Este artículo se publicó hace 16 años.
Zapatero no ve "imprescindible" ni "prioritario" modificar la Constitución
La conmemoración de la Constitución, de cuya aprobación en referéndum se cumplen 30 años, volvió a servir ayer para pulsar la opinión de la clase política sobre la necesidad de su reforma, una tarea que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ve "imprescindible" ni tampoco "prioritaria".
El Rey Juan Carlos, que presidió en el Congreso el acto de homenaje a la Carta Magna, expresó en un discurso su confianza en la norma fundamental del Estado, que consideró un "vértice esencial" del presente de los españoles y el "mejor instrumento de futuro" para el progreso de una España "unida y diversa".
A la celebración, en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara Baja, acudieron los Reyes, los Príncipes de Asturias, el Gobierno casi al completo, cinco presidentes autonómicos, representantes de las altas instituciones del Estado y políticos veteranos, entre ellos ponentes de la Constitución, junto a diputados y senadores.
Como es habitual cada 6 de diciembre, el acto no contó con la presencia de representantes del PNV, BNG, ERC, Na-Bai e ICV, por su desacuerdo con la configuración territorial del Estado.
También volvió a marcar la jornada un atentado de ETA, y en señal de duelo por el asesinato del empresario Ignacio Uría no se celebro el cóctel con los invitados.
Antes de la llegada de los Reyes al Palacio de las Cortes, Zapatero hizo una breve reflexión para elogiar los valores de una Carta Magna que "ha sido, es y será útil", apuntar que su reforma "no es imprescindible" y dejar claro que sin un clima de acuerdo y consenso el Gobierno no propondrá modificarla.
"Podríamos mejorarla, pero no es imprescindible", recalcó antes de asegurar que para el Ejecutivo "no es una tarea prioritaria", máxime cuando "tal y como está" permite que el país pueda seguir progresando.
El líder del PP, Mariano Rajoy, valoró también el contenido de la Carta Magna, aunque ello "sin perjuicio" de que pueda someterse a reforma "pues alguna habrá que hacer", dijo al llegar al Congreso.
Desde otro punto de vista, el diputado de IU, Gaspar Llamazares, reclamó que se modifique para poner fin a las "adherencias posfranquistas" que para él hay en España, como la "nueva aconfesionalidad" del Estado o el sistema electoral.
El senador del PP Manuel Fraga, uno de los ponentes del texto constitucional, destacó su "base firme" y dijo que el esfuerzo para aprobarla "no fue en vano".
El presidente de las Cortes, José Bono, pronunció un discurso institucional en el que, dirigiéndose al Rey, le dijo: "Somos muchos los que pensamos que sin vuestra ayuda y complicidad no habríamos alcanzado las metas que hoy gozosamente celebramos".
Bono recordó a la última víctima de ETA y, al mismo tiempo, valoró que en los 30 años de vigencia de la Constitución, la derecha y la izquierda luchen juntas contra el terrorismo.
"Nunca antes de la Constitución la derecha y la izquierda lloraron juntas por las mismas cosas. Ahora, lloramos juntos y actuamos juntos", añadió.
Tras su alocución, el Rey tomó la palabra para subrayar su confianza en el texto constitucional como "vértice esencial" del presente de los españoles, así como en una España "que superará los actuales retos con eficacia y generosidad".
También hizo mención al asesinato de Ignacio Uría y se mostró convencido de que "con la unidad de los demócratas y los instrumentos del Estado de Derecho", España "podrá derrotar para siempre la inaceptable barbarie del terrorismo".
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