El proyecto de ley de financiación de RTVE, que suprime la publicidad para el sostenimiento de la corporación pública, superó ayer su primer trámite parlamentario al obtener el Grupo Socialista la colaboración de CiU. La suma de sus votos permitió el rechazo por el Pleno del Congreso de las seis enmiendas de totalidad presentadas por el PNV y los partidos del Grupo Mixto. El Grupo Popular, que al igual que CiU ha presentado un voluminoso paquete de enmiendas parciales, optó por la abstención.

El proyecto fue defendido por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, quien justificó la urgencia de la reforma en la necesidad de anticiparse a 'una nueva crisis financiera' de la televisión pública y sostuvo que en el texto se plasma 'toda una filosofía del papel que debe ocupar lo público en una sociedad moderna y en constante evolución'. Óscar López Águeda, como portavoz socialista, agregó que se trata de un planteamiento 'revolucionario' que ya se ha experimentado con éxito en Francia y Gran Bretaña.

Los portavoces de PNV, BNG, UPyD, ERC e IU-ICVel de UPN no defendió su enmienda rechazaron el modelo por entender, con distintos matices, que entraña una renuncia al 'liderazgo de RTVE', que dará paso a una televisión pública 'residual' o 'marginal'.

El portavoz de IU, Gaspar Llamazares, atisbó además 'nostalgia de la televisión de partido, que se quiere sustituir por la televisión de los amigos'. Y el de ERC, Francesc Canet, expresó sus recelos hacia la posibilidad de que el modelo se quiera extender a las televisiones autonómicas.

El PP coincidió con el resto de la oposición en el reproche a la ausencia de un consenso previo, que Fernández de la Vega negó, y defendió que se suprima el 'gravamen' a las empresas de telecomunicaciones.