Los países del G-20 están perfilando un paquete global de estímulo fiscal para facilitar la recuperación de la economía a través de los principales organismos internacionales. Esta podría una fórmula de consenso para superar las diferencias existentes entre Estados Unidos y Europa.

La propuesta, que ha sido desvelada por el vicepresidente económico, Pedro Solbes, se complementaría con un llamamiento para que los distintos países hagan un 'esfuerzo importante' para combatir la recesión, aunque cada uno de ellos decidiría sus planes concretos en función de las actuaciones ya realizadas y su margen de maniobra desde el punto de vista presupuestario.

El paquete fiscal global se instrumentaría a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bancos regionales de desarrollo.

Solbes dijo que en los primeros contactos de la cumbre ha quedado reflejada una 'clarísima voluntad de acuerdo' entre los distintos países e intentó minimizar las diferencias entre las distintas posiciones, a las que denominó 'enfoques distintos'. En relación con los posibles resultados de la cumbre, Solbes aseguró que habrá dos tipos de acuerdos: sobre cifras concretas y, en los temas más complejos, como es la regulación del sistema financiero, sobre los principios.

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, elogió el papel de España en la ayuda internacional al desarrollo y se congratuló de que haya mantenido sus compromisos a pesar de la crisis. Zoellick se ha reunido con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el marco de la cumbre de Londres del G-20. Zapatero subrayó los buenos resultados obtenidos en los programas que España financia en Centroamérica, la comunidad andina y el África subsahariana.

Zapatero y el presidente del Banco Mundial intercambiaron puntos de vista sobre la posibilidad de ampliar los acuerdos de colaboración en programas de desarrollo, aunque sin profundizar en los temas, ya que el próximo 18 de mayor volverán a reunirse en un encuentro oficial en Madrid.