La escalada de los tipos de interés y de la inflación aflora más de 18.000 millones de ahorro en 'b'
La necesidad de recursos extra de familias y empresas, que ha superado los 200.000 millones de euros en siete meses, aligera las cuentas bancarias y dispara el recurso al crédito para hacer frente a la carestía.
Zaragoza--Actualizado a
Buena parte de los hogares españoles se encuentra en una situación de asfixia financiera. Provocada por la confluencia de más de dos años de presiones inflacionistas en el coste de la vida con las exigencias que les están suponiendo los casi 18 meses de encarecimiento del dinero (especialmente en el plano hipotecario decretado por el Banco Central Europeo (BCE)). Esta situación está provocando el afloramiento de dinero en metálico a un ritmo de más de mil millones de euros mensuales.
La situación afecta también a las empresas, en mayor medida cuanto menor es su tamaño y, en consecuencia, su músculo financiero para hacer frente al encarecimiento de la financiación. Su acceso se les complica cuando, en muchos casos, no han acabado de liquidar el endeudamiento al que, en parte gracias a instrumentos como los avales del ICO, tuvieron que recurrir para superar el parón de la actividad por la pandemia.
Los datos del Banco de España sitúan ese flujo (que se estima haciendo el balance de los billetes emitidos y retirados en un periodo de tiempo) en 16.980 millones de euros en el último año y medio, 18.599 si se incluye 2021. Y en 7.634 solo de enero a junio de 2023, con cierta ralentización frente al ritmo de los últimos meses de 2022, cuando se acercó a los 1.200 mensuales.
Ese flujo de afloramiento de dinero procede en buena parte de bolsas de ahorro apalancado por familias y empresas al margen del sistema financiero, y parcialmente originado en la economía sumergida y las operaciones en 'b'. Y todo apunta a que va a mantenerse en los próximos meses. Todo depende, obviamente, de los fondos que vayan quedando en esos escondites.
El motivo principal es que el BCE, en línea con el endurecimiento de la política monetaria adoptado por una Reserva Federal a la que ha tomado como referencia pese a lo disparatado de sus recetas para atajar una inflación con origen en la demanda, está manteniendo los tipos de interés por encima del 4%. Esto, a su vez, sostiene en un nivel similar las cotizaciones del euríbor.
Sin embargo, esas medidas no están logrando que la inflación interanual baje del 5% en la eurozona ni que se consolide por debajo del 2,5% en España. Esto mantiene los dos focos de presión financiera a las familias y las empresas, cuyos principales aliados son ahora mismo las mejoras de los salarios y del consumo y la estabilización del empleo en volúmenes de récord.
"El dinero oculto 'debajo del colchón' es ahorro"
"La inflación está contenida, pero sobre una base muy alta, y el ajuste siempre comienza por el ahorro. Quien dispone de ahorros puede mantener su nivel de vida hasta que se le acaba. Y el dinero de 'debajo del colchón' es ahorro, tanto en las familias como en las empresas", explica Antonio Luis Gallardo, responsable de Estudios de Asociación de Estudios Financieros (Asufín).
En este sentido, la afloración de ese dinero apalancado se concentra, más que en los de 5 a 50 que se utilizan en las economías domésticas y formales, en los billetes de alta denominación. En los de 500, 200 y 100 euros que transitan como dinero 'sucio' y/o 'b' por los circuitos de la economía sumergida y de las actividades delictivas, respectivamente, por su facilidad de manejo en grandes cantidades.
Así, de los 11.585 millones de euros retirados de la circulación en el último año por el Banco de España, de agosto de 2022 a julio de 2023, casi el 60%, 6.700, se concentraban en los billetes de 500 (1.500 millones), 200 (1.600) y 100 (3.600).
Una parte de los 4.835 millones de euros retirados en billetes de 50 (1.000), 20 (2.900), 10 (870) y 5 (65) en el último año tienen relación con la reactivación del turismo. Este sector ha hecho, históricamente, que por el dinero de mano traído de sus países de origen que gastan en España los visitantes extranjeros, las bajas fueran superiores a las emisiones en esa franja del billetaje.
Tampoco se puede obviar que presiona en la misma dirección el creciente uso de medios de pago electrónicos en el día a día, al que próximamente va a sumarse la emisión del euro digital. No obstante, esa realidad convive con la salida de circulación de 47 millones de billetes de 500 euros (3), de 200 (8) y de 100 (36), a un ritmo de 128.000 diarios, en transacciones que no suelen tener mucho que ver con las economías domésticas.
"El efectivo está condenado a quedarse en algo residual", señala el economista Carlos Sánchez Mato, en alusión, precisamente, a esos procesos.
Cuando hay más mes que sueldo
"Veníamos de un entorno con la covid en el que había ahorro forzoso, costes financieros reducidos y una inflación baja, y de repente nos encontramos con la situación contraria", anota Gallardo.
Ese cuadro de exigencia financiera se enfoca en función del nivel de renta en amortizar créditos e hipotecas o en cubrir necesidades básicas una vez superada la fase inicial de recorte de gastos, a menudo con incidencia en algunos fundamentales como la alimentación y la movilidad. Y se capea, básicamente, de tres maneras.
Lo hacen sin problemas quienes siguen teniendo más mes que sueldo. Cuando las necesidades superan al salario, las opciones consisten en tirar de ahorros (declarados o no) cuando se dispone de ellos y, en caso de no tenerlos, empeñándose si es que el banco, o algún particular, le fía al afectado.
Según el último Índice de Confianza del Consumidor del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), a un 51% de los hogares le sobra renta a fin de mes, un 31% llega justo, un 11,6% admite haber tenido que tirar de ahorros y un 5,1% ha tenido que endeudarse.
Es decir, que uno de cada tres hogares va apurado y otro de cada seis no llega, unos porcentajes que sitúan a cerca de seis y a más de tres millones de familias, respectivamente, en esas situaciones.
Por otro lado, son más (35,2% por 19%) los que consideran que la situación de sus economías familiares se ha deteriorado en los últimos seis meses frente al 45,2% que no percibe cambios.
Más de 200.000 euros de dinero extra para llegar a fin de mes
Según los datos del Banco de España, el ritmo de reducción de los depósitos que las familias guardan en los bancos está alcanzando este año un ritmo de más de 2.600 millones de euros mensuales (18.565 de enero a julio, 88 diarios). Mientras, el de las empresas supera los 3.200 (22.693, 108). En ambos casos incluyendo los que se encuentran a la vista y los aplazados.
Y, paralelamente, el recurso al crédito de consumo se disparó hasta los 18.548 en los primeros siete meses de este año. Un ritmo que supera con claridad el de los dos años previos y que apunta a un volumen de contratación claramente situado por encima de los 30.000, en línea con las marcas de 34.387 y de 36.237 de 2018 y 2019, los dos años previos al pinchazo por la pandemia.
La suma de los algo más de 15.000 millones de euros de deuda que las familias mantienen vía tarjetas revolving (6.700) y descubiertos (8.350), los 18.500 de merma de los depósitos y una cantidad similar en créditos de consumo sitúa por encima de los 52.000 millones de euros la financiación extra que los hogares han necesitado en los primeros siete meses del año.
En el caso de las empresas, esa cifra se dispara hasta los 260.000, con 198.700 en créditos (82.583 a devolver en un máximo de un año), y casi 61.500 en descubiertos y pagos aplazados.
Si a la suma de esos dos registros se le añaden los más de 7.500 sacados de debajo del colchón, el volumen se va al entorno de los 320.000, o se sitúa por encima de los 200.000 si se elimina del cálculo la financiación de las empresas contratada a más de un año.
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