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Nueva polaroid para un viejo un déjà vu en Segovia

Entre las propuestas para el último día del 'Hay Festival' destacan la gran promesa-realidad de Gonçalo Tavares, el enorme poeta argentino Juan Gelman y el ansiado encuentro Hanif Kureishi y Rodrigo Fresán

DIEGO VASKO / SEGOVIA

Domingo, día del Señor y también último del Hay Festival.

No se pierdan a la gran promesa-realidad de Gonçalo Tavares, al enorme poeta argentino Juan Gelman, el ansiado encuentro Hanif Kureishi y Rodrigo Fresán dos freaks de la literatura moderna y el recital de poesía que acabará por fin con esta maratón de charlas convencionales para que volvamos a leer y los escritores a preparar o continuar lo mejor que saben hacer, que muchas veces no es hablar.

Otros sí saben utilizar su voz como el impresionante dramaturgo británico Arnold Wesker que ayer apabulló interpretando pedazos de sus obras y demostrando que la voz es un instrumento capaz de crear magia para quien la sepa utilizar -tendrían que haber asistido los locutores de Radio 3-.

Wesker maravilló con sus matices y sus historias relatando con un parecido físico y sonoro al Ian Holmes de 'El Señor de los Anillos' ante un pequeño auditorio con grandes ilustres como el Premio Nobel Wole Soyinka. Lástima que no se ofreció subtítulos en la pantalla que estaba detrás del autor, que en todos los eventos sólo contiene una publicidad del festi.

Un rato antes el escritor africano, uno de los 'cabezas de cartel', estuvo charlando en la Iglesia donde Preston había conseguido un lleno total, pero sin tanta suerte. Sereno, con gran humor y con una voz cautivadora y profunda habló de lo poco que en Europa se conoce de África y señaló al respecto una clave: 'La historia del continente ha sido interrumpida por los cazadores de esclavos, trastocando la evolución y generando una fuga de cerebros hoy en día'.

Y puntualizó otro error frecuente que es creer que África es un bloque y no una multiplicidad de culturas. Además se refirió al tema del Premio Nobel y aseguró que no cambió su vida interior, pero sí su vida exterior y lo pintó con una anécdota vivida con Gabriel García Márquez: 'Al final del año habrá una nueva reina de la belleza', dijo en relación al asedio mediático que representa obtener el premio y el colombiano le respondió: 'Esto no se acaba nunca'.

Sobre los blogs, Soyinka ironizó que sabe que existen, pero no sabe muy bien qué son, ya que su nivel de absorción se detuvo justo antes de los blogs. Nada que ver con el peruano Santiago Roncagliolo, que al mismo tiempo en otro lugar, se reconoció un entusiasta blogger.

Virtualmente linkeo a la única puesta en escena diferente de todo el festival. El filólogo Luis Besa presentaba Metaversos -un relato de aventuras, humor e intriga a partir de la recreación de una economía paralela online- y esta vez en lugar de la pantalla de publicidad de fondo, estaba un ordenador conectado al Second Life y una persona -mientras el autor hablaba y hablaba- estaba utilizando el alter ego de Besa en una isla online.

En eso apareció en escena y sin que estuviera premeditado Anyi, desde Ferrol y se puso a dialogar en pantalla gigante con el Luis en 3D, quien le contó que había 50 personas viéndolos. El personaje virtual seguía caminando por el ciberespacio y chateando, y el autor -en vivo y en directo y en carne y hueso- hablando de lo bueno que es internet para promocionar su primera novela.

Y Anyi, cual meiga superpoderosa, metadisparó: 'Esta isla está muy aburrida; yo conozco un lugar para ir a bailar'. Besa, de espaldas a su proyección virtual, no se percató de la enigmática sensación de realidad que había ocurrido y en la que, por un momento o un par de ceros y unos, los dos mundos, se habían juntado.

Déjà vu y un categórico final en 35mm en boca de Antonio Orejudo: 'Un escritor no tira nada a la basura, porque todos esos desechos se pueden aprovechar para el cine español'. Escape.

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