La 'gripe keto' y otros peligros de la dieta cetogénica
-Actualizado a
Es una de las dietas 'quemagrasas' de moda, un patrón restrictivo que elimina pasta, harinas, arroces, pan, bollería... Una jugada contra el organismo. Buscar su rendición, obligándolo a conseguir la energía de otro lugar.
Tiene, por tanto, como siempre que se juega contra la naturaleza, algunos peligros…
Se la llama dieta cetogénica o keto (de ketogenic, en inglés) porque limita al máximo los carbohidratos y por tanto la glucosa, nuestra fuente de energía principal. Esto da como resultado la producción endógena de cetonas (de ahí el nombre de la dieta) por parte del hígado.
Son ácidos que el cuerpo produce cuando descompone la grasa para obtener energía. Su absorción opera como fuente de combustible alternativa por parte del cerebro, que por sí solo no puede metabolizar los ácidos grasos.
Esto, en principio, ayudaría a adelgazar, pues además de reducir los carbohidratos se tiende en esta dieta al consumo de proteína que es saciante. El organismo responde ante la falta de energía activando estos cuerpos cetónicos (moléculas derivadas de la oxidación de la grasa acumulada), y ocurre cuando se acaba la despensa que nos aportan los carbohidratos ingeridos en la dieta (las reservas de glucógeno), el principal combustible.
Al carecer de la gasolina de los carbohidratos necesaria, el cuerpo se las inventa, digamos que decide utilizar el diésel disponible transformando los ácidos grasos a partir del hígado, generando acetoacetato, acetona y β-hidroxibutirato. Toma las propias grasas y esto ocurre en patrones alimentarios muy restrictivos que tengan menos de un 5% de carbohidratos.
La dieta keto se ha empleado en algunos tipos de epilepsia (puede reducir y prevenir las convulsiones) y en otras dolencias. A veces se ha promulgado para mejorar el rendimiento cognitivo, en diabetes, o trastornos neurológicos, como la migraña, aunque la evidencia es limitada.
Los nutricionistas en ocasiones prescriben esta dieta para adelgazar, pero siempre muy bien pautada y con límites claros, ya que no se puede extender en el tiempo. Puede producir efectos negativos y uno de ellos es la conocida como gripe keto.
Síntomas de la gripe keto
No es una gripe, pero, aún sin mediar un virus, puede producir síntomas parecidos. Suele aparecer en la primera semana de la adopción de la dieta, cuando el cuerpo, desesperado por la ausencia de su fuente de energía usual, está en el cambio cetogénico, buscando en las grasas.
Aparecen náuseas, sensación de fatiga, mareos, niebla mental, alteración cardiaca, o molestias gastrointestinales. Hay personas que abandonan esta dieta cuando lo sienten.
Ocurre una vez que el cuerpo entra en la famosa cetosis, al quedarse sin reservas de azúcar. Destaca sobre todo el cansancio, que puede llegar de golpe, o por oleadas, a veces por horas o intermitentemente por días.
En realidad, se trata de un cambio en boxes, la energía debería regresar transcurridos unos días. Después es cuando el sistema empieza a perder peso. El principio es similar al del ayuno intermitente de larga duración (16-24h) pero sin dejar de comer en este caso.
Lo extraño de esta dieta es que puede parecer al principio un festín vikingo: carne, pescados como el salmón, huevos, jamón, aceite de oliva, frutos secos, bacon, lechuga, aguacate… Esto es lo que hace seguramente que tenga tanta aceptación por parte de los usuarios. Se come y con alimentos sabrosos.
Pero la ausencia de los carbohidratos pronto empieza a pasar factura, con dolores de cabeza, sabor metálico en la boca, o el cansancio. En realidad, aunque al principio todo parezca prometedor, no es fácil continuar con esta dieta, porque el cuerpo, sabio y necesitado, empezará a demandar los hidratos más tarde o temprano.
El problema de la dieta keto es que no puede continuar más allá de un plazo de tiempo bien pautado por un nutricionista. Siempre debería supervisarla un experto, pues se está jugando con los elementos básicos del sistema de energía del organismo. La cetosis genera radicales libres, por ejemplo, que dañan el cuerpo, aumenta el riesgo de pancreatitis, o puede acidificar el organismo (cetoacidosis).
Hay personas que no deberían además probarla, como las mujeres embarazadas o quienes tengan problemas renales. Algunos estudios consideran que este tipo de dietas, hablando de la población general, contienen en realidad más perjuicios que beneficios. Además, está el efecto rebote: el peso perdido se puede recuperar o incluso incrementar en cuanto se adopta la dieta normal. Sería mejor reaprender a comer siguiendo un estilo de vida más saludable.
Se priman en la dieta keto alimentos que son considerados como más malsanos (carnes rojas y grasas saturadas) que las legumbres o verduras. Es, dicen algunos expertos, una receta para la mala salud.
Por eso los nutricionistas no recomiendan que esta dieta dure más de 14 días seguidos y siempre bajo la pauta de un experto que valore si realmente es necesaria y si puede aportar algo de manera puntual.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.