Este artículo se publicó hace 4 años.
Libreros MoyanoLos libreros de la Cuesta de Moyano se reinventan para salir de la crisis del coronavirus y garantizar su futuro
El gremio madrileño diseña un plan de choque para recuperar la actividad tras la pandemia, reafirmar su perfil como referente sociocultural y atraer a nuevos lectores. Reclaman al Ayuntamiento un canon simbólico por el alquiler de las casetas para evitar la asfixia económica.
Manuel Tapia Zamorano
Madrid-
La Cuesta de Moyano es una institución centenaria de la capital madrileña y un lugar de culto para escritores, intelectuales, artistas y amantes de la lectura en general, que siempre encuentran en los expositores de sus tradicionales casetas de madera alguna edición antigua o ejemplar valioso con el que ampliar y dar brillo a sus colecciones bibliográficas.
En sus cien años de vida, cumplidos en 2019, la Cuesta, enclavada entre la glorieta de Atocha, el Jardín Botánico y el Parque de El Retiro, solo permaneció cerrada unos días en 1939, cuando al acabar la Guerra Civil la censura dispuso su clausura temporal.
En ese tiempo, la "calle más leída de Madrid", como la definió el escritor y columnista Francisco Umbral, ha sido testigo de acontecimientos clave en la historia de España, y sus libreros han sabido custodiar un transmitir un valioso patrimonio cultural.
Pasear por los 200 metros que ocupan sus 29 casetas era un hábito de intelectuales como Ernest Hemingway, José Ortega y Gasset, Pío Baroja, Azorín o Camilo José Cela. Hoy conviven en los mostradores y tenderetes de la Cuesta libros de viejo, ejemplares de ediciones descatalogadas y títulos recién publicados que ocupan lugares preferentes en las listas de ventas.
Pero el peso de la historia y el hecho de que la Cuesta sea un importante referente sociocultural de Madrid no han servido para evitar la grave crisis por la que atraviesan los libreros, como consecuencia de la pandemia del coronavirus, la caída de las ventas y el canon que tienen que pagar al Ayuntamiento por el alquiler de las casetas.
Este tributo municipal, que dependiendo de la antigüedad, oscila entre 5.000 y 15.000 euros al año, está asfixiando económicamente a los vendedores, que ya han dado por perdido el año desde el punto de vista económico y asisten con pesimismo al cambio de modelo en el negocio de la venta de libros, basado en las compras por internet.
Clientela más joven
Para hacer frente a la situación, los comerciantes y la Asociación de Amigos de la Feria de Libros de Moyano "Soy de la Cuesta", han diseñado un plan de acción para recuperar la actividad económica y convertir Moyano en el "kilómetro cero de la lectura" y en el punto de partida de una serie de actividades culturales, como presentaciones de libros, talleres de literatura y charlas con escritores, que atraigan a públicos diversos y a una clientela más joven.
Este plan de choque, denominado "Madrid sube la Cuesta", incluye también una serie de ofertas que los libreros han lanzado durante la Fase 2 de la desescalada: lotes de 10 libros a 1 euro, de 5 libros a 5 euros y de 2 libros a 20 euros.
Según explicó a este diario Lara Sánchez, presidenta de la Asociación de Amigos de la Feria de Libros de Moyano "Soy de la Cuesta", los vendedores se han dirigido a las áreas de Economía y Cultura del Ayuntamiento con el fin de solicitar ayuda para la recuperación de la actividad y el mantenimiento de sus negocios en el futuro.
Sánchez explicó que la Concejalía de Economía, consciente de que se trata de un comercio centenario, se ha comprometido con los libreros a ayudarles en la elaboración de un mapa que tomará la referencia de Moyano como "kilómetro cero de la lectura" y describirá a los personajes literarios vinculados con el entorno, así como a las bibliotecas y centros culturales existentes en la zona.
Por lo que se refiere a la Concejalía de Cultura, los libreros pidieron hace un mes un encuentro con su titular, Andrea Levy, pero todavía no han obtenido respuesta a su solicitud.
La presidenta de "Soy de la Cuesta" advirtió de que, si el Ayuntamiento revisa el canon de los libreros y no lo reconvierte en una tasa homogénea y simbólica, todas las casetas acabarán cerradas. "Antes del virus", aclaró, "ese canon era insostenible, sobre todo por los cambios en el negocio de la venta del libro antiguo. La pelota está en el tejado del área de Cultura, y lo saben de sobra. Ayudar a Moyano no es solo ayudar a la actividad económica, sino a que perviva con la actividad librera en ese espacio emblemático de la cultura madrileña”
Por su parte, fuentes de la Concejalía de Cultura explicaron a Público que en el plan "Aplaude Madrid", destinado a recuperar, con ayudas y subvenciones, el sector de la cultura madrileña durante la crisis del coronavirus, se ha aplicado la exención del canon que deben pagar las casetas de Moyano durante el estado de alarma. "Este canon se paga anualmente, pero la parte correspondiente al tiempo que dure el estado de alarma quedará exenta para los vendedores", indicaron.
Un canon desfasado
El área de Cultura admite que el canon de los libreros está desfasado y que "hay algunos libreros que pagan mucho y otros menos", por lo que está estudiando la posibilidad de "actualizar y reducir" esa tasa porque ha quedado desfasada.
De acuerdo con las mencionadas fuentes, durante la parte más crítica de la pandemia, los responsables de la Concejalía de Cultura han hablado con la junta directiva de los libreros y con la asociación "Soy de la Cuesta" para propiciar una reunión con el alcalde, que finalmente se produjo por videoconferencia y que también contó con la presencia de otros representantes del mundo de la cultura.
"Hemos recibido sus propuestas y reivindicaciones", añadieron, "y estamos estudiándolas. Existe un compromiso por parte de este Ayuntamiento de revitalizar la Cuesta de Moyano porque es un espacio casi único en el mundo, equiparable a la de los buquinistas de la orilla del Sena, en París, y consideramos que es un lugar emblemático por tradición, por historia y por su potencial turístico".
Por otro lado, fuentes del Grupo Municipal de Más Madrid recordaron su propuesta de que el área de Cultura adapte las obligaciones fiscales y tasas municipales a profesionales y empresas del sector cultural que se hayan visto afectados por la reducción de actividades e ingresos, así como la revisión de las tasas para 2021, a fin de paliar los efectos de la crisis al conjunto del sector cultural, no sólo para los libreros de la Cuesta de Moyano, sino para todos ellos.
"Desde Más Madrid", subrayaron, "exigimos que a ninguna actividad cultural se le gire el canon o tasas que tengan como hecho imponible la utilización del dominio público durante el ejercicio 2020, o por lo menos por el periodo correspondiente a la duración del estado de alarma".
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