Sabadell pide al Gobierno que sea transparente en la opa del BBVA
El presidente de la entidad catalana alerta a sus accionistas de los "riesgos de ejecución" de la opa, y apela al "bien común de este país" a la hora de valorar la oferta del BBVA.

Barcelona--Actualizado a
El presidente del Banco Sabadell , Josep Oliu, instó el jueves al Gobierno de España a ser transparente sobre la oferta pública de adquisición hostil del BBVA, para que los accionistas tengan toda la información antes de decidir si ofrecen sus acciones.
"Para cuando los accionistas tengan que decidir, los accionistas deberían tener toda la información acerca de cuáles son las condiciones que el Gobierno pueda poner a esta operación", dijo Oliu en un encuentro con la prensa previo a la celebración de la junta ordinaria de accionistas.
Oliu subrayó que el Gobierno "tendría que ser claro sobre sus intenciones" de si aceptará o no una fusión entre las dos entidades en el caso de que la opa salga adelante, y que, si no acepta la unión, también debe ser claro en las condiciones de gobierno corporativo que se deberían cumplir para no mermar la competencia. El banquero apuntó que uno de los temas que el Gobierno debería analizar es el daño que la operación pudiese tener en Catalunya, Comunidad Valenciana o Murcia, "lugares en los que Banco Sabadell actúa como banco principal".
Según la legislación española, el Gobierno no puede impedir que se realice una opa, pero tiene la última palabra sobre si una fusión sigue adelante. De momento, los responsables económicos del Ejecutivo han venido expresando su oposición a una fusión entre las dos entidades, debido al impacto potencial en la competencia y el empleo.

Por su parte, el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, aseguró en el encuentro con los medios que la opa del BBVA "pone en peligro el bienestar" de España por su afectación sobre el tejido empresarial y, en especial, sobre las pymes. González-Bueno aseguró que esta afectación sobre el tejido industrial y productivo no es reparable, es un "hueco que queda vacío", y lo diferenció del segmento de particulares, que sí que se rellena.
Grandes accionistas
BBVA ha condicionado su oferta a la aprobación de los inversores que posean la mayoría de los derechos de voto de Sabadell; alrededor de la mitad de los accionistas son inversores minoristas, por lo que serán clave para decidir su destino. González-Bueno dijo que esperaba que los pequeños accionistas no aceptaran la oferta ("les encuestamos semanalmente y en general no tienen intención de canjear sus acciones", señaló), mientras que Oliu dijo que no esperaba que los grandes inversores institucionales tomaran una decisión hasta que se explicaran todos los detalles en el folleto de la oferta.
A este respecto, Oliu tachó de "bulo" las informaciones que aseguran que el BBVA contaría ya con el apoyo de grandes inversores institucionales. Para dar credibilidad a su afirmación, aseguró que él ha hablado directamente "con Blackrock, con Vanguard... y la decisión la toman al final".
Posteriormente, durante su intervención en la junta ante los accionistas, Josep Oliu alertó de los "riesgos de ejecución" de la opa lanzada por el BBVA, y apeló al "bien común de este país" a la hora de valorar la oferta.
El presidente advirtió de que las sinergias de la opa se reducirían en caso de que no se concretara una fusión entre ambas entidades y ha subrayado que la presumible imposición de condiciones a la operación para minimizar problemas de competencia impactaría en el valor del hipotético banco resultante.
El consejo rechazó una primera propuesta amigable del BBVA al considerar que su proyecto en solitario ofrecería "mayor creación de valor para sus accionistas". "Después de diez meses de proceso, la realidad es que la cotización conseguida por el banco es sustancialmente superior al valor ofrecido en su día por el BBVA", afirmó Oliu. "La prima, a día de hoy, es negativa. Es decir, que si canjearan hoy sus acciones por las de BBVA, el valor obtenido sería menor que el que tienen actualmente con sus acciones", recalcó.
El Sabadell celebró la junta (la primera tras la vuelta de la sede social de la entidad a Catalunya) con su cotización en máximos de en torno a 15 años, con sus acciones rondando los 2,8 euros, a pocas semanas de la que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se pronuncie sobre la opa. Ante sus accionistas, Oliu declaró que el proyecto del Sabadell atraviesa un momento de "pleno rendimiento" y "máxima solvencia", por lo que "se puede considerar como un proyecto con riesgo de ejecución bajo".
Al terminar su intervención, el presidente recibió un prolongado aplauso por parte de los cerca de un millar de asistentes a la junta, puestos en pie: "Muchísimas gracias, me hace mucha ilusión", dijo un Oliu emocionado.
Los accionistas del Sabadell dieron luz verde a todos los puntos del día, entre los que se incluía la la renovación de César González-Bueno como consejero delegado de la entidad. También se aprobó la reelección de Manuel Valls como consejero independiente, y el nombramiento de María Gloria Hernández y Margarita Salvans como consejeras independientes.
Igualmente, los accionistas aprobaron la distribución de un dividendo de 12,44 céntimos por acción, complementarios a los 8 céntimos percibidos en octubre. Asimismo, se dio luz verde a reanudar la recompra de acciones correspondiente a 2023 por importe de 247 millones de euros, suspendido por la opa de BBVA, y un programa de recompra adicional de 755 millones de euros.
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