Este artículo se publicó hace 14 años.
Los trabajadores que amenazaban con volar una fábrica en Francia logran un principio de acuerdo
Los trabajadores de una fábrica de moquetas para coches que llevaban dos días encerrados en la planta que amagaban con hacer explotar una cisterna de gas, abandonaron esta noche su amenaza tras llegar a un acuerdo de método con la dirección sobre las indemnizaciones que recibirán cuando cierre la empresa.
Según anunció hoy la prefectura, el grupo de unos 40 asalariados de Sodimatex, situada en la localidad francesa de Crépy-en-Valois, en el departamento de Oise, al norte de París, accedieron a no hacer explotar la fábrica a cambio de garantías sobre el correcto desarrollo de las negociaciones con la dirección.
Los trabajadores llevaban encerrados en la planta, propiedad del grupo Trèves, desde la noche del jueves para reclamar una prima de salida de 21.000 euros para cada uno además de un periodo de nueve meses para su recolocación, ante el inminente cierre del centro.
Empleados y dirección retomarán las negociaciones el próximo miércoles, anunciaron las fuentes, que aseguraron que se ha firmado un "protocolo de acuerdo", es decir, un acuerdo de método sobre el que el Estado velará para asegurar su cumplimiento.
Sodimatex había anunciado en abril del pasado año el cierre de esta planta, pero desde entonces las negociaciones no han permitido llegar a un acuerdo.
Los sindicatos denunciaban que el grupo propietario sólo quiere pagar el mínimo legal a los trabajadores que van a perder su empleo, después de haber recibido 55 millones de euros de ayuda gubernamental en el plan de ayuda al sector automovilístico.
Los conflictos laborales en los que los trabajadores amenazan con destruir las instalaciones de sus empresas se han hecho relativamente frecuentes en Francia estos últimos años, y así ocurrió en julio pasado con más de 350 empleados de una fábrica de componentes para el automóvil en Chatellerault.
En julio de 2000, unos 150 obreros despedidos de la fábrica química Cellatex, en las Ardenas, amenazaron primero con volar las instalaciones y luego vertieron 5.000 litros de ácido sulfúrico a un río. Finalmente consiguieron un aumento de la indemnización por fin de actividad.
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