El festival Mad Cool atribuye el colapso de este jueves en su primera jornada a "un problema con la red" y a que "un tanto por ciento muy alto" de asistentes tuvo que canjear in situ sus entradas por las pulseras de acceso al recinto, mientras que PP, Cs y sindicatos lo achacan a "falta de previsión" del Ayuntamiento.

Ayer se vivieron grandes atascos, de hasta una hora para acceder a los aparcamientos, y colas de varios kilómetros para entrar en el recinto en el arranque de la que se ha publicitado como la "más multitudinaria" de las tres celebradas, con 80.000 entradas vendidas, es decir, el aforo completo.

El portavoz de Mad Cool, Miguel Aguado, ha dicho a Efe que ellos "siempre" han recomendado el transporte público y han pedido pero la jornada de hoy y mañana un refuerzo de efectivos de Policía Municipal.

Son "conscientes", han dicho, de "las molestias" ocasionadas y han precisado que las "esperas y largas colas" se debieron a que "había un tanto por ciento muy alto de los asistentes que no había reclamado en plazo o no había podido hacerlo el envío de las pulseras a sus domicilios y su acceso se produjo por la misma ruta que los que ya la tenían", algo que se agravó por el "problema con las redes" en todo el recinto.

Hoy, explican, se ha reforzado el sistema de acreditación y, dado que la gran mayoría ya dispone de su pulsera, consideran que "no habrá ningún problema en los accesos".

En cuanto a la cobertura de las redes, apuntan que ayer estaban trabajando "con tres unidades de diferentes compañías", pero aún así el servicio se cayó por saturación "durante algunos momentos", algo que creen solventado porque también han reforzado ese punto.

En cuanto a las esperas "interminables" en las barras, según las quejas de los usuarios, están viendo cómo "redistribuir" el personal entre quienes y cobran y quienes sirven: "hay que entender que este es un festival de 80.000 personas y que en otras citas se espera -a que los camareros atiendan- tanto o más que en Mad Cool".

Reproches políticos

El Ayuntamiento de Madrid ha responsabilizado a los organizadores del Mad Cool, que se celebra en Valdebebas, de las aglomeraciones vividas en el acceso a la primera jornada del festival, donde se cambiaban las entradas por las pulseras, ya que es competencia de los responsables del evento la entrada al recinto, según han indicado a Efe fuentes municipales.

Desde el punto de vista policial y de seguridad, han añadido, la jornada de ayer se desarrolló con normalidad y no se registraron incidencias, tampoco por parte de Samur-Protección Civil.

En cambio, el portavoz del PP en el Consistorio, José Luis Martínez Almeida, ha considerado que, más allá de los problemas de acceso, el Ayuntamiento "no ha estado a la altura de las circunstancias, pues no ha previsto las necesidades de movilidad" y ha recalcado que el número de agentes de la Policía Municipal fue "notoriamente deficiente".

La portavoz de Ciudadanos en ese ayuntamiento, Begoña Villacís, ha asegurado que la capital empieza a tener un problema con sus agentes de Policía Municipal, a quienes se está "dejando vendidos" y ello se "notó" anoche en el "caos" del festival Mad Cool que reveló "falta de previsión".

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha criticado también la falta de previsión del Ayuntamiento para organizar el dispositivo de Policía Municipal y recuerda que muchos policías municipales que el fin de semana pasado "se vieron obligados a suspender su descanso semanal para trabajar durante el Orgullo" han tenido que volver a éste para poder garantizar la seguridad de los asistentes.

A la falta de descanso, se ha unido "una jornada maratoniana" en la que, según el CSIF, han tenido que trabajar 16 horas seguidas de pie, "sin una botella de agua, sin bocadillos y sin relevos porque, según les comunicaban por la emisora, no había".

El presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha afirmado que los problemas de acceso se debieron a "falta de previsión", y de más presencia de la Policía Municipal y ha recordado que ellos han cumplido con su compromiso de mantener abierta permanentemente la línea 8 de Metro, algo que es "bastante poco habitual".