Entrevista a Antoni Batista"Comorera se tuvo que escapar de la Policía franquista y también de los estalinistas"
Hablamos con el periodista, que publica 'La veritat del cas Comorera', donde descubre la historia que se esconde tras la detención del histórico dirigente comunista catalán.

Barcelona--Actualizado a
El 6 de mayo de 1958 Joan Comorera moría en la prisión de Burgos. Tenía 63 años y se había pasado casi los últimos cuatro entre rejas, primero en la Modelo de Barcelona y posteriormente en el penal de la ciudad castellana. Detenido en junio de 1954 por la Policía franquista en la capital catalana, murió solo y prácticamente sin apoyos políticos, tras sufrir una doble persecución, tanto por parte de la dictadura franquista como por parte del estalinismo.
Comorera no era una figura menor. Conseller de la Generalitat en todos los gobiernos encabezados por Lluís Companys y considerado el número dos del Ejecutivo del president, fue uno de los fundadores del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), la gran formación comunista del territorio que lideraría hasta que en febrero de 1949 fue expulsado de ella. Enfrentado a un Partido Comunista de España (PCE) que no aceptaba la independencia del PSUC, el político pasaría 42 días detenido en la Jefatura Superior de la Via Laietana de Barcelona, donde sería interrogado por Antonio Juan Creix, que arrastraba una merecida fama de torturador. A Comorera, sin embargo, no lo tocaría y lo trataría con respeto.
El periodista Antoni Batista (Barcelona, 1952) publica La veritat del cas Comorera. Una història d'espionatge, persecució i traïcions (Ara Llibres), donde revela detalles hasta ahora inéditos de la detención del fundador del PSUC y de los interrogatorios que le hizo Creix en la Via Laietana. Autor de una amplia bibliografía, donde abundan las obras sobre el conflicto vasco, el antifranquismo o la Brigada Social de la Policía durante la dictadura, lo entrevistamos sobre su nuevo libro, que se lee como un thriller político.
La veritat del cas Comorera se presentará el próximo jueves, día 20, a las 18h., en el Col·legi de Periodistes de Catalunya, en un acto con la participación del autor del prólogo, el catedrático emérito de Historia Contemporánea y ex conseller Joaquim Nadal; el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la catedrática de Historia del Periodismo Amparo Moreno Sardà.
En algún pasaje del libro, señala a Joan Comorera como uno de los políticos catalanes más importantes del siglo XX. Murió hace casi 70 años, en la prisión de Burgos, y seguramente es desconocido para mucha gente. ¿Qué lo convierte en un dirigente tan destacado?
Estuvo en la primera línea política de unos momentos históricos muy importantes para Catalunya y fue protagonista de ellos. En la década de la Generalitat republicana fue conseller de todos los gobiernos del president Companys, que además era amigo suyo. En este tiempo, hacen la autonomía, proclaman la República y van a la prisión en 1934, viven la guerra, y Comorera fundó el PSUC, que es uno de los partidos más importantes de la resistencia antifranquista. Con estos ítems situamos la importancia del personaje. Tan importante es que para la Policía franquista es el hombre más buscado tras el fusilamiento del president Companys e invierten muchas horas, agentes y mucho trabajo para detenerlo.
Una persecución a fondo que se detalla en la obra.
Implica a los servicios de inteligencia del Gobierno franquista, que contrariamente a lo que la gente pueda pensar no eran unos indocumentados, sino que había gente muy profesional, movilizan a toda la Policía, lo siguen y hasta que lo detienen hay años de trabajo y muchos rapports de investigación. Antes no lo encuentran, lo persiguen mucho.
"Tras el fusilamiento de Companys, Comorera es el hombre más buscado por la Policía franquista"
¿Cómo llegan finalmente a Comorera? ¿Alguien lo delata?
A Comorera lo detienen porque tienen a un agente infiltrado en la dirección ortodoxa del PCE-PSUC, es decir, que esto quiere decir que no necesariamente lo delatan, sino que el agente infiltrado escucha algo. También tienen a un agente infiltrado en su primer círculo, el de sus amigos y compañeros. Y, finalmente, tienen un espía conectado directamente con su sobrino en la Unión Soviética. Con estas tres fuentes es como si tuvieran altavoces puestos en las casas, evidentemente escuchan cosas y de la suma de los tres factores lo localizan.
Esta tercera fuente es un personaje que utilizó el nombre de Amable Díaz García, del cual no se supo nada más.
No, no se ha sabido absolutamente nada más. He tirado del hilo y en un buscador de memoria del Gobierno me sale un Amable Díaz García y resulta que es un señor que lo fusilaron los franquistas. En el espionaje una técnica que se usaba mucho era utilizar el nombre de un muerto o de una persona desaparecida para darle una identidad nueva, que en este caso era de izquierdas y para un agente franquista. Pero no sabremos nunca quién había realmente detrás de este Amable Díaz.
Pese a que pueda parecer contradictorio, ¿la detención le supone una prórroga vital a Comorera, teniendo en cuenta que temía que ser asesinado por los estalinistas?
Él estaba convencido de dos cosas que, por fortuna, no pasaron. Una es que lo matarían los estalinistas. A él lo expulsan acusándolo de nacionalista, pequeñoburgués, traidor a la clase obrera o de titista. Esto último en referencia al mariscal Tito, el héroe de la resistencia contra los nazis que proclama un comunismo nacional [en Yugoslavia, que será un Estado federal integrado por seis repúblicas] frente al internacionalismo proletario que aplicaba Moscú. Los que proclamaban comunismos nacionales, que en el caso del Comorera era catalán, eran acusados de titistas y a algunos el estalinismo los eliminaba físicamente. Tenía miedo de que lo mataran los comunistas estalinistas y también tenía miedo de que la Policía lo detuviera, lo torturara y acabara mal y lo fusilaran como le pasó a Companys.
"Estaba convencido de que lo matarían los estalinistas"
Es una persona que defiende el derecho a la autodeterminación de Catalunya y siempre reivindica la independencia del PSUC respecto al PCE. ¿Esta voluntad de mantener un partido soberano es un elemento clave de su persecución por parte del Partido Comunista Español?
Totalmente. Este quizás es uno de los únicos factores que podemos interpretar haciendo presentismo. Incluso hoy mismo a los catalanes ni siquiera institucionalmente se nos permite tener representaciones en el exterior, todavía estamos dependiendo de los embajadores españoles. En aquel momento ya pasaba y, por lo tanto, Comorera consigue un hito absolutamente histórico en el actual contexto y en el pasado, que es que un partido comunista catalán, el PSUC, tenga representación en el máximo organismo del comunismo internacional, que es la Internacional Comunista, la Komintern. Esto el Partido Comunista de España lo vive pésimamente.
"El PCE vive pésimamente que el PSUC tenga representación en la Internacional Comunista"
¿La animadversión del PCE hacia el PSUC y Comorera cuando arranca?
A partir de que Comorera se afianza como un líder internacional, es una persona que despacha con Stalin, como hacía la Pasionaria o José Díaz [secretarios generales del PCE]. Además, ven que el comunismo catalán tiene fuerza internacional y que el PSUC moviliza muchísimo la lucha antifranquista en Catalunya. También ven, lógicamente, que la situación socioeconómica de Catalunya es diferente a la de España, con un contexto industrial y económico más desarrollado que puede potenciar este protagonismo del PSUC independiente del PCE, y Comorera se crece ante esta situación. A partir de la suma de análisis políticos que hacen por el protagonismo creciente del PSUC y de las crisis nacionalistas internacionales como la de Yugoslavia es cuando deciden expulsarlo.
Había sido un dirigente importante a nivel internacional y estaba muy conectado con Moscú. ¿Confiaba en que tendría el apoyo de los dirigentes de la Unión Soviética?
Creo que él estaba convencido de que tendría el apoyo de la Internacional Comunista, no solo de Stalin, sino también de los que habían sido agentes aquí durante la Guerra Civil. Estaba convencido de que la Unión Soviética lo respetaría y le reconocerían el papel independiente que ya tenía el PSUC y esto se ve en las cartas que he visto de Comorera a Stalin y a los dirigentes de la Komintern.
"Comorera estaba convencido de que tendría el apoyo de la Internacional Comunista"
Una vez es expulsado como secretario general de PSUC, afrontará el último capítulo de su vida política, que es el retorno a Barcelona, en un viaje que hace entre finales de 1950 y principios de 1951. El retorno no habría sido posible sin la conexión vasca y, también, la participación del MI6, la inteligencia británica. Es una de las grandes revelaciones del libro. ¿Cómo funciona?
Lo primero que tenemos que explicar es que el Gobierno vasco en el exilio tenía un servicio de inteligencia en todo el mundo muy desarrollado y muy bien dotado económicamente. Hay una novela de [Manuel] Vázquez Montalbán, Galíndez, que lo explica muy bien. Comorera está absolutamente solo, perseguido por los estalinistas y por los franquistas, pero tiene muy buena relación con los vascos. En la época de la guerra, cuando cae Bilbao en 1937, vienen 100.000 vascos a Catalunya y él es de los interlocutores y de los que acoge al Gobierno vasco del lehendakari Aguirre. Y lo que le queda es esto, el eventual apoyo de los vascos. Lo ayudan por cuestiones afectivas, por esta amistad personal que hay entre ellos, y por la afinidad ancestral vasco-catalana, pero también porque le conviene estratégicamente al PNV. Es un partido demócrata-cristiano, anticomunista y conectado con los servicios secretos ingleses y con los americanos y la CÍA, … Y que haya una crisis en el PCE ya les va bien. Y que ayuden a la persona que es el desencadenante de la crisis tiene una lógica política además de la lógica afectiva.
"Que el PNV ayude a un comunista como Comorera tiene una lógica política"
Una vez detenido, pasará 42 días encerrado en la Jefatura de Via Laietana, donde será interrogado por Antonio Juan Creix, que arrastraba una justificada fama de torturador. Pero a Comorera no lo toca y lo tratará con respeto. ¿Por qué?
Sobre todo a partir de Comorera, Creix tiene problemas de conciencia con la tortura y también lo demuestra con su biblioteca, donde tiene tratados de deontología. Se replantea el tema y el caso de Comorera le va muy bien porque no era un comunista cualquiera, era una persona que había sido conseller de la Generalitat. Él había sido policía de la Generalitat y de aquí que le mantenga el trato de "conseller". Creix era un hombre catalán, que habla catalán en casa... Pero, además, como que lo están persiguiendo los comunistas, que son los malos según Creix, si el Gobierno franquista le ofrece un trato y le salva la vida porque los comunistas lo quieren asesinar, que es lo que venden a la prensa, hay también una instrumentalización política que les va bien. Y entonces lo tratan con un cuidado extraordinario.
¿En cierto modo, Creix acabó fascinado por Comorera?
Sí, no sé si los dos, el uno del otro, porque Comorera está preparado para que lo torturen y resulta que se encuentra con una persona que resulta que ha leído y le puede plantear cuestiones de tipo ideológico. Pero sí, tenemos claro que Creix queda fascinado por Comorera y hablará de él a lo largo de su vida a su familia y a sus amigos como de una persona honrada con ella misma y de convicciones, que esto es mucho dicho por un franquista.
Precisamente tener la versión de Creix de la detención y los interrogatorios a Comorera es la otra gran novedad del libro. La recoge a partir de las notas que él mismo dejó escritas. ¿Cómo accede a ellas, porque hasta ahora eran inéditas?
Yo hice un libro que se llama La carta. Historia de un comisario franquista, donde ya había tenido acceso a documentos del comisario Creix. Fui la primera persona que accedió a los archivos de la Brigada Social de todo el Estado y estuve un año consultándolos, tanto el del Gobierno Civil como el de la Via Laietana. Me fotocopié muchas cosas y encontré tanto material del comisario Creix que pude hacer un libro. En el libro se veía claro que la detención más importante y que le impactó más fue la de Comorera, pero no había nada sobre esto en los archivos. Contacté con la familia del comisario Creix para saber si tenían esta documentación y me dijeron que no. La documentación se daba por muerta, pero al cerrar la casa y dejar el que había sido el domicilio de Creix en Barcelona, en la calle Villarroel, uno de sus hijos descubre todo el archivo Comorera y como sabe que voy detrás de él me lo dejan ver y a partir de aquí puedo hacer el libro.
Hacia el final del libro también aborda las rehabilitaciones. El comisario Creix busca una rehabilitación civil, que no consigue, mientras que poco a poco después de los años del estalinismo habrá cierta rehabilitación política de Comorera, que culminará en 1985 con el traslado de sus restos del cementerio de Burgos al de Sant Andreu, en Barcelona, y el funeral civil que se le hace en el Palau de la Generalitat. A pesar de esto, ¿no sé si tiene la sensación de que, a diferencia de Companys, es una figura que ha quedado muy olvidada?
Cuando el PSUC rehabilita a Comorera y trasladan sus restos, siempre hablo de la amistad entre Pujol y el Guti [Antoni Gutiérrez Díaz, secretario general del PSUC en aquel momento] como el Compromiso Histórico a la catalana, porque además se tenían confianza porque eran amigos de la infancia. Entre ellos dos trasladan los restos, le hacen rehabilitación como es debido, le hacen casi un funeral de Estado, encabezado por el presidente de la Generalitat, que no es un comunista, y lo reivindican como se merece. Pero desde entonces hasta ahora ha habido una segunda parada del tema Comorera, no se ha vuelto a hablar más. Y creo que sí, que lo tendríamos que poner en el lugar que la historia le dio y que se merece.
"Tendríamos que poner a Comorera en el lugar que la historia le dio y que se merece"
¿No sé si conoce algún otro caso de una persona que esté sometida a una doble persecución y a un doble juicio, como le pasa a él, por parte de la dictadura franquista y el Partido Comunista?
La verdad es que no se me ocurre ningún otro. Un caso como el de Comorera, de persecución de fuerzas políticas que se persiguen entre ellas, no lo había encontrado y me parece inédito. Y sobre todo el drama personal de una persona que tiene que huir de dos enemigos, que tiene la guerra en dos frentes, no se tiene que escapar solo de la Policía franquista, sino también de los estalinistas, que tiene miedo de que lo maten.
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