Las dependientas de Inditex rechazan el "humillante" 3% de anticipo que les ofrece la empresa y volverán a la huelga
Las empleadas de las tiendas de Vigo, Pontevedra y Vilagarcía de Arousa desconvocan sus paros tras el compromiso de la compañía de recolocar a todas las trabajadoras de las tiendas que prevé cerrar en la provincia.
A Coruña--Actualizado a
Las dependientas de Inditex volverán a la huelga el 11 de febrero porque consideran insuficiente el acuerdo alcanzado el pasado miércoles en la mesa estatal de retribuciones del grupo entre los sindicatos UGT y CCOO y la dirección de la empresa de Amancio y Marta Ortega. En esa reunión, Inditex se comprometió a aplicar una subida del 3% como anticipo en las nóminas de las empleadas de tiendas ubicadas en provincias con convenios colectivos bloqueados o decaídos.
"Es vergonzoso, lamentable y humillante", asegura Sara Sánchez delegada de la Confederación General del Trabajo (CGT), mayoritaria entre las trabajadoras de Zara y Lefties en Madrid. El sindicato decidió ayer convocar una jornada de huelga como la del pasado 7 de enero.
A pesar de que tiene más de 165.000 trabajadores por todo el mundo, de ellos más de 46.000 en España, la empresa de Amancio Ortega no tiene convenio colectivo para todas ellas, por lo que las condiciones laborales de buena parte de su plantilla se rigen por los convenios colectivos provinciales de cada sector (textil, comercio etcétera). Las dependientas denuncian que en algunas provincias sus exiguos salarios llevan congelados una década.
Un 76% de las trabajadoras de Inditex son mujeres, que superan el 90% de presencia entre el personal de las tiendas y a quienes en la empresa se conocen como "las niñas". La mayoría tienen contratos temporales sin jornada completa, en condiciones precarias de horarios y libranzas y con salarios que en muchas ocasiones no superan los mil euros mensuales.
Discriminación sexista
"Es evidente que hay discriminación sexista. En departamentos donde los hombres son mayoría, como logística y almacenes, los salarios llegan a los 2.000 euros, y además tienen ayudas sociales por hijos, por dependientes con discapacidad, de comedor, etcétera, que a nosotras nos niegan", añade Sara Sánchez. "Inditex vende una imagen de igualdad y de apoyo al desarrollo de la mujer que no se corresponde con la realidad", subraya.
Sólo en los diez primeros meses del año pasado, Inditex ganó 3.095 millones de euros de beneficio neto. Su fundador, Amancio Ortega, que posee una fortuna valorada en más de 50.000 millones, ha obtenido en dividendos más de 3.112 millones en los últimos cuatro años. Las mejoras que reclaman las dependientas, según CGT, representaría 85 millones, es decir apenas el 2,8% de las ganancias netas del grupo entre enero y noviembre del año pasado.
"Nos dicen que con la pandemia y la crisis de Ucrania la empresa tiene pérdidas y que tenemos que apretarnos el cinturón, pero luego vemos en la prensa cómo a los accionistas les anuncian récords de ventas y de beneficios", añade la delegada de CGT.
El pasado miércoles, las dependientas de Bershka, la marca de ropa juvenil del grupo, desconvocaron la huelga que habían anunciado en las tiendas de Vigo y Pontevedra después de que la dirección aceptara recolocar a las 21 trabajadoras de los comercios que prevé cerrar en la capital de la provincia y en Vilagarcía de Arousa, manteniendo además sus actuales condiciones laborales. Antes de que se movilizaran, la empresa sólo había aceptado recolocar a seis de ellas bajándoles los sueldos y con peores horarios.
En noviembre y en diciembre pasado, las dependientas de las tiendas de la provincia de A Coruña, donde Inditex tiene su sede y donde es mayoritaria la Confederación Intersindical Galega (CIG), fueron a la huelga, a la que tambi
en acudió UGT, después de que este sindicato y CCOO suscribieran otro acuerdo que representaba una subida de 123 euros mensuales que alcanzaría los 182 euros a finales de 2024. Tras sus movilizaciones, la empresa accedió a firmar un incremento mayor: 322 euros que llegarán a los 382 euros al final de 2024.
"Lo que han conseguido las compañeras de Galicia es el ejemplo de que no hay que tener miedo a hacerles perder dinero, que es lo que les duele. Es muy triste, pero es así", añade Sandra Sánchez en referencia a la "previsible" convocatoria de una huelga en fechas aún por determinar.
Las delegadas de CGT, y también de la CIG, critican además que CCOO y UGT, que son minoría en las tiendas de Madrid y Galicia, suscriban acuerdos que les afectan con la empresa al margen de la representación sindical mayoritaria. Ambas centrales pueden hacerlo dado que tienen la consideración de sindicatos más representativos a nivel estatal en todos los sectores.
"No hay que tener miedo a hacerles perder dinero, que es lo que les duele"
En el comunicado que UGT y CCOO hicieron público el miércoles, las dos centrales aseguran que en la reunión de la mesa de retribuciones han logrado "comprometer" a Inditex para que cumpla el anuncio de que aplicará un anticipo del 3% a todas la plantillas cuyos convenios estén congelados, a. cuenta de la cantidad que se acuerde cuando se negocien.
"No se trata de un acuerdo, es un compromiso de la empresa, además son anticipos que ya se venían haciendo aunque en menor porcentaje, aunque eso no es lo más importante", explica Álvaro García, responsable de Inditex en UGT. "Lo importante es que acordamos la prórroga en 2004 del incentivo de mil euros para las trabajadoras a jornada completa y de 600 para las que tienen jornadas de menos de 24 horas semanales", es decir el mismo que habían rechazado las dependientas de A Coruña, y que se abonará en 2023 en la nómina de febrero.
García señaló además que en la reunión del miércoles "se habló de un plus de 300 euros al mes para 37.000 trabajadores, de ayudas sociales, calendarios, jornadas, libranzas de fin de semana, trabajo por la tarde... La empresa no se pronunció pero estuvo receptiva", asegura el responsable de UGT, quien añade la disposición de su sindicato para ir a la huelga si no hay acuerdo. "No vamos a tener problemas con eso, pero para levantarse de la mesa primero hay que sentarse a dialogar y a negociar", dijo.
Público ha intentado sin éxito obtener la opinión de CCOO, que al cierre de este artículo no había respondido al ofrecimiento de este diario.
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