Este artículo se publicó hace 14 años.
Van 111 días de tormenta
Dos controles de sangre el 21 de julio se convierten el 8 de noviembre en una investigación por dopaje
El pasado 21 de julio, Alberto Contador pasa dos controles uno de sangre y otro de orina en un hotel de Pau. Antes y después de entregar las muestras a los comisarios se zampó dos solomillos de ternera. Horas más tarde, el 22 de julio, aguanta el ataque de Schleck en el Tourmalet y pone los cimientos para ganar su tercer Tour.
«Sólo puede ser una contaminación alimentaria», fue la tesis de Contador
El 24 de agosto la UCI le comunica a Contador el resultado del análisis de orina: se han detectado 0,00000000005 gramos por mililitro de clembuterol, una sustancia empleada como broncodilatador y, de forma ilegal, para engordar el ganado.
"El día 26 (de agosto) me reuní con los responsables de la UCI y les di mi versión explicó el madrileño en un emotiva rueda de prensa convocada por él el 30 de septiembre en un hotel de Pinto, su localidad natal. Es una cantidad tan mínima que es imposible de suministrar salvo por contaminación alimentaria. Y a nivel de rendimiento no sirve para nada, cualquier experto lo puede confirmar". Ese mismo día por la noche la UCI suspende al ciclista "provisionalmente por un resultado analítico adverso".
El 5 de octubre, The New York Times publica la existencia de restos de plastificadores en la orina de Contador, tanto en el citado análisis del 21-J como en otro efectuado un día antes. Esas sustancias, no consideradas dopaje por sí mismas, forman parte de las bolsas donde se guarda la sangre, lo que alimenta la sospecha de una autotransfusión, práctica prohibida y sancionada.
Contador y su entorno se embarcan en una rueda de comparecencias públicas en los medios de comunicación para proclamar su inocencia, y la inmensa mayoría de los poderes públicos y deportivos españoles apoyan al ciclista con más o menos vehemencia y, sobre todo, urgen a los organismos internacionales para que resuelvan el caso cuanto antes.
«En España hay un problema de dopaje», afirmó McQuaid
El clamor fue tal que el 19 de octubre Pat McQuaid, presidente de la UCI, envió un aviso inequívoco: "La contaminación alimentaria es una posibilidad, pero tenemos que estudiar si es buena. Sabemos que el clembuterol es positivo, aunque sea poco, pero queremos saber cómo llegó ahí esa pequeña cantidad. La UCI no cubre a Contador". Y reiteró una acusación que no es nueva en su boca: "El Consejo Superior de Deportes (CSD) acepta que hay un problema de dopaje en España y prometieron colaborar para mejorar las cosas". El CSD niega tal confesión.
Ayer, 111 días después de aquel control de julio en los Pirineos, la UCI confirmó que lo que era un positivo ha pasado a ser un proceso de dopaje.
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