Este artículo se publicó hace 2 años.
¿Por qué ahora no hay que poner la lavadora de madrugada?
El intenso despliegue de la energía fotovoltaica y la llegada del buen tiempo desploman las cotizaciones de la electricidad en el tramo central de la jornada para situar a mediodía y a primera hora de la tarde los precios más baratos de las tarifas reguladas y de las indexadas con las subastas del mercado mayorista.
Zaragoza--Actualizado a
El intenso despliegue de las energías renovables, especialmente el de la fotovoltaica, ha dado con la llegada de la primavera un vuelco a los tramos horarios de las tarifas reguladas y de las indexadas con las subastas del mercado mayorista, que son entre la tercera parte y la mitad de las domésticas, para situar las horas más baratas en el tramo central del día, a partir de las 12.00 y hasta las 18.00, o las 19.00 incluso, en función de la intensidad de la radiación solar: el mantra que hace unos meses animaba a poner las lavadoras de madrugada para ahorrar ha quedado desfasado, y aplicarlo se transforma para esos usuarios en episodios de derroche.
Los datos de OMIE, el Operador del Mercado Ibérico de Electricidad, y los de Red Eléctrica (la empresa que gestiona el transporte de esa energía en todo el país ), recogen cómo el aumento de las horas de sol y de la intensidad de su radiación por el comienzo de la primavera han dejado obsoleto el mantra con el que fue recibido el sistema de tarificación horaria estrenado en junio: las ocho horas más baratas del día para ese tipo de tarifas se concentraron entre las 12.00 y las 20.00 el pasado sábado y de las 11.00 a las 19.00 el viernes, con precios finales de entre nueve y 18 céntimos por kilowatio/hora para tarifas como la 2.0TD (menos de 10 kw de potencia), mientras que a lo largo del mes de abril ha sido frecuente que entre dos y cuatro de esas horas más baratas se ubicaran en esa fase pese a seguir vigente la división de la jornada por tramos.
Eso, que rige para las tarifas reguladas y para las indexadas pero no para las del mercado libre, en las que cliente y compañía pactan sus propios tramos horarios y precios, ha ido ocurriendo conforme la fase soleada del día iba creciendo y siempre que no se tratara de días con frentes nubosos y borrascosas o con episodios tormentosos generalizados, en los que las horas baratas se concentran en la noche, como ocurrió el martes y va a ocurrir el miércoles, cuando los precios ventajosos se sitúan entre la medianoche y las ocho de la mañana.
Concretamente, en 20 de los 25 días transcurridos entre el 10 de abril y el 4 de mayo los precios horarios de la electricidad doméstica más bajos se han situado entre 14.00 y las 18.00 horas y en otro , este miércoles, de once a doce de la mañana; en tres ocasiones, con cotizaciones inferiores a los seis euros mientras las máximas solo han bajado de cien en dos ocasiones.
Ventaja para el consumidor, riesgo para el despliegue
"La fotovoltaica ha crecido mucho, y era previsible que cuando hubiera más sol entrara más y bajara la luz. Eso es lo que van a hacer las renovables, sobre todo las variables que dependen de la naturaleza, porque los costes de explotación son muy bajos y no tienen coste de oportunidad porque no pueden decidir cuándo producen energía y cuándo no", explica Sara Pizzinato, consultora especializada en asuntos energéticos, que destaca cómo "estamos viendo con claridad la ventaja de las renovables".
Todo apunta a que la expansión de la energía fotovoltaica va a seguir, ya que, según los datos de Red Eléctrica, a los 5.843 megawatios/hora de potencia que suman las instalaciones en servicio se les suman otros 60.720 que cuentan con los permisos para acceder a la red de transporte, lo que situará a esa tecnología claramente por delante de la eólica (15.641 más 18.936) mientras que las cifras para el resto de las tecnologías "verdes" son 9.730 y 132.
Sin embargo, ese ritmo de desarrollo se encuentra con un obstáculo en el propio sistema de subasta marginalista del que salen los precios horarios de la electricidad: "el precio es muy elevado en las horas que lo marca el gas y muy bajo cuando lo marcan las renovables. El mercado mayorista no resulta adecuado para ninguna de esas tecnologías, ya que la primera sale demasiado cara para el consumidor y en la segunda se puede desincentivar la inversión porque, al tener costes de explotación muy bajos y no poder ofrecer coste de oportunidad es difícil que se puedan recuperar los costes de capital de la inversión. Eso hace necesaria una revisión del mercado", señala la consultora.
Eso ocurre para las instalaciones de energía fotovoltaica cuya energía se comercializa en el mercado mayorista. Las que tienen la cobertura de las subastas estatales venden su producción a unos 25 euros por megawatio, mientras que en las subastas ha llegado a caer a 80 céntimos en abril.
Pizzinato: "Con los precios actuales no es rentable operar en el sistema marginalista, no hay incentivos para invertir"
"Con los precios actuales no es rentable operar en el sistema marginalista, no hay incentivos para invertir" en renovables con ese destino, anota Pizzinato, que llama la atención acerca de cómo "lo que es una ventaja para el consumidor a corto plazo puede suponer riesgos a largo para el desarrollo de las renovables", con lo que ello supondría para la contención de las cotizaciones.
"No tiene sentido pagar toda la electricidad al precio de la producida con gas ni tampoco lo tiene aplicar un sistema marginalista a tecnologías sin costes marginales", resume la consultora, que considera necesario dividir las fuentes de energía en al menos dos bloques en función de esas características y que califica de "esencial" tanto la diversificación, con el avance de la termosolar y la geotérmica y de sistemas de almacenamiento que permitan disponer de electricidad de bajo precio por las noches, como el establecimiento de modelos de gestión combinada, especialmente con la hidráulica, buena parte de cuyas concesiones vencen en los próximos años.
Más de 3.500 millones en rebajas fiscales
Mientras tanto, y a la espera de que los gobiernos de España y de Portugal acaben de poner en marcha los topes al precio del gas para producción eléctrica, las rebajas fiscales para los hogares con potencias inferiores a los 10 Kw.h van sumando cantidades que ya superan los 3.500 millones de euros.
El último Informe Mensual de Recaudación de la Agencia Tributaria cifra en 1.900 millones de euros las rebajas impositivas en el recibo de la luz que el Gobierno ha aplicado en los tres primeros meses de este año: 371 en la reducción del IVA del 21% al 10%, 492 en la rebaja del impuesto especial de la electricidad del 5,1% al 0,1% y otros 1.037 por el tributo que grava con un 7% la generación y que acaba soportando el consumidor.
A esta cifra se le suman otros 1.605 millones de euros en rebajas acumuladas entre julio y diciembre: 509 por el IVA, 336 por el especial y 760 por el de generación, lo que hace un total de 3.505 en nueve meses.
Los elevados precios de la electricidad, que han situado las tarifas reguladas como las más caras del mercado cuando tradicionalmente han sido las más asequibles, están provocando una mar de fondo entre los consumidores: un informe de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) concluye que 1,25 millones de ellos cambiaron el año pasado las tarifas reguladas por las libres, un volumen que supera a la suma de los dos ejercicios anteriores. Paralelamente, 5,04 millones de usuarios (1,3 millones más que en 2020) cambiaron de compañía, en nueve de cada diez casos en el mercado libre.
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