Este artículo se publicó hace 4 años.
Mamparas, geles y control de afluencia para adaptar los museos a la 'nueva normalidad'
Las audioguías individuales y los dispositivos táctiles se vetan al tratarse de posibles focos de infección. Los responsables buscan alternativas como la figura del "mediador", un profesional que puntualmente ofrece información complementaria.
Madrid-
Paso a paso comienza también la desescalada en los museos españoles, pero con medidas de seguridad más estrictas que las ya existentes antes de la pandemia. No faltan las mamparas, el gel hidroalcohólico o las toallitas a la entrada de los centros, tampoco las mascarillas obligatorias en todo su recorrido y, por supuesto, respetar los dos metros de distancia entre visitantes y con el personal del centro.
Uno de los primeros centros en implementar todas estas medidas ha sido el CaixaForum de la Comunidad de Madrid. Su directora, Isabel Fuentes, explica que el objetivo no es otro que "garantizar la seguridad sanitaria" sin por ello descuidar "la confortabilidad del público en su visita". Dos frentes abiertos para los gestores de este tipo de centros culturales que, en un plazo muy limitado de tiempo, han tenido que abordar en plena desescalada.
Apuesta por la venta online
"Queremos ser eficaces pero sin resultar invasivos", apunta Fuentes. Para ello han optado por promover la venta online por franjas horarias, manteniendo un pequeño cupo de entradas en taquilla. De esta forma el centro sabrá en todo momento el número de visitantes que recorren sus instalaciones. "En ningún momento el aforo sobrepasará las 112 personas en cada una de las franjas horarias de visita".
La implantación de la venta online de entradas va camino de convertirse en mayoritaria en detrimento de la taquilla. Esto se debe no sólo al foco infección que puede suponer ese trozo de papel que pasa de mano en mano, sino también al hecho de que la venta digital permite a los responsables del centro optimizar sus espacios y los flujos de visitantes que los recorren.
Evelio Acevedo, director gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, apuesta claramente por el fomento de la venta digital: "La entrada, si es digital, ya viene con una fecha y una hora predeterminada, esto nos ayuda a prevenir aglomeraciones y a calcular con mayor exactitud los flujos de visitantes en el interior del museo, de esta forma reduciremos el riesgo de contagio entre nuestros visitantes"
Itinerarios
Cobran importancia los itinerarios. Con el fin de evitar el exceso de concurrencia en un mismo espacio, la señalética jugará un papel fundamental en el museo postcovid. "Hemos creado recorridos de entrada y de salida diferentes, así como itinerarios alternativos que conducen al servicio, y hemos reforzado el centro con personal que facilite esta información en caso de olvido", explica Isabel Fuentes.
El visitante seguirá un sendero. Atrás quedaron aquellos tiempos en los que el visitante marcaba a su antojo los designios de su visita. Ahora, le guste o no, deberá seguir una flecha. Así lo explican desde el servicio de comunicación del Museo Guggenheim Bilbao, "se ha definido un itinerario para la visita, que comenzará en la tercera planta para ir descendiendo después a la segunda y a la primera, el establecimiento de un sentido único para recorrer las salas, la distinción de ascensores y escaleras para la subida y la bajada".
Subtítulos y mediadores
Los dispositivos de uso común, tales como los auriculares y las audioguías, se vetarán con el fin de evitar posibles focos de infección. Como alternativa, Isabel Fuentes y su equipo han optado por utilizar subtítulos que complementen el visionado, y una figura de "mediador" que ofrezca esa explicación extra que antes proporcionaban las audioguías. "El mediador será un profesional cualificado que podrá responder a posibles dudas durante la visita".
A medio plazo, la apuesta será tecnológica. Así lo reconoce Fuentes, para quien esta nueva etapa "llena de incertezas" nos obligará a reinventar a través de la tecnología el modelo de museo que queremos. "El futuro ya está aquí, lo virtual ha venido para quedarse en el ámbito museístico y cada vez son más los centros que están encontrando en la red la posibilidad de hacer de la necesidad virtud", explica Fuentes.
Nada de folletos
Corren malos tiempos para los clásicos trípticos explicativos. Convertidos en sospechosos habituales debido a que pueden ser vehículo de contagio, todos los centros coinciden en que lo mejor es desterrar su uso por el momento. "No más papel, lo vamos a sustituir por códigos QR que se podrán descargar en cuanto se inicia la visita o a través de la compra online de la entrada", apostilla Evelio Acevedo, del Thyssen.
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