Triángulo de Amor Bizarro fía su repertorio al caos y al tarot: "No olvidaremos nunca estos conciertos"
La cantante y bajista Isa Cea analiza la gira de 20º aniversario de la banda gallega, donde interpretan dos discos escogidos al azar por las cartas del tarot del artista Wences Lamas.
Madrid-Actualizado a
Una gira encomendada al azar. Triángulo de Amor Bizarro celebra sus veinte años de carrera con unos conciertos singulares en los que interpreta íntegramente dos discos en cada bolo. Sus fans desconocen qué escucharán cada noche, hasta que las cartas del tarot, obra del artista Wences Lamas, deciden cuáles sonarán.
"En nuestro discurso siempre ha estado presente la idea del caos y de lo místico. Un mensaje que encajaba con la obra de Wences, un artista afín que comprende y comparte nuestra coartada. Él proyectó nuestra discografía en un maravilloso tarot que guía los conciertos y hace que el público se implique aún más", explica Isa Cea.
En ocasiones, el artista ofrece a los asistentes una lectura del tarot, cuyas cartas están inspiradas en los seis discos y en el imaginario de la banda coruñesa, como sucedió en Madrid. Siempre, una misteriosa figura —que responde por el nombre de A Moura, Ente del Vacío— interactúa con el público para determinar qué elepé será interpretado en directo.
El azar brinda un concierto irrepetible, lo que ha llevado a muchos fans a no perderse ninguna de las tres citas de Madrid, Galicia y Andalucía, las únicas comunidades donde sonará toda su obra. Más de sesenta canciones, algunas inéditas en vivo —hasta donde la memoria alcanza— y otras desempolvadas del olvido: un regalazo para sus seguidores.
"Aunque cada uno tiene sus fetiches, todos tendrán la oportunidad de escuchar cortes más difíciles y oscuros", añade la cantante y bajista de la banda, cuyos trabajos han sido premiados y elogiados por la crítica independiente. "Incluso estamos puliendo en directo Victoria Mística, el primer disco que producimos y que no estaba terminado del todo".
El guitarrista y cantante Rodrigo Caamaño es el encargado de rematar sus canciones sobre el escenario, donde también se ocupa del teclado tras la marcha de Zippo. Sigue, contundente en la batería, Rafael Mallo, quien entró en el grupo antes de la grabación del segundo disco, Año Santo, cuya única canción que sobrevivía en directo era De la monarquía a la criptocracia.
"Zippo ha sido un miembro muy importante de la banda, lo queremos un montón y lo echamos de menos. Fue un momento duro, aunque hemos trabajado el sonido para adaptarlo al formato trío, de modo que los conciertos son diferentes, muy guais y con un punto más punk. Hay ideas reformadas, pero no cojas", comenta la bajista de Triángulo de Amor Bizarro.
Tras epatar en sus tres noches madrileñas, quedan pendientes los bolos de este viernes 22 en Toledo y de este sábado 23 en Sevilla. Luego tocarán en Oviedo, Zaragoza, Barcelona, Valencia y A Coruña (consulta fechas y horarios). Y, como colofón, para el 28 de diciembre se guardan una sorpresa, cuyos detalles desvela Isa Cea al final de la entrevista.
Tocan dos discos de seis, que sumarían más de sesenta canciones.
El sorteo ha sido lo mejor que podíamos hacer, porque nosotros no íbamos a acertar con la elección. No hemos ensayado los discos en orden, sino que hemos refrescado algunas canciones sueltas que teníamos más olvidadas. Si repasásemos cada álbum, uno por uno, habríamos abandonado el proyecto [risas].
No podíamos enfrentarnos a algo tan concreto: la cuestión era encontrar la energía de cada disco, atarnos al par de canciones que teníamos más claras y recuperar alguna perdida. Yo escuché cada uno un par de veces para recordarlos y retrotraerme a ese momento. Al final, son canciones que están ahí: aunque las tocamos hace diez o quince años, siguen en tu cabeza. Habría que investigar más en profundidad sobre la memoria musical…
¿Por qué dejarlo todo en manos del azar?
Porque en la música hay mucho azar y cambio. De hecho, estamos llevando algunas canciones a otro terreno y completándolas en directo. De todo este follón están saliendo cosas diferentes y nuevas, todo sigue moviéndose y nosotros vamos avanzando.
¿Qué discos están saliendo más y cuáles menos?
Por ahora, el que más ha salido es el negro (oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ) y el que menos, Sed. Cuando un disco sale poco, te asusta, porque no lo estás ensayando, lo tienes muy perdido y cuando de repente hay que tocarlo, piensas: ¡madre mía!
¿Y cuál os apetecía tocar más?
En la banda hay diversas opiniones [risas]. El primero, por ejemplo, es guay. Tiene un par de canciones que han sido una constante durante todos estos años, pero muchas otras te obligan a situarte en el punto de partida del grupo. Mola recuperar aquella energía y transformarla. Para nosotros, es como un experimento.
A Rodrigo le está gustando mucho Victoria Mística y, de hecho, algunas canciones suenan mejor que nunca. Por fin podemos llevarlas a otro nivel, porque entonces quizás no teníamos la experiencia para hacerlo y porque ahora contamos con Carlos Hernández —nuestro amigo y productor— como ingeniero de sonido en directo.
Los fans están desatados en esta gira.
Contagiamos la intensidad de nuestra música y de nuestras ideas, así como la fuerza de nuestras canciones, a un público que desborda pasión y que mantiene una conexión de verdad con nosotros. Todos sentimos que estamos en el sitio donde queremos estar. Y estamos de puta madre, sintiéndonos realizados en una fiesta, algo que no es tan fácil, porque muchas veces no escuchas lo que quieres ni estás con la gente que deseas.
Además, durante los conciertos muchas personas han vuelto a un momento de su vida, hace diez o veinte años, en el que se sentían bien y en el que vibraban, algo que para nosotros es muy especial. No lo vamos a olvidar nunca y creo que ha sido una de las sensaciones más guais que hemos vivido como banda.
Y ellos y ellas, bailando pogo sin parar.
En nuestros conciertos suelen bailar pogo en momentos concretos. Lo que está pasando ahora es que la peña está hiperestimulada por el ambiente y tan sensible que entra en la energía y se deja llevar.
Por cierto, ¿cuál será la sorpresa del 28 de diciembre?
El concierto que cerrará la gira va a ser en nuestra casa y con nuestra gente, concretamente en la sala A Pousada de Boiro. Su dueño, Suso Santamaría, forma parte de nuestra red de apoyo junto a personas como Wences Lamas, con quien coincidimos al principio de nuestra carrera en el Taller Electrónico de A Coruña, donde hacía sus performances y sus movidas. Esperemos que pueda estar allí para leer las cartas del tarot.
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