"Por suerte, me han dado trabajo"

José Manuel Ramos, de 52 años y vecino de Vilanova del Camí (Barcelona), ha trabajado siempre de albañil. Hasta hace poco más de un mes, era autónomo. Nunca le había faltado faena, bien porque algún ayuntamiento le llamaba y le ofrecía un encargo o porque un particular le reclamaba en una obra.

Pero hace algún tiempo su panorama laboral se oscureció. Tras años de trabajar "sin parar", se disipó la euforia en la construcción, que ha dejado tras de sí una feroz competencia y poco empleo para repartir. "Ahora mismo los autónomos no tenemos nada que hacer", explica Ramos.

Dejó de pagar los autónomos y se quedó en el paro. Su sueldo era la única fuente de ingresos del núcleo familiar, que conforman él, su mujer y su hija. La prestación del desempleo es demasiado justa para poder pagar la hipoteca y hacer frente a todos los gastos mensuales.

"Me moví y he tenido suerte. En un mes, ya me han dado trabajo", reafirma Ramos con una confianza que parece que, pese a las dificultades, siempre le acompaña. Contratado por la empresa CGM, es una de las personas que trabaja en las obras de pavimentación de la calle Major de Sant Just (Barcelona) que subvenciona el Fondo de Inversión Local.