana de alrededor de los 80 dólares, sin bajar de los 60 dólares, para que la OPEP no se vaya al garete, ni pasarse de los 100, para que no lo hagan los países occidentales".

El compromiso de este límite en la producción fue renovado hasta finales de 2025 por los países miembros de la organización el pasado mes de junio, aunque con algunos aumentos puntuales como se planteó en el caso de Emiratos Árabes Unidos. Visto el comportamiento de los mercados en el último mes y la más que probable escalada de tensión en Oriente Medio, Cardenal duda que se finalmente la OPEP+ vaya a revocar los recortes.

Aún así, Turiel avanza que, aunque todos los países decidieran retomar los ritmos de producción propios de la bonanza económica, no pondrían hacerlo. La razón es simple: el petróleo cada vez es más escaso. Además, el que se obtiene es de peor calidad, por lo que cada vez es más costoso refinarlo. Son las consecuencias de la llegada del 'peak oil' –pico máximo de producción de petróleo tras el cuál esta comienza a bajar y sus costes, a subir–, en la que el experto asegura que se encuentra la producción mundial.

De hecho, puede ejemplificarse con la situación de Irán: "En los últimos años Irán ha tenido episodios de escasez de gasolina, ¡uno de los mayores productores mundiales!". "Su petróleo es cada vez de peor calidad y no tiene capacidad para refinarlo todo en su territorio", evidencia Turiel, por lo que "sus dificultades, como las de todos, van a ir en aumento en los próximos años".

Con la escasez como telón de fondo, el mercado del petróleo trata de equilibrarse mientras aumentan los tambores de guerra –que aumentarían el precio– y los de recesión –que lo disminuirían–. Por el momento, sostiene Cardenal, "es difícil saber cuál de las dos fuerzas se va a imponer en los próximos meses".

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