Este artículo se publicó hace 6 años.
Donde música y tecnología colisionan: más allá de la creatividad en el Sónar+D
Inteligencia artificial para componer, enviar música en busca de vida en exoplanetas o experiencias sensoriales envolventes son algunos de los hitos de la vertiente profesional del festival de música electrónica
Irene Benedicto
Barcelona-
¿Cómo suena la música en el espacio exterior? ¿Cómo nos puede ayudar la Inteligencia Artificial a dar con esa melodía que nos persigue? ¿Cómo sería la música si literalmente nos envolviera para que penetrara por todos nuestros sentidos? Desintegrar a la música para luego volver a unirlos y crear una experiencia holística. Eso es lo que hace Sónar+D, el congreso de creatividad, tecnología y negocios alrededor de la música, que se celebra del 13 al 16 de junio en Barcelona. En este macro laboratorio musical se desgranan los ingredientes que constituyen la música –los lenguajes y matemáticas, las formas de traducirlos– para analizarlos, para jugar con ellos, para volver a crear.
La NASA, el MIT Media Lab, Google Magenta, The Long Now Foundation y Mozilla,Bandcamp son algunas de las estrellas para que el +D extenderá la alfombra roja sobre el césped artificial que recubre Fira Barcelona. Hace tiempo que la música dejó de ser simples acordes y voces, al menos en el Sónar, el mítico festival internacional de música electrónica que Barcelona acoge desde hace 25 años y que arranca este 14 de junio. Con motivo del simbólico aniversario, la vertiente profesional, el Sónar+D, en lugar de hacer balance, se propone aventurarse en la definición de cómo será la música del futuro, en concreto de esos próximos 25 años.
Inteligencia artificial como empuje creativo
“Todo comenzó con una investigación académica por parte del equipo de Magenta sobre la estructura de la música, de la melodía y los sonidos”, explica el ingeniero senior de software de Google Brain, Adam Roberts. A partir de ahí diseñaron un código abierto (open-source code) para que cualquier persona (con los conocimientos informáticos necesarios) pudiera construir su propia interfaz. “Solo era una línea de código, pero que pasa de ser una mera herramienta a ser toda una caja de herramientas”, compara.
Magenta es un programa de investigación sobre la aplicación del aprendizaje automático o aprendizaje de máquinas (machine learning) al proceso creativo artístico y en particular el de la música. Esto implica la creación de algoritmos que 'aprenden' a generar canciones, imágenes o dibujos. Así, el resultado –cambiante– está disponible en tres niveles de desarrollo y uso: el del código 'madre' abierto, el de las interfaces que desarrolladores web han creado, y el del usuario 'final', que puede utilizar las aplicaciones sin conocimientos previos.
¿Cómo funciona? Como usuario, por ejemplo, introducimos unas primeras notas simples y la aplicación nos ayuda a continuar con la composición, de acuerdo con lo que ha 'aprendido' que funciona, lo que queda bien, las melodías que se te pegan o que sorprenden por alguna razón. Una propuesta inicial que iremos moldeando a nuestro gusto y así contribuyendo a extender ese aprendizaje de nuevo, en un ciclo que se retroalimenta. Otras aplicaciones “te invitan a que pongas juntas dos ideas conflictivas para ver cómo interactúan. La Inteligencia Artificial te ayudará a encontrar la manera de que suenen bien”, adelanta.
Otra aplicación de ese código inicial que el equipo de Magenta desarrolló y que los asistentes al Sónar+D podrán probar es el de una instalación que permite componer con el movimiento del propio cuerpo. Introducimos unas notas que se traducen en luces en el suelo, que deberemos seguir – o no, ya que no se trata de un Just Dance de la Wii – sino que al alterar nuestro rumbo haremos que los siguientes acordes se adapten sobre la marcha y con nuestro propio cuerpo e intuición. “El resultado (de la investigación original) no es que sea inesperado, pero es tan emocionante”, resume Roberts.
La cúpula sensorial
La música es una experiencia holística. ¿Por eso vamos a conciertos, no? Para percibirla de forma activa por los cinco sentidos, para respirarla, para que nos envuelva y sentirnos parte de ella. Eso es lo que tratan de conseguir, aún sin actuación en directo, con las tres instalaciones estrella del festival.
Como un diamante en el lugar central de la galería, la cúpula: el audiovisual inmersivo y el audio en 3D con Sónar360º de Mediapro, un nuevo espacio esférico de 19 metros de diámetro, donde se impartirán workshops, se proyectarán estrenos y se podrá disfrutar de shows en formato Full Dome. “La realidad virtual puede crear algo que no existe o descontextualizar algo hasta construir una nueva realidad alrededor de esa cosa. Yo personalmente prefiero la segunda”, ha explicado Pablo Valbuena, de Mediapro, que se define como investigador del tiempo, el espacio y la percepción. “Así conseguimos crear una experiencia en que tu cerebro ya no puede distinguir lo que es real de lo que no lo es”, aventura.
Por otro lado, y más allá de los muros del recinto ferial, tenemos dos instalaciones más. En el mismo Montjuic, el SónarMies, en el pabellón Mies van der Rohe. Las paredes del pabellón se convertirán en una gran interfaz táctil a través de los que la artista británica Mileece invita a los visitantes a crear sonidos y a sentirlos en el cuerpo a través de unas plataformas que transmitirán las frecuencias graves, y a verlos en una proyección en el techo del edificio. Será un objeto de exploración sonora, de la mano de 'Sonic Earth’, con Advanced Music.
En paralelo, el vestíbulo del Ayuntamiento de Barcelona acoge la instalación audiovisual "Chiasm", de Edwin van der Heider, un artista que construye arquitecturas geométricas con láser. Con una fina capa de humo, el láser ‘hace visible lo invisible’. El propio visitante crea superficies y formas proyectadas dentro del espacio, y crea una obra-experiencia inédita e irrepetible, a la vez que contribuyen a una mayor experiencia colectiva y "quiasmática".
Exportar música al espacio
La ambición de Sónar también ha roto barreras esta edición. La barrera del Sistema Solar. El festival ha enviado música al espacio con el objetivo de comunicarse con extraterrestres, en una iniciativa que ha bautizado como Sónar Calling GJ273b. Las emisiones se realizan por transmisiones de radio que se envían a un exoplaneta cercano, la Estrella de Luyten b, potencialmente habitable, pero ubicado a más de 120 billones de kilómetros. La distancia es equivalente a 12,4 años luz de la Tierra. Es decir, 25 años ida y vuelta a la velocidad de la luz. Con suerte, para el 50º aniversario de Sónar tenemos respuesta.
La retransmisión consiste en música y sonidos creados por 40 artistas, de Ryoji Ikeda a Kate Tempest, artistas que se han postulado como traductores para tratar de explicar a potenciales alienígenas cómo es la humanidad. La iniciativa se ha podido realizar gracias a la colaboración de Sónar con el Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC) -el centro de investigación que estudia todos los aspectos relacionados con el espacio y las ciencias espaciales-, y METI International (Messaging Extraterrestrial Intelligence) -la organización de investigadores que defienden un contacto pro-activo con extraterrestres.
Cómo los artistas podrían ser los puentes de comunicación entre la vida terrícola y extraterreste, cuando ocurra el contacto, es justamente uno de los pilares sobre los que versarán las conferencias y talleres de la NASA, que explicará el estado de la búsqueda de planetas parecidos a Tierra fuera del Sistema Solar y Por su parte, el MIT Media Lab presentará una nueva iniciativa destinada a democratizar los avances tecnológicos de la exploración del espacio exterior con talleres de creación de pequeños satélites que serán lanzados al espacio.
La colmena de la creatividad
Mientras todo esto sucede, y precisamente porque todo esto sucede, la Fira Barcelona, donde conviven desde hoy el Sónar+D y la programación de los conciertos de día, se convierte en una colmena de talento. Más de 100 actividades, 150 ponentes y cerca de 5.000 acreditados de 3.000 empresas procedentes de 65 países. Serán cuatro días de conferencias, talleres, debates sobre cómo la tecnología, el conocimiento y la red van vehicular o a dar forma a la creatividad que está por venir.
También pasarán por la colmena creadores como el estudio de Realidad Virtual Felix and Paul, el pionero en unir Internet y música y los primeros en utilizar una cámara de 360 grados en la Casa Blanca, durante el mandato de Barack Obama. Ian Rogers, actual jefe del área digital de LVMH, la diseñadora de experiencias Nelly Ben Hayoun, el artista de Realidad Aumentada Zach Lieberman y Susan Rogers, ingeniera de sonido de Prince, entre otros.
Los cubículos de madera natural conforman stands que se presentan como buenas prácticas, casos de éxito artístico, empresarial, en que artistas y desarrolladores web colisionaron de forma fructífera. Los stands ofrecen una nutrida degustación de iniciativas a la vanguardia del binomio tecnología y música: Centros de investigación científica como el Barcelona Supercomputing Center, el Observatorio astronómico ALMA y universidades como MTG (Universitat Pompeu Fabra), Royal College of Art, Queen Mary University of London, IED o La Salle han elegido Sónar+D para mostrar sus proyectos.
El networking bar, con ese ya mítico bosque húmedo del que cuelgan orejas, alerta para escuchar a todo lo que suena o susurra, es el telón de fondo de donde las conexiones se multiplican. Otro de los grandes objetivos del Sónar+D, que los proyectos conozcan inversores, que los inversores expandan sus miras. Y por qué no, que ambos alimenten de vuelta los compartimientos de las colmenas.
La colisión genera conflicto, pero es el paso inevitable para ensanchar los límites de la creatividad. Música y tecnología ya no son antónimos, sólo están buscando cómo sacar el máximo potencial a este binomio.
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