Este artículo se publicó hace 15 años.
La Unión Europea aprueba el lanzamiento de su futura diplomacia común
Los ministros de Exteriores de la UE aprobaron hoy los principios del futuro Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), un instrumento en torno al que se construirá la diplomacia común de la Unión.
Tanto el inicio provisional de este mecanismo como la aprobación de los detalles concretos de su funcionamiento deberán tener lugar durante la Presidencia española de la UE, en el primer semestre del año próximo.
El SEAE, que se aprobará formalmente en la cumbre comunitaria de esta semana, será el mayor servicio diplomático del mundo, con al menos unos 5.000 integrantes cuando esté en pleno rodaje, y un presupuesto inicial de unos 50.000 millones de euros para el período 2010-2013, según diversas fuentes diplomáticas.
Este servicio es una de las grandes novedades del Tratado de Lisboa, cuya entrada en vigor definitiva se considera muy probable tras los últimos avances para que lo firme el presidente checo, Vaclav Klaus, cuyo país es el único que no lo ha refrendado.
El Servicio se creará a partir de diversos elementos ya existentes y, en primer lugar, absorberá las aproximadamente 130 representaciones exteriores que ya tiene la Comisión Europea (una especie de embajadas con personal multinacional comunitario en la mayor parte de países del mundo).
Esas representaciones se convertirán en el futuro en auténticas misiones diplomáticas de la Unión Europea, con una dimensión mucho más política que actualmente.
El SEAE también incluirá la Célula de Planificación Político-Militar y el Centro de Emergencias, creados en los últimos años en Bruselas bajo el paraguas del Consejo de la UE por el actual Alto Representante, Javier Solana, quien dejará el cargo próximamente tras haber puesto en pie todos los elementos de una política exterior y de defensa común.
Además, el Servicio Exterior se encargará de la gestión de las misiones políticas y militares en países extracomunitarios.
El documento aprobado hoy prevé que haya departamentos geográficos y temáticos sobre relaciones exteriores, aunque otros aspectos de la acción exterior comunitaria como comercio y ayuda al desarrollo continuarán siendo responsabilidad de la Comisión Europea (CE).
Sin embargo, queda aún una pequeña duda para delimitar algunas de las competencias entre el SEAE y la CE en cuestiones de desarrollo, ya que se considera que este apartado tiene también un aspecto de política exterior.
Los Veintisiete también tienen que decidir si las oficinas diplomáticas comunitarias se encargarán de cuestiones consulares, como expedición de visados o pasaportes, un punto al que se opone el Reino Unido, mientras que tiene el apoyo de muchos países, especialmente los más pequeños.
Para ese cometido, hará falta un personal muy cuantioso y el documento prevé obtenerlo de tres fuentes: la CE, el Consejo y funcionarios de los veintisiete países comunitarios, aproximadamente en una proporción similar de un tercio cada una.
Este personal debería tener una formación común y condiciones similares, a fin de garantizar un trabajo uniforme.
En conjunto, se calcula que este nuevo servicio tendrá un mínimo de 5.000 integrantes, aunque su puesta en marcha será progresiva a partir de enero de 2010, una vez que entre en vigor el Tratado de Lisboa, indicaron fuentes comunitarias.
El próximo paso tendrá que darse como muy tarde para finales de abril de 2010, cuando el sucesor de Javier Solana presente una propuesta formal con todos los detalles concretos sobre el funcionamiento y un proyecto de presupuesto.
El objetivo de los Veintisiete es aprobar esta propuesta "rápidamente", dentro de la Presidencia española que concluirá el 30 de junio, una decisión que debe tomarse por unanimidad.
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