El TS cita a Botín como testigo de los cursos de Nueva York

El magistrado del Tribunal Supremo Manuel Marchena parece no tener intención de demorar la instrucción del segundo procedimiento abierto contra Baltasar Garzón: el del patrocinio por el Banco Santander de los cursos que el juez impartió en Nueva York. Ayer anunció a las partes que el presidente de la entidad, Emilio Botín, declarará como testigo el próximo 12 de mayo, y seis días antes lo harán los directivos del banco en Estados Unidos Gonzalo de las Heras y Rodolfo Icaza.

En este procedimiento Garzón está acusado de cohecho y prevaricación, porque a la vuelta a su juzgado archivó una querella presentada contra Botín, con el visto bueno del fiscal, en una resolución confirmada por la Sala de lo Penal de la Audiencia.

Uno de los abogados querellantes, José Luis Mazón, concedió ayer importancia a la declaración de Botín, acordada de oficio por el instructor, porque "puede esclarecer muchísimas cosas", aseguró.

El presidente del Santander declarará en relación con las cartas que le envió Garzón, encabezadas por "un querido Emilio", expresión a la que el juez restó relevancia ante el magistrado, al acreditar que la utiliza con frecuencia. Para probarlo presentó otras misivas, bajo la misma fórmula, dirigidas al presidente del Gobierno o al líder de la oposición.

Por su parte, De las Heras será clave para acreditar por qué el banco patrocinó los cursos. La querella presentada contra el juez incluía un documento en el que el directivo en Nueva York informaba a Botín de la propuesta de los cursos que iba a dirigir Garzón. Tanto la entidad bancaria como el Centro Rey Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York han aportado documentos que niegan que el juez hubiera buscado el patrocinio del banco o cobrara de él.

Por su parte, el ex director del centro universitario y la responsable que organizó los cursos no acudieron al Supremo. Declararán por videoconferencia cuando sean citados por comisión rogatoria. La que declaró fue la funcionaria de Justicia Mar Bernabé, que aseguró que la contrató la universidad y negó que su labor consistiera en asistir al juez Garzón.