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Crece el número de cooperativas en Catalunya, pero los expertos piden medidas para garantizar su supervivencia

Pese a que el Departament de Treball las sitúa en las 4.600, el consultor Xavier López insta a clarificar las inscritas en la Seguridad Social, mientras el director de la Cátedra de Economía Social del Tecnocampus, Eloi Serrano, pide que el cooperativismo fortalezca las alianzas con la industria para ganar músculo.

2023 - La cooperativa agrícola Conca de la Tordera, al Maresme.
La cooperativa agrícola Conca de la Tordera, al Maresme. ACN

Los datos oficiales, extraídos del Observatori del Treball i el Model Productiu del Departament de Empresa i Treball, muestran que las cooperativas catalanas pasan por un buen momento, con un incremento de la cifra de entidades entre 2016 y 2022. Las estadísticas sitúan este crecimiento en el 46% con cierta resistencia a adoptar el modelo por parte del sector tecnológico.

Este impulso del cooperativismo se traduce en que el año pasado, en Catalunya se contabilizaban 4.600 entidades, la mayoría de consumo y vivienda. El director general de Economía Social y Solidaria de la Generalitat de Catalunya, Josep Vidal, admite que "el reto principal es impulsar este modelo de gestión democrática en las startups tecnológicas".

A pesar de este supuesto estado de buena salud, algunos expertos en el mundo cooperativo cuestionan las cifras, basándose en la realidad de los datos de las entidades afiliadas a la Seguridad Social, que muestran un total de 3.063 y en que, siguiendo los registros oficiales del Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat), en Cataluña, en 2019 había menos cooperativas que en 2007.

Con el objetivo de acotar y ordenar el sector, el Govern prepara la Ley de la Economía Social y Solidaria, una norma que pretende definir quién podrá ser economía social y solidaria con la voluntad de ganar impulso. Josep Vidal recuerda que este ámbito representa el 2,19% de las empresas y emplea a 142.000 personas, según los datos de 2020.

La Generalitat defiende que se trata de un modelo más resiliente en los choques económicos y ofrece unas mejores condiciones laborales a los trabajadores. De hecho, la Administración atribuye a la Ley de Cooperativas de 2015 su crecimiento, puesto que ésta favorecía que se fundaran con dos socios en vez de los tres que se pedían anteriormente.

Desde el sector cooperativo aportan alguna visión que pone el foco en la interpretación de los datos. Es el caso de Xavier López, experto y consultor en economía social, que entre 2011 y 2016 fue director general de Economía Social y Cooperativas de la Generalitat. "Nos deberíamos preguntar cuál es el registro real: ¿el de las cooperativas contabilizadas o las que están dadas de alta en la Seguridad Social con alguna actividad?". López alude a los datos de la Confederació de Cooperatives de Catalunya, que recogen la presencia de 3.063 empresas.

¿Tendencias o realidades?

En la misma línea, Xavier López se interroga sobre cuántas de estas cooperativas están formadas exclusivamente por dos socios y cuál es el número de puestos de trabajo que generan. Por su parte, el director de la Cátedra de Economía Social del Tecnocampus Mataró-Maresme de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), Eloi Serrano, añade que "los datos estadísticos deberían afinarse metodológicamente con el objetivo de que reflejen la realidad y que no sólo muestren tendencias".

Según Serrano, uno de los déficits que presenta el mundo cooperativo catalán es su descuelgue respecto al ámbito sindical. "Las cooperativas están poco presentes en los polígonos industriales, lo que denota que no se ha producido una alianza entre actores y una generalización del relato neoliberal, que achaca a la individualidad la resolución de los problemas".

Así, el especialista detalla que "los datos no parecen indicar que, en términos agregados, el cooperativismo en Catalunya haya representado una alternativa muy tomada en consideración a la hora de buscar nuevos horizontes tras la mayor crisis que ha sufrido el capitalismo desde el crack de 1929". Además, expone que otro factor que tiene que ver con esta especie de debilidad es que el fomento del emprendimiento está orientado a ser una herramienta de autoempleo individual y no colectiva.

El director de la Cátedra de Economía Social del TecnoCampus, tomando como base datos del Idescat, concluye que ahora hay menos cooperativas que en 2007. Como complemento al dato, Serrano precisa que "a grandes rasgos, el ritmo de recuperación económica fue superior al ritmo de crecimiento de las cooperativas". Significativamente, recuerda que respecto a 2007, la economía catalana ha crecido y el número de cooperativas ha disminuido.

Refugio en tiempos de crisis

Existe cierta propensión a crear cooperativas en tiempos de crisis como un efecto refugio y rechazo a los preceptos o modelos que han derivado en la situación económica del momento. Sin embargo, Serrano asegura que sigue habiendo menos cooperativas en el 2023 que hace 16 años. "Un reto importante de futuro, más que la creación de cooperativas, es saber cuántas sobrevivirán dentro de cinco años". Vincular el mundo cooperativo al sector industrial, ya que ahora están orientadas a los servicios y al consumo, e implantar medidas para que estas compañías ganen músculo y dimensión a través de la cooperación y la integración son algunas de las herramientas que reivindica el experto.

El Departament de Empresa i Treball ha abierto una convocatoria del programa de ayudas Empleo + Transformación, dirigido a personas trabajadoras autónomas, microempresas y cooperativas con el objetivo de ofrecerles apoyo para el mantenimiento del empleo –con la compensación de una parte de los costes salariales- y facilitar su digitalización o transición hacia la economía verde.

Por medio de este programa, Treball ofrecerá una ayuda de 5.000 euros a autónomos, microempresas y cooperativas que tengan entre una y cinco personas trabajadoras asalariadas (o socias trabajadoras) con el compromiso de mantener todos los puestos de trabajo durante un mínimo de seis meses desde la solicitud de la subvención. Además, la entidad deberá realizar en el plazo de seis meses desde la recepción de la ayuda una actuación formativa que facilite la transición de su actividad productiva hacia la economía verde o la digital.

Más allá de ese compromiso en forma de ayudas económicas, los expertos claman una reorientación del mundo cooperativo, intensificando las acciones pedagógicas y de difusión de este ámbito empresarial. Como ejemplo, el Tecnocampus de Mataró es el único centro en la esfera estatal que ofrece una cátedra de economía social. Según señalan, este paso adelante, en el que deberían potenciarse los efectos del bien común por encima de los beneficios en este tipo de empresas, debería iniciarse desde los propios servicios de orientación y promoción económica de los ayuntamientos.

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