El Bayern Múnich ha derrotado por 2-1 al Friburgo con dos goles de Arjen Robben -uno de ellos de penalti- en un partido que resultó más difícil de lo esperado ante el penúltimo de la clasificación.

Con la victoria -en un compromiso en el que Franck Ribery estuvo en la tribuna- el Bayern sigue líder, después de haberle cedido por 24 horas la posición al Schalke. 'En el segundo tiempo Robben fue otra vez Robben. Estoy contento de que juegue en el Bayern', resumió el partido el entrenador Louis Van Gaal.

El Friburgo se fue sorprendentemente en ventaja con un disparo de Cedic Makiadi desde la media luna en el minuto 32, justo en la fase del partido en el que el Bayern parecía haber encontrado el camino hacia la portería contraria.

El partido había empezado con un Bayern que tenía la pelota y dominaba las acciones pero, salvó una ocasión de Ivica Olic en el minuto 3 tras un pase de Thomas Müller, parecía faltarle incisividad. Aunque todo el juego estaba volcado sobre la mitad del Friburgo, habían hecho falta que pasaran 25 minutos para que volviera a haber llegadas de peligro.

Dos veces Miroslav Klose estuvo cerca de marcar, la primera vez cuando el meta Pouplin le quitó el balón de las pies y la segunda con un remate de cabeza en el minuto 27 que salió ligeramente desviado.

Cinco minutos después el gol de Makiadi puso el partido patar arriba. El Friburgo prácticamente no había llegado hasta ese momento y se había dedicado ante todo a defenderse y a tratar de cerrarle el camino al Bayern hacia su portería.

Con el gol en contra vino una fase en la que el Bayern pareció perder el rumbo y en el que la desesperación empezó a cundir lo que se expresaba en constantes entregas equivocadas. Alrededor del minuto 60, los bávaros parecieron encontrar la fórmula para llegar. En el 61 Ivica Olic metió un centro al área chica al que Müller y Klose están a punto de llegar.

Esa jugada, fue el comienzo de una presión constante que al final trajo el empate en una falta desde el borde del área lanzada por Robben en el minuto 76. El segundo llegó de penalti -Banovic había derribado a Müller en el área cuando estaba en posición de marcar- y otra vez Robben no falló.