Sanidad difunde entre los profesionales sanitarios el nuevo protocolo de gripe A(N1H1)

La Dirección General de Salud Pública ha difundido entre los profesionales de los servicios sanitarios el nuevo protocolo de actuación para el manejo de casos del virus de la nueva gripe, según informa la Consejería de Salud y Servicios Sociales.

Para ello, se ha seguido la estrategia consensuada con el Ministerio de Sanidad y Política Social y en aplicación de las recomendaciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud. La principal novedad de este protocolo radica en que todas las sospechas de gripe se manejarán de la misma manera, con independencia de la cepa de virus causante de la enfermedad.

Esto significa que el diagnóstico será clínico, al igual que sucede con los casos de la gripe estacional, sin necesidad de envío de muestras al laboratorio para el análisis virológico. El protocolo expone que cuando la gripe entre en fase epidémica los esfuerzos se centrarán en la mitigación del impacto sanitario y social del virus mediante la atención a los enfermos en su domicilio y en los centros sanitarios y será la gravedad del caso y la presencia de factores de riesgo lo que a criterio de los profesionales determinará la estrategia terapéutica adecuada.

Para casos leves de gripe se recomienda un tratamiento basado en antitérmicos y una contención de las relaciones sociales. Con respecto al análisis de las infecciones causadas por el nuevo virus, la vigilancia epidemiológica se sustentará en Asturias, como en el resto de las comunidades autónomas, en el Sistema de Vigilancia de Gripe a través de la Red de Médicos Centinela.

La Dirección General de Salud Pública considera necesario difundir entre los ciudadanos las medidas de prevención que pueden adoptarse frente a la gripe, como son, al estornudar o toser taparse la boca y la nariz con un pañuelo de papel y tirarlo a la basura y lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.

Por su parte, la directora general de Salud Pública, Amelia González, ha destacado la alta preparación del sistema sanitario para atender la nueva situación generada por la aparición del nuevo virus y la adaptación a las circunstancias y normas de uso que pueden variar en función de los momentos temporales de difusión de la enfermedad.