Este artículo se publicó hace 15 años.
El último cartucho de Camps
Presiones a los magistrados para que archiven la causa contra el dirigente valenciano
El PP juega su última carta en la partida de Francisco Camps. Su defensa presentará el lunes un recurso contra el auto del magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJV), José Flors, quien considera que hay "indicios racionales suficientes" de un delito de cohecho en la actuación del presidente de la Generalitat.
La mayoría de los dirigentes del PP valenciano están convencidos de que se archivará la causa. Desde que saltó este escándalo, repiten que es imposible demostrar que hubo regalos a cambio de una contraprestación. Pero, con el Código Penal en la mano, Camps habría cometido un delito simplemente por aceptar obsequios en condición de su cargo. Y eso es, precisamente, lo que sostiene el juez instructor de la causa contra él.
Así que, ante la díficil situación jurídica de Camps, desde el PP han lanzado su propia ofensiva. Hay fuentes conservadoras que reconocen que "las presiones" que se están ejerciendo sobre los magistrados de la Sala de lo Penal y de lo Civil del TSJCV son "como jamás se habían visto antes". Ya no es sólo que Camps confíe en que el pronunciamiento de estos jueces, que responden a un perfil conservador, le permita salir indemne del caso Gürtel.
Es que además desde su formación se les está haciendo llegar varios mensajes como que de ellos depende que se "desestabilice o no la Comunidad" y que "no tiene sentido poner fin a la carrera de un presidente por unos hechos que podrían suponer una multa de pocos miles de euros".
Evitar el escarnio públicoAdemás piensan que no van a ver a Camps sentado en el banquillo porque el presidente del TSJCV, Juan Luis de la Rúa, le evitará ese escarnio público. Siempre se ha puesto en duda su objetividad teniendo en cuenta que en 2008 Camps dijo que habría que buscar en el diccionario otra palabra distinta a la de amistad para definir "la íntima y sentida relación" que les unía. Después de semejante declaración hay dirigentes del PP que afirman haber escuchado recientemente a De la Rúa comentar que él "no piensa acabar" con la trayectoría del presidente de la Generalitat.
Pero frente a este optimismo, algunos miembros del PP mantienen sus reservas. Son aquellos que han visto cómo su partido se equivocó cuando decía que el caso no iba a llegar a los tribunales, que Camps no iba a tener que ir a declarar en calidad de imputado y que, menos aún, se hablaría de juicio oral.
Desde el Partido Popular se pide al Tribunal que no "desestabilice la Comunidad"Recuerdan que De la Rúa ha cumplido su mandato y que está a la espera de ser reemplazado en el cargo. Cuentan que sus aspiraciones son llegar a la Sala de lo Social del Tribunal Supremo y que, precisamente por eso, podría no aventurarse en decisiones que pudieran comprometer su ascenso.
Otros valoran que este asunto sólo se cerrará si la Sala entiende que existió durante el proceso algún tipo de irregularidad y no creen que eso vaya a ocurrir. Dentro del PP no olvidan que el caso Naseiro se archivó en el Supremo porque las escuchas telefónicas, que pusieron en alerta sobre una posible financiación irregular, se habían ordenado en el transcurso de una investigación por narcotráfico y, por tanto, su utilización no gozaba de supervisión judicial.
"Error inicial de estrategia"A la espera del desenlace, un alto cargo del PP estima que todo lo que ha sucedido deriva de "un error inicial de estrategia". Piensa que desde el primer momento se le tenía que haber hecho una pregunta clave a Camps: "¿Tienes las facturas?" Y si la respuesta era que no, convocar una rueda de prensa y reconocer que el líder del PP valenciano había recibido una serie de trajes por parte de un amigo.
Son varios los que piensan en el PP que ahora todo se ha enredado y, lo que es peor, hay quienes se sienten "dolidos" porque Camps les ha engañado. "La mentira es lo peor de todo esto", señala un diputado Y no lo dicen tan sólo por que no les cuadra lo de los pagos, también le echan en cara que dijera que no conocía de nada a Álvaro Pérez, El Bigotes, uno de los cabecillas de la trama corrupta, cuando luego resultó ser su "amiguito del alma".
Pero Camps tiene pensado seguir adelante con su táctica. Al contrario que el ex vicepresidente del Gobierno valenciano, Víctor Campos quien, según El País, admitirá ante el TSJCV que recibió regalos de las empresas que dirigía Francisco Correa. Campos se desmarca así de la línea oficial remarcando que eran presentes que no se hicieron con la intención de lograr favores a cambio. Pero aunque trate de quitarle hierro al asunto, el auto del juez Flors deja claro que no existe "ninguna causa o razón diferente a la condición personal de los receptores de las prendas y a la función pública que desempeñaban que permita explicar por qué motivo Álvaro Pérez o las sociedades a las que el mismo estaba vinculado tuvieran que obsequiarles de aquel modo".
Sin plan BTras conocerse el lunes la resolución del TSJCV, en la sede nacional del PP se desataron los nervios. El equipo de Rajoy ha tenido que ir configurando sus respuestas sobre la marcha. Hace unos días, un periodista le preguntaba a uno de los responsables de marcar las líneas a seguir qué se iba a hacer si fallaba la apelación de Camps. "¿Hay un plan B?", quiso saber. No hubo respuesta. En el Comité de Dirección conservador simplemente no piensan que pueda haber apertura de juicio oral. "Es algo que no nos planteamos porque esto está mal resuelto en el fondo y en la forma", insisten.
En el PP han tenido que pasar de defender con uñas y dientes que Camps lo tenía todo en regla a minusvalorar la cuantía de los regalos. Incluso algunos dirigentes han minimizado el delito y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, llegó a pedir una reforma del Código Penal. También siguen manteniendo que se trata de una campaña de acoso y derribo orquestada por el juez Garzón y el Gobierno, pero ahora el mayor culpable es el sastre, José Tomás García. Insisten en desprestigiarle, obviando que el juez se apoya, además de en su declaración, en otros 10 indicios.
En lo que todos coinciden, dentro del PP, es en que Camps no debe enfrentarse a un jurado popular porque eso "achicharraría" su imagen y están convencidos de que hay más posibilidades de que se emitiera una sentencia condenatoria. En el PP insisten en que no hay precedentes y explican que, si se llega a ese extremo, y se entra en una "fase contradictoria", Camps llevará testigos que evidenciarán que saldó sus cuentas.
Para muchos Camps no podría soportar que el juicio se retransmitiera en abierto y que esta situación se dilatara en el tiempo. Dicen los que le rodean que está "hundido" aunque trata de aparentar que nada le afecta. Nadie quiere manejar la "hipótesis" de su dimisión. Algunos no saben si será capaz de soportar la presión aunque dicen que Rajoy le anima a resistir de cara al futuro. El líder del PP le ha prometido que estará con él "pase lo que pase". Algunos dirigentes del PP no comprenden el silencio de su jefe de filas y sus colaboradores confirman que lo está pasando mal. El día 15 se procede a la vista oral. Camps no irá. No quiere exponerse más mediáticamente.
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