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El alcalde verde abandona

El regidor de Montejo de la Sierra, de Los Verdes de la Comunidad de Madrid, se retira tras cuatro años de difícil política ecologista

MANUEL ANSEDE

'Nos va a prohibir cazar', decían unos vecinos. 'Nos va a quitar el agua', temían otros. 'No nos va a dejar coger leña', sospechaban muchos. Y, en los foros de internet, le comparaban con Fidel Castro y Hugo Chávez. Hasta llegaron a decir que iba a gasear a los ancianos de la residencia municipal.

Aquel ogro era Fernando de Frutos, dueño con uno de sus seis hermanos de un mesón en el que él mismo sirve los judiones que su familia cultiva en su huerta. Su delito fue presentarse en 2007 a las elecciones de su pueblo, Montejo de la Sierra, por Los Verdes de la Comunidad de Madrid. Y ganarlas. Asegura que es el único alcalde verde que gobierna en solitario en España, aunque hay al menos una alcaldesa de Los Verdes de Segovia en Cabañas de Polendos, una aldea de 120 habitantes. Ahora De Frutos se va, 'harto' del Gobierno de Esperanza Aguirre y de algunos de los vecinos de su propio pueblo, tras cuatro años de trabajo extra sin cobrar ni un euro.

'Estas son mis manos de alcalde', bromea De Frutos, mostrando sus enormes manos, duras de trabajar la tierra. Nació en Madrid en 1961 y allí vivió hasta los 25 años, cuando decidió dejar su trabajo de vigilante de seguridad y montar un mesón en el pueblo de su familia. De niño, él mismo ayudaba a cargar la borrica de su abuelo con excrementos de vaca para llevarlos a la huerta. 'La gente del campo es verde, lo que pasa es que no lo sabe', reflexiona.

Su pueblo es chocante. En el pico norte del triángulo que forma la Comunidad de Madrid, Montejo de la Sierra está a unos 90 kilómetros de la capital, pero a casi tres horas en transporte público. Para comprar el periódico, sus 364 habitantes tienen que recorrer 30 kilómetros. Y el hospital más cercano está en San Sebastián de los Reyes, a tres cuartos de hora en coche. Hasta la década de 1990, el correo llegaba a Montejo en mula. 'Es más difícil gobernar un pueblo de estos que gobernar Madrid. A Alberto Ruiz-Gallardón no le llaman a la puerta a las tres de la mañana para decirle que no funciona una farola', explica De Frutos.

Los vecinos pensaban que iba a restringir el uso del agua y a prohibir cazar y coger leña

El alcalde verde entró en la política por casualidad. Desde el final del franquismo, el pueblo lo habían gobernado los mismos, en un partido independiente que hoy es el PP. Cansados, unos vecinos se presentaron en 2003. Perdieron. Y en 2007, en las listas de Los Verdes, ganaron. El equipo de De Frutos está formado por un carpintero, un cerrajero, un pequeño constructor, una guarda forestal, una peluquera, una informática y una auxiliar administrativa. Se llevaron el 57% de los votos.

Hoy, Montejo de la Sierra es un pequeño laboratorio de políticas verdes. El Ayuntamiento ha repoblado junto a WWF con robles y acebos, ha bajado la intensidad de la luz de las farolas, ha mejorado la eficiencia energética de varios edificios públicos, ha puesto placas fotovoltaicas, ha repartido bolsas biodegradables entre los vecinos y ha promocionado su verdadera joya: el hayedo de Montejo. Unas 20.000 personas visitan cada año el único bosque de hayas de la región y uno de los más meridionales de Europa.

Además, en una época en la que los pueblos se extienden con urbanizaciones como manchas de aceite, De Frutos prefirió promocionar la rehabilitación de viviendas y la construcción dentro del núcleo urbano. 'Algunos vecinos no entendieron que no recalificáramos sus huertas para construir casas', lamenta. Algunos de ellos le retiraron la palabra o dejaron de ir a tomar el café a su mesón. Chalets de tamaño ínfimo se vendían por 120.000 euros. 'Cuando asesinaron al alcalde de Fago, nosotros lo entendimos', afirma con frialdad.

Ahora, satisfechos de lo conseguido, De Frutos y sus concejales abandonan. Los Verdes de la Comunidad de Madrid no se presentan en el pueblo. En su lugar, ha aparecido una candidatura insólita: la exministra socialista Matilde Fernández se presenta por el PSOE para ser alcaldesa. 'Ni es del pueblo ni ha estado aquí nunca', señala De Frutos. El PSOE propuso al actual alcalde que se incorporara a sus filas, pero él rechazó la oferta. Por el momento, no quiere saber nada de política.

'Algunos no entendieron que no recalificáramos sus huertas para construir viviendas'

Quien sí se presenta a las elecciones municipales en Montejo es Izquierda Unida-Los Verdes. 'Son otros verdes, no son los nuestros', explica entre risas. En realidad, su partido también tiene otro nombre ahora: la coalición Ecolo Verdes. Ni el propio De Frutos se entera muy bien de quiénes la componen. 'Yo les digo: ¿No podéis dejar el partido ya en paz? Los Verdes cambian constantemente de nombre y la gente no sabe ni a quién está votando', critica. Curiosamente, uno de los pocos alcaldes verdes de España no ha oído hablar de Equo, el proyecto de Juan López de Uralde para aglutinar a todas las fuerzas verdes en un único partido político.

De Frutos deja la alcaldía denunciando que el pueblo no recibió la mitad de los aproximadamente 800.000 euros que le correspondían por el Programa Regional de Inversiones y Servicios de Madrid. 'Ha ocurrido en más pueblos de la zona, la Comunidad de Madrid no ha entregado un dinero con el que se podrían haber creado muchos puestos de trabajo', explica. En Montejo hay 15 parados.

El todavía alcalde, ateo, lamenta que en los pueblos pequeños el dinero se invierta en restaurar iglesias antes que en 'otros temas más prioritarios'. En Montejo, la Comunidad de Madrid y Caja Madrid desembolsaron 285.000 euros para su iglesia del siglo XV. El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, acudió a bendecir las obras en febrero. Semanas después, De Frutos casó a dos lesbianas. 'Les dije: lo que yo una lo puede separar cualquiera'.

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