Botín y Orcel se ven en los tribunales por el frustrado fichaje como consejero delegado del Santander

El miércoles de esta semana llega a juicio una de las disputas más públicas en torno a una oferta de empleo en el mundo financiero, que enfrentará al banco español Santander con Andrea Orcel pocas semanas antes de que el conocido banquero tome el timón de UniCredit en Italia.

El caso comenzó a raíz de la decisión tomada por Santander hace dos años de renunciar repentinamente a sus planes de convertir a Orcel en su consejero delegado tras un desacuerdo sobre su paquete salarial.

La disputa ha suscitado un gran interés en los círculos financieros, no sólo por su difusión pública, sino también por el hecho de que se haya recurrido a los tribunales, ya que este tipo de litigios suelen tratarse a puerta cerrada.

Se prevé que el juicio en el Juzgado de Primera Instancia número 46 de Madrid concluya en un día, pero la sentencia podría tardar semanas o incluso meses, lo que significa que Orcel podría estar ya dirigiendo UniCredit con el litigio aún pendiente.

El desacuerdo es sobre si una carta oferta de cuatro páginas de septiembre de 2018 era un contrato de trabajo vinculante, como dice Orcel, o una oferta inicial no vinculante, como dice el banco.

"Es un pleito de honor", ha dicho una fuente conocedora del caso.

Sin embargo, también hay dinero de por medio. Orcel ha demandado al Santander, el segundo banco de la zona euro por valoración bursátil, por hasta 112 millones de euros (126 millones de dólares).

El italiano, que anteriormente dirigía el negocio de banca de inversión del grupo UBS, presentó su dimisión en el banco suizo cuando le ofrecieron el puesto en el Santander.

Nuevo trabajo

Cuando el Santander anunció el nombramiento de Orcel, el banco se comprometió a pagar "hasta" 35 millones de euros de un paquete de 55 millones de euros que Orcel debía recibir en los próximos años de UBS.

La carta oferta decía que Orcel haría sus "mejores esfuerzos" para limitar dicho coste haciendo que el banco suizo hiciera una aportación, algo que, según el Santander, el italiano no hizo. UBS se negó a pagar y Orcel dijo entonces al Santander que no aceptaría menos de 35 millones de euros, lo que finalmente condujo a la ruptura.

Orcel exige al Santander que cumpliera su oferta o pagara una indemnización, pero previsiblemente será nombrado consejero delegado de UniCredit a partir de mediados de abril, por lo que podría decidir retirar su demanda de cumplimiento de contrato.

Una fuente conocedora de la situación dijo a Reuters a finales de enero que Orcel estaba abierto a llegar a un acuerdo con el Santander y que estaría dispuesto a reducir su reclamación a 60 millones de euros.

Todavía se puede llegar a un acuerdo extrajudicial entre ambas partes antes de la sentencia. Si no hay acuerdo, la sentencia en sí podría ser recurrida, lo que podría alargar la batalla legal durante meses o incluso años.

Incluso si Orcel acaba ganando, podría optar por que la sentencia no se ejecute para permitirle seguir con su carrera profesional en Italia, renunciando a cualquier indemnización, según la fuente.

Testimonios

La presidenta ejecutiva del Santander, Ana Botín, declarará el miércoles ante el tribunal. El presidente de UBS, Axel Weber, ha sido citado como testigo, pero el banco declinó hacer comentarios o decir si podría acudir al tribunal en persona.

Una fuente del juzgado de Madrid dijo que Weber había solicitado declarar a distancia pero que el juez no había tomado aún una decisión.

Orcel no ha sido llamado a declarar pero podría estar presente en el tribunal, según la fuente con conocimiento del tema.

Santander declinó hacer comentarios antes del juicio, mientras que Orcel no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios que Reuters envió a través de UniCredit.