Este artículo se publicó hace 15 años.
Teléfono azul, accidente nuclear
Una red de un millar de estaciones vigila las emisiones radiactivas en España y avisa en tiempo real al CSN
El teléfono azul suena en La Moncloa. Hay una emergencia nuclear, y la llamada procede de la Sala de Emergencias (Salem) del Consejo de Seguridad Nuclear, con sede en Madrid, el centro neurálgico de las operaciones que se llevarían a cabo en el caso de que un suceso radiológico o nuclear se produzca en España.
En la Salem, inaugurada en 2005, hay una habitación para las conversaciones con La Moncloa, pero para llegar a este extremo, se ha tenido que detectar un suceso grave.
El control y vigilancia de emisiones radiactivas se realiza segundo a segundo con la red de estaciones de medición, formada por tres dispositivos diferentes: las automáticas, que miden en continuo y trasmiten información en directo; las de muestreo de aire y suelos, que realizan con periodicidad universidades, laboratorios especializados y el CIEMAT; y la red de alerta radiactiva, que avisa en caso de incidente. En total, cerca de 1.000 estaciones repartidas por toda España analizan que todos los parámetros sean normales.
El Consejo recibe un centenar de parámetros de cada central atómica
En caso de que una estación detectara alguna irregularidad, los técnicos de la Salem, de guardia 24 horas y 365 días al año, lo sabrían al instante. Estos instrumentos miden todo tipo de emisiones radiactivas, desde una fundición de una fuente radiactiva como sucedió en Acerinox, hasta el supuesto más grave, un accidente en una central. A raíz del suceso de la acería, se reforzó la vigilancia de las fuentes radiactivas huérfanas sin control y en los dos últimos años se han detectado 122 fuentes que procedían de otros países y que iban a ser recicladas como material metálico.
El primer paso en caso de suceso nuclear es realizar un diagnóstico de causas y gravedad de la emergencia, y confirmar la categoría del suceso. La escala internacional INES establece siete categorías (uno es "sin gravedad" y siete es la mayor). La sala de emergencias dispone de información instantánea de las salas de control de las centrales nucleares, y comunicación directa con las delegaciones de Gobierno de las comunidades con plantas nucleares, Protección Civil, Ministerio del Interior y el Gabinete de Crisis de Presidencia del Gobierno. Además, para los incidentes registrados en otros países que puedan afectar a España, el CSN recibe datos en tiempo real de organismos internacionales.
El objetivo del plan de emergencias es mitigar el impacto en la población y el medio ambiente y, así, una vez conocidas las características del mismo, los técnicos del CSN realizan proyecciones sobre la evolución que va a tener, con un pronóstico real y otro más catastrófico. En la Salem se reciben hasta un centenar de parámetros de cada planta, con información del reactor, refrigeración, sistemas de funcionamiento y variables meteorológicas, para conocer en caso de escape de partículas cuál sería su trayectoria. Adelantarse a lo que puede suceder es la clave. En función de esa información se decidirá si hay que repartir pastillas de yoduro potásico a la población expuesta a la radiactividad, y si hay que confinarla en un lugar seguro o evacuarla.
Todos los sistemas son redundantes, para no perder información
En la Salem se podrían gestionar simultáneamente dos incidentes. Además, todos los sistemas son redundantes para no perder información, todas las conversaciones telefónicas se graban y hay un generador eléctrico en caso de cortes de electricidad. Un dispositivo detallado al milímetro.
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