Este artículo se publicó hace 5 años.
Tyrannosaurus rexDescubren los restos fósiles de un primo pequeño del Tyrannosaurus rex
Paleontólogos británicos y estadounidenses han identificado los esqueletos de dos especímenes hallados en Nuevo México con una nueva especie de tiranosauroide. Según los expertos, Suskityrannus hazelae vivió hace 92 millones de años y permite conocer más detalles de la historia del tiranosaurio.
Sinc
Madrid-
Los orígenes del tiranosaurio son poco conocidos debido a la falta de información por una brecha de muestreo asociada con los altos niveles del mar que hubo durante el periodo Cretácico superior —hace entre 60 y 80 millones de años— en lo que hoy es América del Norte. Sin embargo, el investigador Sterling Nesbitt de la Universidad Virginia Tech (Estados Unidos) y su equipo de paleontólogos han hallado nuevos datos sobre su origen tras descubrir dos esqueletos de una nueva especie de tiranosauroide en la cuenca de Zuni en Nuevo México.
Los detalles de esta nueva especie llamada Suskityrannus hazelae ('suski' es una palabra local de Zuni para decir coyote) han sido publicados esta semana en la revista Nature Ecology & Evolution. "El descubrimiento de Suskityrannus llena un vacío crítico en el registro fósil de dinosaurios tiranosauroides porque hay pocas especies entre el Cretácico temprano y el tardío, incluyendo al Tyrannosaurus rex", cuenta a Sinc el también autor principal del estudio Sterling Nesbitt.
Pequeño pero matón
Los fósiles descritos por el equipo representan los especímenes más completos encontrados de un tiranosauroide cretácico medio. Según los expertos, este dinosaurio tenía un cráneo de unos 25 a 32 centímetros de largo total, un tamaño de cabeza similar al de un coyote (de ahí la referencia).
La especie tenía características similares a sus primos del Cretácico superior como una fuerte mordida
Aunque los restos analizados datan de hace 92 millones de años, los autores señalan que se tratan de los esqueletos de dos especímenes juveniles y estiman que, aun así, los adultos de S. hazelae habrían sido considerablemente más pequeños que sus primos del Cretácico superior como el T. rex.
A pesar de su tamaño, S. hazelae tenía las patas especialmente adaptadas para correr y una mordida robusta. Sin duda, una combinación de características que no estaban presentes en los tiranosauroides tempranos, pero sí en las especies más tardías. "Es probable que estas características se encuentren en otros tiranosauroides del Cretácico medio, pero es la primera vez que los encontramos en una especie", aclara el investigador.
El análisis sitúa a esta nueva especie como un tiranosauroide intermedio, entre las especies pequeñas más antiguas y los gigantes del Cretácico superior. S. hazelae llena así un vacío importante en la historia evolutiva de los tiranosauroides.
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