Este artículo se publicó hace 14 años.
Ya son 232 los muertos por la explosión de un camión cisterna en Congo
Los muertos por la explosión del pasado viernes de un camión cisterna cargado de gasolina en el este de la República Democrática del Congo (RDC) ascienden a 232 y los heridos graves a 107, según cifras oficiales difundidas hoy por las autoridades regionales.
El suceso se registró en la localidad de Sange, región de Uvira, provincia de Kivu Sur, cuyo gobernador, Marcelin Cisambo, confirmó las cifras a los periodistas locales y constató en el lugar la destrucción causada por el incendio que se desatado tras la explosión.
Por su parte, el portavoz de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización del Congo (MONUSCO) Madnodje Mounoubai desmintió que entre los fallecidos hubiera "cascos azules", como se informó en un principio.
La MONUSCO, en coordinación con las autoridades de la RDC, ha volcado sus medios aéreos y terrestres para el transporte de heridos graves a Bukavu, capital de Kivu Sur, y Goma, capital de Kivu Norte.
En Goma, la MONUSCO ha destacado un equipo de ocho personas especializadas en el tratamiento de grandes quemados, según dijo Mounoubai en Kinshasa.
Mientras tanto, las autoridades congoleñas han empezado la inhumación de los fallecidos en fosas comunes, debido a la dificultad para su identificación, ya que los cuerpos están totalmente calcinados, según explicó ayer a los periodistas locales el vicegobernador de Kivu Sur, Jean Claude Kibala Nkolde.
Muchos familiares de los fallecidos asistieron ayer al entierro simbólico de cinco cuerpos en un terreno cedido por la MONUSCO, mientras en Sange, la localidad devastada por el suceso, se ha declarado una semana de luto.
En la noche del pasado viernes, en el centro de la localidad de Sange, entre Bukavu y Uvira, volcó un camión cisterna cargado de gasolina, procedente de Tanzania, lo que hizo que una multitud tratara de recoger en pequeños recipientes el combustible que se derramaba.
En ese momento, la cisterna explotó y ocasionó cientos de víctimas, muchas de ellas alcanzadas por el incendio que asoló gran parte de Sange, debido a que la gasolina derramada de la cisterna llegó a numerosos edificios de la ciudad que ardieron con gran rapidez.
La mayoría de los muertos eran hombres, más de sesenta niños y unas cuarenta mujeres, y casi todos han quedado carbonizados por lo que resulta muy difícil identificarlos, según dijo ayer un portavoz de la Cruz Roja congoleña.
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