Keita no suele tener los focos. Cuando juega, marca pocos goles, pero el de ayer tendrá un valor incalculable. En un momento clave de la temporada, con el equipo derrengado por el esfuerzo de cada tres días, a los suplentes abnegados como él se les encomendaba el papel de dar un paso al frente. Deben sostener al grupo, empujarlo, y fortalecerlo. Y nadie mejor que Keita para representar en el Barça la implicación, la solidaridad y la disciplina cuando se le pide. Desde la segunda línea, con una concentración sin fisuras, el duro malí marcó su segundo gol de la temporada, y destacó por su capacidad de trabajo.

Lo que más sobresale en Keita es el carácter y la actitud. También en Mascherano, otro fichaje que ha asumido el papel de gregario con discreción y sin queja. Ayer jugó un partido excelente, por su capacidad de anticiparse en todas las pelotas divididas. El buen papel del Jefecito explicó que el Barça avasallara al Zaragoza en su campo, con un 81% de posesión del balón.

Con la cabeza en el Arsenal y puntales como Iniesta y Busquets reservados, la historia la escribió la renuncia del Zaragoza a atacar. Salvo un balón repelido por Valdés tras un despiste de Piqué, no hubo sustos para el Barça en un monólogo atacante en el que los más batalladores recibieron esta vez estímulos a su labor. Solo faltó un mejor premio para Bojan, titular ayer, un gol que necesita para salir del páramo en que ha encallado su progresión.

Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Milito, Maxwell (Abidal, min.75); Xavi, Mascherano, Keita; Pedro (Iniesta, min.86), Messi y Bojan (Villa, min.65).

 Zaragoza: Doblas; Diogo, Jarosik, Da Silva, Lanzaro, Obradovic; Pinter (Edmilson, min.55), N'Daw, Ander Herrera (Jorge López, min.71), Bertolo (Uche, min.50); y Sinama-Pongolle.

Gol: 1-0, min.43: Keita.