Este artículo se publicó hace 14 años.
Regresan españoles afectados por el maremoto con fuertes críticas a la labor del Cónsul
El matrimonio madrileño y los tres catalanes que estaban en una excursión botánica en la isla chilena de Robinson Crusoe, azotada el sábado por un maremoto, han regresado hoy a España, sin uno de los integrantes de la expedición y con fuertes críticas a la labor del consulado español.
Estas cinco personas han llegado hoy a Barajas a bordo de un avión de Iberia y han recordado a Miguel Marín, el joven de 29 años natural de Alella (Barcelona), al que vieron por última vez tendido en la orilla y con un golpe en la cabeza.
Así lo ha relatado Alejandro Puig, uno de los miembros de esta expedición, que ha detallado que le puso la mano en el cuello y no tenía pulso.
"Fui a avisar a los compañeros de que había muerto y cuando volvimos a bajar a la orilla, ya no estaba", subrayó Puig, quien relató que los buzos y los helicópteros chilenos que rastrearon posteriormente la zona no pudieron encontrar su cadáver.
Hipólito Serra, residente en la localidad barcelonesa de Vic, fue el último que le vio con vida, ya que compartía tienda de campaña con él.
"Le llamé varias veces, pero vi que se sumergía y no le volví a ver", destacó, Serra, mientras destacaba que el "tsunami" "se nos llevó muy lejos de la orilla, a unos 200 metros".
Por eso a Hipólito Serra no le quedó otro remedio que nadar contra las olas hasta que se agarró, primero a un palo y, luego a un tronco.
Los catalanes Miguel Marín, Alejandro Puig, Hipólito Serra y Luis Carreras y los madrileños Cristina Losa y Ramón Gómez forman parte de un grupo de paisajistas y botánicos, que cada año se reúnen en un parque natural.
Sobre el momento en el que les sorprendió el maremoto en la madrugada del pasado sábado, Cristina Losa recordó que se despertó "nadando dentro de la tienda, en un sitio en el que no hacia pie y sin saber de dónde salía el agua".
Losa explicó que el grupo se había ido de excursión a unos 16 kilómetros del pueblo donde se encontraban y no pudieron pernoctar todos en el refugio que había en la zona por falta de espacio.
Por eso, tres personas se quedaron en el refugio, otras dos en una tienda y las dos restantes en otra.
"El refugio desapareció, pero pudieron saltar. Dos de nosotros conseguimos salir y en la otra tienda sólo había dos porque uno se había ido afuera por una cuestión de ronquidos. De estos dos que se quedaron en la tienda uno logró salvarse y otro no".
Todos ellos han criticado el trato recibido por el consulado español, que, según Cristina Losa, les dijo que "no estaban para hacerse cargo de los turistas que andan por el mundo, que llamáramos a la familia para que nos mandaran dinero, que eso no estaba dentro de sus competencias".
En este sentido Puig, criticó que "pasaban absolutamente de todo, nos hicieron pagar los 15 euros del pasaporte", cuando todos los chilenos se desvivían con nosotros y nos ofrecían de todo gratis.
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