El Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido por cuarta vez consecutiva los tipos de interés en el 4,5%, su punto más alto desde 2001 a pesar de que la inflación continúa bajando en la Eurozona. La facilidad de crédito (la que presta a los bancos a un día) se ha dejado asimismo sin cambios después de que este jueves se reuniera en Fráncfort el Consejo de Gobierno del organismo. La facilidad de depósito, por otro lado, se queda en el 4%. 

El instituto emisor deja los tipos intactos después de que éste pisase el freno en su cita de octubre. Desde julio de 2022, el BCE había realizado diez subidas consecutivas del precio del dinero, elevando los tipos en 450 puntos básicos durante el ciclo de aumentos y que lo situaron en su nivel más alto en más de 20 años. 

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha destacado el proceso desinflacionario en curso en la zona euro, que ha permitido a la entidad mejorar sus previsiones de inflación. Esto ofrece una mayor confianza a los miembros del Consejo de Gobierno, "pero no la suficiente", por lo que son necesarios más datos. Lagarde ha señalado que en abril habrá más información al respecto y "mucha más en junio".

"Hay una clara caída en marcha, estamos logrando buenos avances hacia nuestro objetivo de inflación. Como resultado, tenemos más confianza, pero no la suficiente y claramente necesitamos más evidencia, más datos", ha asegurado Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE.

La presidenta del BCE ha subrayado que no hubo ninguna discusión al respecto de bajar los tipos en el debate durante la reunión de este jueves. Lagarde ha añadido que el órgano de gobierno de la entidad únicamente acaba de empezar a debatir el ajuste de su postura restrictiva, ya que "el banco central requiere de mucha más información en los próximos meses para tener suficiente confianza".

Finalmente, Lagarde ha explicado que el coste laboral unitario y el beneficio unitario son dos elementos a los que estarán especialmente atentos. 

Contexto macro actual

La tasa de inflación interanual de la zona euro fue del 2,6% en febrero, una cifra dos décimas inferior a la subida de precios registrada en el mes anterior. Al excluir del cálculo el impacto de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco, la tasa subyacente se moderó también dos décimas, hasta el 3,1%.

Asimismo, Eurostat confirmó que el PIB de la eurozona esquivó la recesión tras registrar un estancamiento en el cuarto trimestre respecto de los tres meses anteriores, cuando se redujo un 0,1%. En el caso de Alemania, este país registró una contracción del 0,3% en el cuarto trimestre, después de estancarse entre julio y septiembre. Francia, por su parte, repitió la parálisis de los tres meses anteriores, e Italia aceleró su expansión al 0,2% desde el 0,1% del tercer trimestre. España vivió una expansión del 0,6% desde el 0,4%, lo que la volvió a situar como la  economía con mejor evolución.

El funcionamiento de la economía de la eurozona entre octubre y diciembre fue ligeramente peor que en Estados Unidos, donde el PIB aumentó un 0,8% trimestral. Peor ha sido la suerte de Reino Unido, que entró en recesión técnica tras ceder un 0,3% en el último trimestre de 2024 y dejarse un 0,1% durante el tercero.