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Rodrigo Sorogoyen: "Bárcenas es un ladrón, pero ahora entiendo sus circunstancias"

El cineasta cuenta en clave de thriller en ‘El reino’ la trama de corrupción de Bárcenas y el Partido Popular aunque sin identificar a los personajes ni al partido. De la Torre es el protagonista, un político corrupto traicionado por los suyos.

Luis Zahera, Rodrigo Sorogoyen y Antonio de la Torre, en el rodaje de 'El reino'

Los veía en televisión y pensaba en “la calaña inmensa de gente corrupta que hay así”, también veía el carácter cinematográfico de estos personajes y de las tramas en las que estaban envueltos. Rodrigo Sorogen, director de El reino, se dejó antes, sin embargo, llevar por su propia indignación y se lanzó a hacer una película de la extrema corrupción que sufre España. El trabajo de pulir vino después.

Antonio de la Torre es Manuel, un político corrupto que, intentando sacar del aprieto a otro compañero corrupto de cuyos trapos sucios se han hecho eco los medios de comunicación, cae en desgracia y es traicionado por el partido. De pronto, será él el que tenga que luchar contra la maquinaria de corrupción y todo lo podrido del sistema en el que se mueve. El personaje, un trasunto de Bárcenas, sirve de termómetro de la moral de la corrupción de estos hombres y mujeres.

¿Esta película tiene algo que ver con su indignación personal por la corrupción generalizada en el país?

Sí. Isabel (Isabel Peña, coguionista) y yo estábamos buscando un tema del que hablar y la corrupción que había sido visible en los últimos años era muchísimo peor ya en 2016. En un par de meses aparecieron todos los casos grandes de corrupción. Y nosotros ¡teníamos una indignación! ¡pero estos…! Y ¿nosotros qué estamos haciendo mientras ellos están robándonos? Los veíamos por televisión y eran personajes y tramas de película. Así que sí, ‘El reino’ nació de la indignación, de una forma muy visceral, luego ya tuvimos que utilizar la cabeza para hacer una película entretenida que le interesara a la gente.

Uno de los temas por los que camina la película es la moralidad de cada individuo, de cada corrupto…

"En la corrupción no hay ideología"

Sí, es uno de los temas de la película. Se trataba de contar el día a día del protagonista que es un político corrupto, porque entre los personajes hay distintos tipos. Los hay ambiciosos, los que van por inercia, el cabrón, el jefe de la vieja escuela, el de la nueva política, que es alguien que desprecia a los otros, pero que a lo mejor termina también cayendo. Los veíamos en televisión y pensábamos en la calaña inmensa de gente así que hay.

Usted pregunta a los corruptos ¿por qué? ¿le propone al público que se lo pregunte también?

Es una pregunta para el político, es para lo que hemos reservado la última escena. ¿Por qué? ¿Por qué lo hacen?

¿Usted por qué cree?

No conozco íntimamente a ninguno, pero tengo mi opinión, claro. Intuyo que siempre es más fácil mirar para otro lado y creo que a sí mismos no se ven como malas personas. Es más, creo que podrían no serlo. Los habrá que no se sientan responsables y estén justificándose constantemente.

Según esta opinión, ¿cree que todos podríamos llegar a esa nivel de corrupción?

Creo que el ser humano tiene facilidad para ser corruptible. Y cuanto más cerca del poder, más fácil. Por eso los que ocupan cargos de responsabilidad tienen que tener mucho cuidado con esto. El personaje protagonista de la película es un hombre normal. He intentado ponerme en su lugar.

¿Ha llegado a alguna otra conclusión?

Después de ver cómo en Valencia han estado 18 años robando desde el poder, estoy seguro de que en la corrupción no hay ideología. Me repatea que la gente ‘de izquierdas’ esté también robando, pero mi conclusión es que no son de izquierdas, no tienen ideología.

¿Es todo pura codicia?

Codicia y también lo hacen por ‘el reino’, por la herencia, y creo que hay mucho de ego también. Solo les interesan los porcentajes y haber sido más listos.

Antonio de la Torre en 'El Reino'

Antonio de la Torre en 'El Reino'

No identifican a sus personajes con personas reales, pero ¿proponen ese juego?

Sí hay algo de eso y me gusta ese juego. Los personajes reales nos han inspirado mucho, aunque no hemos creado personajes calcados y hemos hecho muchas mezclas.

Su protagonista es Bárcenas…

Lo que le ocurre es muy parecido, pero no hemos hecho del personaje un chulazo. Si lo hubiéramos hecho, sería malo, injusto para la película. Creo que ahora entiendo mejor el lugar dónde estaba y el sentimiento de traición. Es un ladrón que merece estar en la cárcel, pero entiendo mejor sus circunstancias.

Después de hacer esta película, ¿mira la realidad española de otra manera?

Creo que entiendo más la política y me aburre también más. Y no le veo solución a lo que veo ahora. Ya no tengo la ilusión de lo que surgió hace unos años, aunque haya sido necesario.

No se han olvidado de los medios de comunicación, ¿están en el mismo saco?

Algunos ayudan a sacar la verdad, pero otros están haciendo un papel muy poco responsable. Forman parte del sistema, con intereses económicos y políticos entrelazados.

¿Calculó el riesgo de contar una historia donde todos los personajes son corruptos?

"Algunos medios de comunicación están haciendo un papel muy poco responsable"

Sí, somos un poco kamikazes. Supongo que hemos buscado la empatía del público con Manuel. Si en esta historia hubiera un personaje puro, no sería interesante. Hemos estado jodiendo la vida al protagonista para que se vea que es una persona normal. Él quiere a su mujer y su mujer le quiere, debe ser un hombre cariñoso ¿no? Y en el fondo, está currando 18 horas al día.

¿Eso no es un poco justificar al personaje corrupto?

Y nos parecía asqueroso, ¿estamos justificando a estos cabrones? Pero el personaje se va quedando solo y quiero pensar que el espectador siente esa empatía.

Ha apostado por mucho movimiento de cámara, ¿por qué?

Todo, la cámara, los sonidos, la música… tenía que ser frenético. El personaje no tenía que tener tiempo de pensar. No puede pararse a pensar en lo que está haciendo. Vivimos en una sociedad que empuja a ello. En el rodaje empleaba todo el rato la palabra cocaína.

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