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Dori Ruano: "Antes nos tachaban de protestonas y lloronas, ahora se habla de feminismo. Ese es el gran cambio"
Campeona del Mundo, premio Reina Sofía del Deporte, con tres Juegos Olímpicos a sus espaldas… Dori Ruano reconoce asistir con felicidad a los muchos avances logrados en el deporte femenino después de mucho "pelear".
Isabel de la Calle Fernández
Madrid--Actualizado a
Premio Reina Sofía del Deporte, Medalla de Oro al Mérito Deportivo, campeona del Mundo en ciclismo en pista, tres Juegos Olímpicos en sus piernas… Dori Ruano es uno de los grandes referentes del ciclismo nacional.
Nacida en la localidad salmantina de Villamayor en 1969, su llegada al mundo del pedal se produjo por admiración a Perico Delgado, la gran figura española por entonces, puesto que el ciclismo femenino apenas existía. "Yo comencé a montar en bici por Pedro Delgado porque era mi ídolo, porque yo solo conocía ciclistas hombres. Luego, ya después de dedicarme al ciclismo, conocí la figura de la francesa Jeannie Longo porque era la mejor del mundo, pero en prensa no salía absolutamente nada, ni siquiera en medios especializados", asegura la salmantina.
Su forma de ser, su pelea constante por igualar condiciones en los pelotones masculino y femenino en particular y en la vida en general, hacen que caigan sobre su espalda el peso de la responsabilidad del cambio que se ha producido de los años 80 a la actualidad: "Es posible que sí, que me sienta un poco responsable… gracias a mi insistencia se han logrado muchas cosas. Entonces me llamaban llorona, me decían que era una mosca cojonera… He peleado mucho, no sé si para conseguir mucho o nada. Eras una visionaria, me dicen ahora… pero lo cierto es que yo solo quería que nos trataran igual. Antes nos tachaban de protestonas, de lloronas, ahora se habla de feminismo. Ese es el gran cambio", reconoce la exprofesional ciclista, ya retirada.
"Ahora hay mucha más igualdad en el mundo del deporte masculino y femenino, pero en la época en la que yo era deportista lo único que era igual era la beca ADO. Las diferencias entre los premios que nos daban eran abismales, pero no solo los ofrecidos por entidades privadas, sino por instituciones públicas, que era peor", recuerda Ruano.
"De hecho, había diferencias que ahora nos hacen hasta reír porque serían inviables a día de hoy, pero entonces eran terribles. Por ejemplo, una ciudad o un pueblo organizaba una carrera ciclista y al chico le daban un premio en metálico y un jamón, y a la chica, nada… ¡nada!", subraya aún indignada la deportista charra.
"En cuanto a la repercusión mediática, qué te voy a decir. En la televisión pública, por ejemplo, se retransmitía la carrera masculina del Mundial, y de la femenina, ni un resumen. Luego decían que no generamos dinero, ni patrocinios… Si no sabían que existíamos, ¿cómo lo íbamos a generar?", se lamenta.
Ejemplos le vienen cientos a la cabeza… "En el Mundial de Japón de 1990, un conocido director deportivo español me dijo una frase que no se me olvidará: ¡Qué bien que han traído a las chicas a hacer turismo a Japón!. Sentí una impotencia muy grande en ese momento… pero es que era algo que estaba normalizado. En otro Mundial, en el equipo femenino español nos dieron a elegir o un fisio o un mecánico porque no había para más… el equipo masculino llevaba cinco de cada. Otro ejemplo más", añade. "Eso ahora es inconcebible, pero entonces no lo era", recuerda.
Ruano aboga por una clave en la normalización del papel de la mujer en el deporte
Su lucha e insistencia permitió, además, romper una barrera más, esta vez en la empresa privada. Muchos ciclistas cuando terminaban su carrera profesional, eran llamados por la empresa organizadora de la Vuelta a España para incorporarse a su equipo de relaciones públicas y conducir los coches oficiales que hacen de guías para representantes institucionales y personas conocidas. No había ninguna mujer en este puesto hasta que Dori Ruano llamó a la puerta. "La respuesta fue que era imposible, que no estaba contemplado. Pero insistí e insistí, reivindiqué ese sitio para las mujeres en igualdad y lo logré. Ahora no estoy sola ya", apunta con una sonrisa la salmantina.
Ruano aboga por una clave en la normalización del papel de la mujer en el deporte: "La educación. Sin cierta sensibilidad, hay actitudes que no se ven, pero están ahí. Hay que conseguir que a todos les chirríen esas cosas para lograr detenerlas", asegura con seriedad. "Los medios de comunicación, por ejemplo, tienen un papel muy importante. Basta del trato vejatorio de llamarnos la mujer de o la novia de, de las fotos sexualizadas de las deportistas… hay que trabajar desde todos los ámbitos sin descanso", reconoce.
La propia ciclista charra, junto con otras 12 deportistas de primer nivel nacional, participó en 2019 en una película documental titulada Las hijas de Cynisca que muestra la discriminación en el día a día de las mujeres deportistas y profundiza en las diferentes maneras en las que esta se manifiesta: falta de referentes en la infancia; vulneración de los derechos de las mujeres en el deporte; diferencia en los sueldos, recursos y premios; falta de visibilidad y diferente trato en los medios de comunicación; menor reconocimiento a pesar de los logros obtenidos; dificultades para encontrar patrocinios; ausencia de mujeres en cuerpos técnicos y/o federaciones; excesiva atención sobre la apariencia física de una deportista y utilización de su cuerpo como espectáculo.
La salmantina, que actualmente también es comentarista de pruebas ciclistas en la cadena Eurosport, está convencida de que cualquier paso que se dé en la dirección correcta en este aspecto, tendrá consecuencias muy positivas y que se extenderán más allá del propio mundo del deporte.
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