La buena salud del cine en la 'Catalunya vaciada': la Terra Alta tiene ocho salas para 12.000 habitantes
Una empresa histórica de Caseres se encarga de llevar los últimos estrenos a ocho de los doce pueblos de la comarca gracias a la apuesta de ayuntamientos y asociaciones para ofrecer este servicio cultural a sus vecinos.
Tarragona-
Ir al cine los domingos por la tarde es una tradición que mucha gente todavía mantiene. Sobre todo en aquellas pequeñas localidades donde se proyectan películas semanalmente en el casal popular de turno. Cada vez son menos, debido al despoblamiento y a la falta de implicación por parte de la administración para mantener vivo este servicio cultural. Pero lo cierto es que hay una comarca de esta Catalunya vaciada que rompe esta tendencia: la Terra Alta, tierra de vinos, trincheras y también de cines.
El dato es sorprendente: 8 de los 12 pueblos de la comarca, con 12.000 habitantes y ubicada en las Terres de l'Ebre -al sur de la provincia de Tarragona-, todavía tienen cines activos. Y todo ello gracias a una especie de circuito de proyecciones que ideó Javier Escarceller, el fundador del Cine Moderno de Caseres en 1951 y posteriormente de la empresa Cinemes Escarceller, a mediados del siglo pasado.
8 de los 12 pueblos de la Terra Alta, con 12.000 habitantes, todavía tienen cines activos
Este sistema permitió durante décadas llevar en los municipios de la Terra Alta la magia del cine. "Iba de pueblo en pueblo con un proyector a llevar el cine más actual del momento", explica Josep Maria Peris, sobrino de Javier y responsable actual de la empresa fundada por su tío. "Él se hizo mayor y nos dijo si queríamos llevar el negocio, nosotros lo aceptamos y lo profesionalizamos", comenta.
Actualmente, se mantienen activas las salas de Arnes, Batea, Vilalba dels Arcs, Caseres, Horta de Sant Joan y La Pobla de Massaluca. Además, en Gandesa y en Bot, se proyecta una película una vez al mes de media. Este hecho inédito, se podría decir, no se entiende sin el trabajo de Cinemes Escarceller y la apuesta de los ayuntamientos para mantener las salas de cine, la mayoría de titularidad municipal, abiertas.
"Son los ayuntamientos quiénes nos contratan, nosotros damos el servicio, es decir, gestionamos el cine de cada municipio. Ajustamos al máximo posible los precios para que los pueblos más pequeños también puedan ofrecer el servicio", apunta Peris, natural de Caseres. "De este modo, un ayuntamiento no hace falta que mantenga al 100% una sala de cine, puesto que nosotros hacemos la gestión de todo: desde la proyección del film a la taquilla", explica.
"Para muchas personas de la comarca, ir al cine es el único entretenimiento del domingo"
Peris señala que en una zona tan despoblada como la Terra Alta, "hay muy poca oferta cultural". "Para muchas personas de la comarca, ir al cine es el único entretenimiento que tienen los domingos, además de ir al bar. No tengo nada en contra de los bares, pero también está bien tener una alternativa y poder ir al cine con la familia sin la necesidad de coger el coche e ir hasta Tarragona o tener que hacer hasta 100 km", detalla.
La cultura cinematográfica está muy extendida en la Terra Alta. En Caseres mismo, un pueblo de 270 habitantes, van unas 30 personas por sesión, un 10% de los vecinos. En Batea, con unos 2.000 habitantes, van una media de 100 personas por sesión. "Si un 10% de la población que vive en Barcelona fuera al cine, tendrían que hacer salas incluso bajo tierra", apunta con ironía Peris.
"Si un 10% de la población que vive en Barcelona fuera al cine, deberían hacer salas incluso bajo tierra"
Además, la cartelera que ofrecen es la más actual y comercial, con los estrenos más recientes y la misma calidad que en cualquier cine grande. "En alguna película, nos esperamos 15 días desde su estreno para alquilarla, porque así a los ayuntamientos les sale por un precio más asequible", afirma Peris. En este sentido, apunta que el apoyo económico de los consistorios es indispensable para dar este servicio. "Si ellos no se lo creyeran, nosotros no existiríamos", asegura.
Peris critica que hay poblaciones importantes que están perdiendo los cines "porque realmente no han pensado en una empresa como la nuestra". "Hay ayuntamientos que creen que mantener un cine municipal es una barbaridad, pero no tiene por qué ser así. Si un pueblo como Caseres se puede permitir este servicio cultural, cualquiera lo puede hacer. Al final, cuesta lo mismo proyectar una película en Caseres que en Móra d'Ebre [una capital comarcal cercana, de 5.600 habitantes]", comenta.
Cine a la fresca y un festival en Bot
No siempre son los ayuntamientos los que contratan el servicio de Cinemes Escarceller directamente. "En Arnes, por ejemplo, lo lleva la Asociación del Casal Municipal, a través del consistorio, evidentemente", dice Peris.
Además de las proyecciones en la Terra Alta, Cinemes Escarceller también hace proyecciones en otros pueblos de comarcas vecinas, como Ascó, en la Ribera d'Ebre, y l'Hospitalet de l'Infant, en el Baix Camp. También se encarga de las sesiones de cine a la fresca en diferentes poblaciones de las Terres de l'Ebre y la costa tarraconense.
La cultura cinematográfica de la Terra Alta va más allá. Desde hace siete años, Bot acoge el Festival de Cinema de la Terra Alta In-*FCTA, ideado por el actor Ivan Massagué. La edición de este año se celebra este fin de semana, con una programación donde se podrán encontrar talleres formativos, proyecciones o la clásica jornada familiar, entre otras.
El vino también tendrá un papel importante, como no podía ser de otro modo, con maridajes musicales y vermutadas populares.
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