Este artículo se publicó hace 5 años.
Nueva distopía de HBOCinco razones por las que aún se habla de 'Years and Years'
La de Russell T. Davies para la BBC es una de las series imprescindibles del año y sus seis episodios están disponibles en HBO España.
María José Arias
Madrid-
Visto como está el panorama político a nivel mundial, es muy posible que los guiones escritos por Russell T. Davies para su exitosa Years and Years se acaben quedando cortos si es que alguno de ellos no lo ha hecho ya. De los maremotos sufridos tanto a este como al otro lado del charco bebe esta serie ambientada en un futuro distópico que podría no serlo tanto de aquí a unos años si algo no cambia, si quienes pueden mover ficha para evitarlo no actúan. Ese es el mensaje que transmite la que ha sido, sin duda, una de las ficciones revelación de esta temporada. Estrenada en España en HBO bajo la alargada sombra de Juego de tronos y con los ecos de Chernobyl comenzando a sonar -las tres están disponibles en dicha plataforma-, el universo de la familia Lyon se fue abriendo hueco entre los seriéfilos nacionales capítulo a capítulo.
La idea de la que parte es, simplificando mucho, la de seguir a cuatro hermanos británicos de clase acomodada e ideologías dispares a lo largo de 15 años -empezando en 2019- en los que el mundo que les rodea cambia en infinidad de sentidos. Algunos de esos avances / retrocesos están inspirados en momentos por los que la sociedad ya ha pasado; mientras que otros responden a una especie de vaticinio bastante agorero de lo que podría ocurrir para que sirva como toque de atención al otro lado de la pantalla.
Aunque su emisión acabó casi cuando comenzaba el verano, los meses de estío no han aplacado su voz. Al contrario, le han dado más merced a las listas propias de la época en las que se hace referencia a lo mejor del año y se recomiendan títulos estrenados a lo largo de la temporada que merecen ser recuperados para la puesta al día. El de título de Years and Years ha sido recurrente y razones para ello no faltan.
La apariencia de drama familiar dura poco
Parece un drama familiar, pero ese toque a lo Black Mirror que la de Charlie Brooker heredó de The Twilight Zone le aporta un toque extra que suma yendo más allá. En Years and Years hay un poco de ese mal uso de la tecnología que se puede hacer, pero en realidad lo que la hace tan impactante es todo lo demás, ese ambiente de futuro realista y cercano basado en el presente que prevé el desastre, el desmoronamiento en lo social, lo político, lo económico, lo humano, lo ecológico y lo personal.
Ver un capítulo de Years and Years es como asomarse a una ventana a través de la que ver un futuro nada prometedor. Lo de que una adolescente pueda obsesionarse con la tecnología hasta el punto de querer volcar su cerebro en la red de redes porque se siente, dice, ‘transhumana’, parece casi lo más inocuo de todo lo que se muestra. Lo que plantea que puede pasar no es descabellado y de ahí el extra de terror que puede ayudar a despertar conciencias. ¿Está aún la raza humana a tiempo de salvarse? ¿Hay esperanza todavía?
La cantidad de pantanos en los que se mete
Los Lyon ejercen como ejemplo de una sociedad en la que la clase media/alta solo se preocupa de lo que ocurre en su entorno cuando les afecta. Mientras no lo haga no pasa de ser un tema de conversación más en sus llamadas en grupo y reuniones familiares. A través de sus ojos se aborda la realidad de los refugiados, que es, sin duda, la subtrama de mayor interés y mejor plasmada. Cuando esta se desvanece, se nota. La odisea de ser un refugiado que huye de un país en el que condenan a muerte a los homosexuales y el periplo que debe seguir uno de ellos para poder vivir en libertad es, por mucho que a otros personajes les resulte algo ‘cansina’ la conversación, uno de los grandes aciertos de planteamiento y desarrollo de Russell T. Davies.
El otro es recoger el ascenso del pensamiento político radical y su forma de aprovecharse del cansancio de los votantes para abrirse hueco a base de promesas vacías y arengas. Más allá de estas dos patas, hay otras como la ya mencionada de la tecnología y su uso, el cambio climático, las omnipresentes ‘fake news, la gestación de un colapso financiero… Y, además de los grandes temas, otros tan universales como la infidelidad, la familia, el aceptarse a uno mismo y al de al lado, las relaciones padres e hijos, la conciliación, la discapacidad…
La función espejo de los personajes
Cuatro hermanos que suponen, junto con sus parejas, la diversidad hecha familia. Ideología, personalidad, profesión, sexualidad, visión… Cada uno tiene su toque y, aunque a veces no se aguanten entre ellos, en el fondo siempre están ahí para los demás. Son de quejarse delante del televisor de las miserias ajenas mientras las ven pasar de lejos y todos son grandes personajes que cumplen su papel de espejo a la perfección aunque en su arco dramático puedan llegar a ser algo cargantes con sus obsesiones y discursos de superioridad moral. Eso no los hace peores, sino todo lo contrario.
El mayor es Stephen (Rory Kinnear), un banquero casado con Celeste (T’Nia Miller), una mujer negra de éxito con un papel muy desagradecido en esta familia. Ambos tienen dos hijas, una de ellas esconde su rostro del mundo real tras un filtro virtual y vive obsesionada con trascender. La segunda en la línea Lyon es Edith (Jessica Hynes), activista ecologista, antisistema y lesbiana. Después llegó Daniel, trabaja para el Ayuntamiento en un campo de refugiados donde conoce a Viktor (Maxim Baldry), está casado (no con Viktor) y no aguanta que su marido se haya idiotizado. Y por último, la pequeña de los cuatro, Rosie (Ruth Madeley), una madre soltera deslenguada y con espina bífida.
La abuela Muriel (Anne Reid) merece un epígrafe para ella sola…
Los discursos de la abuela Muriel
…Y aquí está, porque el de Anne Reid es el mejor personaje de Years and Years. A nivel familiar es algo así como el pegamento. Madre de la madre de los hermanos Lyon, su apellido es Deacon. El padre de sus nietos les abandonó hace muchos años y su hija murió hace algún tiempo, así que Muriel cogió las riendas y se convirtió en la persona a la que todos recurren cuando necesitan algo o a alguien.
Y allí está ella, con su templanza, su supuesto mal genio y la sabiduría que le da el haber vivido más y el disfrutar de una clarividencia que no tienen los demás. Sus discursos y anécdotas van mucho más allá de las "batallitas de la abuela". Uno de los mejores momentos de la serie es cuando lanza ese tan comentado speech del último episodio. Mejor verlo. Pero, para hacerse una idea, suelta frases como “no vi a todos los payasos y a los monstruos que se avecinaban”. Y de ahí, para arriba.
Vivienne Rook, el “payaso” al que se le rieron las gracias
El otro personaje memorable es el de Emma Thompson como Vivienne Rook. Ella es uno de esos payasos y monstruos a los que se refería Muriel. Sus apariciones en pantalla son verdadero oro para la trama. Primero como tertuliana que dice barbaridades y a la que no dejan de llamar precisamente por su fama de follonera. Después como líder del partido y movimiento de las Cuatro Estrellas (imposible obviar la referencia al Movimento 5 Stelle italiano).
Rook tiene lo peor de cada casa, como suele decirse. Su programa político consiste básicamente en arengar a las masas hastiadas apelando al patriotismo y al nosotros primero. Deslenguada, no tiene ideas propias ni sensatas más allá de los lugares comunes y es el populismo personificado, pero, sobre todo, es ambiciosa y muy peligrosa. No resulta complicado ver reflejado en este personaje y en su discurso a otros líderes mundiales o políticos como Trump, Johnson, Salvini, Abascal… y tantos otros.
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