Los hogares españoles inician el año obligados a hacer frente a un mercado eléctrico dominado, una vez más, por la incertidumbre. Aunque la volatilidad de los precios derivada de la guerra en Ucrania parece haberse relajado, la entrada de 2024 coincide con el fin de la vigencia de algunas medidas anticrisis aplicadas por el Gobierno, así como con la puesta en marcha de un nuevo sistema para el cálculo del precio final de la electricidad.

El final de la excepción ibérica, una medida que permitió ahorrar más de 5.000 millones de euros a las familias del país, no tendrá apenas relevancia en los precios, ya que este mecanismo llevaba sin funcionar desde febrero de 2023, debido a la estabilización de precios. Lo que sí afectará, según las principales organizaciones de consumidores, es la subida del IVA anunciada por Pedro Sánchez en la clausura de 2023. Aunque no se recuperará el tipo impositivo previo a la crisis, el 21%, la tasa pasará del 5% al 10%.

A ello se suman las subidas del Impuesto Especial de la Electricidad (IEE), que pasará del 0,5% actual al 2,5% durante el primer trimestre del año y al 3,8% durante el segundo. También, el Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (IVPEE), que tendrá un tipo del 3,5% hasta marzo, pasando al 5,25% hasta junio.

"Es algo que afectará a todos los hogares, independientemente de que se esté en mercado libre o no", indica Rubén Sánchez, secretario general de Facua, quien denuncia la "falta de diálogo" del Gobierno con los actores sociales para aplicar estas reformas. Lo que sí genera incertidumbre en los consumidores es la entrada en vigor el 1 de enero del decreto que modifica la metodología el cálculo del Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), es decir, el mercado regulado.

Con esta reforma sobre la mesa, hay dudas sobre si será más rentable contratar la luz dentro del mercado regulado o si, por el contrario, lo será el mercado libre, que fue el que sufrió más la crisis inflacionaria derivada de la guerra de Ucrania. Actualmente, más de nueve millones de hogares están acogidos al PVPC, siendo la opción mayoritaria.

El Gobierno ha implementado una reforma para que el precio del PVPC que perciben los consumidores no sólo tenga en cuenta los costes energéticos diarios, sino que haya un porcentaje del precio que represente los contratos fijados en los mercados a futuro. Lo que se pretende es que, en caso de crisis e inestabilidad de precios, las facturas no sufran grandes altibajos como ocurrió en 2022. La incorporación de los contratos a plazo en los precios finales será de manera gradual. En 2024 estos representarán el 25% del precio, en 2025 el porcentaje subirá hasta el 40% y en 2026, finalmente, se alcanzará el 55%. 

Desde Facua apuntan que, hasta la fecha, el PVPC ha sido siempre la opción más rentable y reconocen que "todavía es pronto" para sacar conclusiones sobre si es mejor virar hacia contratos del mercado libre. "Lo que hay que tener en cuenta es que el Gobierno habla de un modelo de tarifa estable (en el mercado regulado), pero estable no es un sinónimo de barato. Estamos expectantes para ver cómo afecta esto", indica Sánchez, quien recuerda que la CNMC dispone de un simulador para saber que tipo de contrato es más rentable.

Según los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) y de Red Eléctrica Española (REE), el precio medio de los dos primeros días de enero ha sido de 123,83 euros MWh y 91,46 euros MWh, respectivamente. El 25% de ese precio representa la cotización de los contratos a plazo que, según un análisis publicado por El Periódico de la Energía, han aumentado sus precios de cobertura respecto a diciembre, para que la estabilidad del nuevo sistema PVPC tenga un coste.