Víctor Manuel encanta a su "segunda patria" con su biografía cantada

Sereno, íntimo y emocionado se mostró el cantautor español Víctor Manuel, que deleitó a tres mil personas en un concierto que estuvo marcado por el sentido del humor en la capital de Chile, "su segunda tierra patria".

El cantante asturiano hizo un recorrido íntimo por sus más de 40 años de carrera musical, acompañado de monólogos sobre cada una de las historias, en un recital que duró casi dos horas.

"Mis recuerdos" inauguró el espectáculo. Sentado y con guitarra en mano continuó con un homenaje a la Romería asturiana (su tierra natal) de San Cosme y San Damián.

Vestido con tonos oscuros y acompañado de su hijo al piano, el cantautor hizo reír y emocionarse a un público mayoritariamente de su generación -acaba de cumplir 64 años-, en la que tanta influencia tuvo por luchar contra las injusticias y los derechos humanos en tiempos de la dictadura.

El público empezó a soltarse con el tema "Quiero abrazarte tanto", la canción que le censuraron en España en 1970 y que triunfó un año después en el Festival Internacional de Viña del Mar. "¡Viva Allende!", gritó algún que otro espectador.

"Recuerdo todos y cada uno de los nombres de los hijos de puta que nos maltrataron con alevosía", dijo con mucha fuerza antes de interpretar "Canción para Pilar" (nombre de pila de Ana Belén), tema que le compuso a su esposa cuando la conoció. Después fue el turno de "No quiero ser militar".

Crecían los aplausos con "Cómicos", dedicada a algunos artistas detenidos en España en 1975 por una huelga de actores. "Rocío Durcal estuvo una semana en la cárcel", recordó, para añadir que le escribió una canción.

Los míticos "Solo pienso en ti", "Ay amor", "A donde irán los besos" y "España camisa blanca" no podían faltar en su autobiografía musical "Vivir para cantarlo".

El público se emocionó con "Mujer de Calama", un tema que compuso en los años 80 conmovido al conocer el sufrimiento de las mujeres que buscaban día y noche a sus familiares asesinados en el desierto.

Tampoco podía faltar "El abuelo fue picador", un tema con el que el asturiano homenajeó a su abuelo Víctor, que empezó a trabajar en la mina con tan solo nueve años.

Tratándose de Víctor Manuel, las protagonistas indeseadas del espectáculo no podían ser otras sino las injusticias. Condenó guerras, dictaduras, violencia machista y atentados, siempre recordando a sus víctimas.

"Ella sólo supo dejarse querer" fue uno de los últimos temas, en el que habló de la cada vez más independiente vida de las mujeres. "Ellas saben que tienen leyes que las defienden, pero hoy, 20 de julio de 2011 ellas siguen muriendo a manos de ellos".

Víctor Manuel eligió para el final su último trabajo, "Cómo voy a olvidarte", eligiendo una canción en la que defiende la memoria histórica, pero no pudo despedirse sin nombrar a su tierra natal, la que le vio nacer hace 64 años, Asturias.

Y aunque esa región del norte de España queda a varios miles de kilómetros de Chile, él consiguió que el público aplaudiera hasta que se apagaron las luces.

"Gracias, estoy feliz de estar aquí en Chile". "Este lazo violeta -dijo señalándose un trozo de tela que llevaba en la camisa- es la unión de alumnos, profesores y padres".

"A mí, como a Violeta (Parra), también me gustan los estudiantes", concluyó en un guiño hacia el movimiento universitario que estos días clama en las calles por una mejor enseñanza.

Por Ana Jaen.