Este artículo se publicó hace 5 años.
Origen del Homo Sapiens SapiensEl hombre moderno surgió en lo que ahora es el desierto del Kalahari
Un estudio genético sitúa en Botsuana la evolución del Homo Sapiens durante sus primeros 70.000 años.
Malen Ruiz de Elvira
Madrid-
La historia de la moderna evolución humana, la que dio lugar a nuestra especie, la única superviviente, empezó alrededor de un lago enorme hace unos 200.000 años en lo que ahora es el norte de Botsuana, una meca para los safaris. El lago empezó a disminuir de tamaño, dando lugar a grandes extensiones pantanosas con mucha vegetación en las que los humanos podían vivir en buenas condiciones y así lo hicieron durante unos 70.000 años. Todo este sugerente relato procede del último estudio genético sobre el origen del Homo Sapiens Sapiens que se publica y que indica, aunque no confirma del todo, que esta especie surgió allí para luego extenderse por todo el mundo.
Situar en el tiempo y en el espacio el origen de la humanidad moderna no ha resultado fácil, aunque su origen africano no está en duda desde el siglo pasado. Los fósiles humanos hallados hasta ahora parecen indicar que surgió en el este de África pero los estudios genéticos, además de otros datos, se inclinan porque fue más al sur. Ahora, Vanessa Hayes y sus colegas de varias instituciones científicas han completado con muestras de sangre de nuevos individuos el análisis de los genes mitocondriales de una población muy aislada históricamente al sur del río Zambeze, en Namibia y Sudáfrica, y los han combinado con datos climáticos y de otro tipo. “Con todos los datos obtenidos, proponemos que el origen de los humanos anatómicamente modernos está en el sur de África, y que ocuparon su tierra natal hasta las primeras migraciones humanas que parecen haber sido causadas por cambios climáticos regionales”, señalan los científicos, de Australia, Sudáfrica, Corea del Sur y Namibia en la revista Nature.
Los datos geológicos y arqueológicos muestran que esta tierra natal de la humanidad moderna albergó el mayor sistema lacustre de África, el lago Makgadikgadi. “Antes de la emergencia de los humanos modernos el lago había empezado a vaciarse debido a movimientos en las placas tectónicas subyacentes”, señala el geólogo Andy Moore. “Esto tuvo que crear una gran zona pantanosa, que se sabe que es uno de los ecosistemas más productivos para albergar vida”.
El cronograma o calendario que propone el nuevo estudio incluye un periodo de estabilidad ecológica de 70.000 años antes de iniciarse una oleada de migraciones a través de nuevos corredores verdes establecidos hace entre 130.000 y 110.000 años por el cambio del clima.
Comienzo de las grandes migraciones
“Los primeros migrantes fueron hacia el noreste y después una segunda migración se dirigió hacia el sudoeste”, explica Hayes. “Parte de la población permaneció en el territorio hasta ahora”. Sus descendientes se pueden encontrar todavía en la región, desde Namibia a Zimbabue. En cuanto a las migraciones, la que más medró fue la que se dirigió hacia el suroeste, según se desprende de los fósiles y herramientas halladas en la costa de Sudáfrica, señala el estudio. Esto se debió posiblemente los recursos marinos a los que tuvo acceso.
En la actualidad, la región del gran desierto del Kalahari que linda con la sabana-oasis del delta del Okavango y los salares de Makgadikgadi, ahora parque nacional, se extiende hacia Namibia por el oeste y Sudáfrica por el sur y es una de las más solicitadas para realizar safaris fotográficos. Este flujo constante de visitantes extranjeros podría considerarse a partir de ahora como una vuelta a casa, a sus orígenes remotos.
No es descartable que la zona pase a estar también muy solicitada por los paleontólogos en busca de fósiles más antiguos que los del este de África, aunque se sepa que las condiciones de preservación son desfavorables y hasta ahora no se haya encontrado ninguno.
Un estudio único
El australiano Instituto Garvan de Investigación Médica, donde trabaja Hayes, señala que este nuevo estudio es único porque combina las disciplinas de la genética, la geología y la física climática para reescribir nuestra historia más antigua.
Hayes lleva una década investigando las poblaciones khoe-san de la supuesta cuna de la humanidad moderna en Namibia y algunos de sus individuos han donado su sangre para el análisis genético, que ha dado lugar a dos genomas mitocondriales hasta ahora desconocidos. Ellas y sus colegas explican que han contado con todos los permisos oficiales y de comités de ética para este estudio, que no puede considerarse definitivo porque, basándose en la anatomía y no en la genética, recientemente se han presentado como de Homo Sapiens fósiles datados en más de 200.000 años de antigüedad, hallados en Grecia y en Marruecos.
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