Este artículo se publicó hace 13 años.
El rodaje del final de la trilogía de Rafael Azcona llega a Asturias
Asturias acoge desde hoy el rodaje de "Los muertos no se tocan, nene", que junto a "El pisito" y "El cochecito", compone la trilogía "cumbre" del guionista Rafael Azcona, y que durante casi un mes se ha filmado en Logroño.
La fase final del rodaje se desarrollará en la localidad asturiana de Argame, donde se han recreado los escenarios principales en estudio, ha informado hoy la productora GONA, mientras que en Logroño se rodó también en exteriores.
Con esta película, que se estrenará a finales de mayo, tanto el director José Luis García Sánchez como los productores y los actores, casi 40, pretender rendir un homenaje al genial guionista Rafael Azcona (1926-2008).
"Los muertos no se tocan, nene" habría sido el final de la trilogía realizada por Azcona con el director italiano Marco Ferreri, con la que pretendían retratar la España de los años cincuenta del siglo pasado.
Sin embargo, no llegaron a rodarla, según ha recordado el productor Juan Gona en Logroño, "por problemas con la censura y luego por dinero"; después lo intentó Mario Camus, pero no lo consiguió.
Y tras la muerte de Azcona, Gona, García Sánchez, Bernardo Sánchez y David Trueba dieron el paso y pusieron en marcha esta cinta coral.
Basada en un libro homónimo de Azcona, "Los muertos no se tocan, nene" se desarrolla a finales de los años cincuenta en Logroño, cuando Fabianito asiste sorprendido a la organización del velatorio de su bisabuelo, momento en el que además descubre el amor.
Esta historia cuenta con la participación, entre otros, de Silvia Marsó, Mariola Fuentes, Carlos Iglesias, Carlos Novoa, Álex Angulo, Blanca Romero, Carlos Larrañaga y Pepe Quero, además del joven Airas Bispo, que encarna a un adolescente Fabianito.
La producción, que cuenta con la colaboración de los gobiernos de Asturias y de La Rioja, así como con las del Ayuntamiento de Logroño y TVE, pretende filmar la película siguiendo los mismos criterios de planificación e imagen de los dos títulos del dúo Ferreri-Azcona.
Así, la película retornará al blanco y negro, el sonido se doblará a posteriori, como se hacía antaño, y la planificación buscará emular los largos planos-secuencia en los que se entremezclaban cientos de historias paralelas.
El productor Juan Gona admite que "quizás esta no vaya a ser una película para los jóvenes, pero sí para todo el que conozca el cine de Azcona o el de (Luis García) Berlanga", en el que se muestra "una España lúgubre y una sociedad dura, acostumbrada a la tristeza".
Escogió como director a García Sánchez "porque él conoce el mensaje que Azcona quería transmitir, la segunda lectura de la película", que es "mostrar esa España de finales de los cincuenta, revestida por las peripecias de los personajes".
García Sánchez ha tratado de que los actores plasmen en esta película algo que él vio en los trabajos de Azcona y Ferrari, "el espíritu invisible del cine español, algo que viene de los cómicos de la República, que llevaban sus alegrías y sus tristezas siempre por fuera" y que en su opinión encarnó José Luis López Vázquez.
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