Este artículo se publicó hace 14 años.
Rajoy usa el Sahara y el Papa contra Zapatero
Afirma que el presidente no ha estado "a la altura"
Más que en campaña catalana, el líder del PP parecía estar ayer en el Congreso de los Diputados. Mariano Rajoy acudió a Tarragona a dar un mitin en clave nacional y utilizó como arma arrojadiza contra José Luis Rodríguez Zapatero tanto la visita del Papa a España como el conflicto del Sáhara. En su opinión, en ambos casos, el Gobierno no ha estado "a la altura".
El líder de los conservadores arremetió contra el Ejecutivo a cuenta de la crisis originada a raíz del desalojo por parte de Marruecos del campamento saharaui de Gdeim Izik. Para Rajoy, el Gabinete socialista está haciendo "un papelón" que "roza el esperpento". A su juicio, Zapatero ha desautorizado a la nueva ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, al "sacar a pasear" al anterior titular de la cartera, Miguel Ángel Moratinos.
Rajoy afirmó que Zapatero "está abdicando de sus responsabilidades". Y dijo que no le parece bien su silencio, más aún si lo argumenta con que lo hace por "los intereses de los españoles". Para él lo razonable sería defenderlos luchando por "la libertad, la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión e información". "Eso es lo que nos merecemos", proclamó. Y eso es lo que prometió en caso de llegar a la Moncloa.
Nacionalistas y dineroRajoy lamentó que el nuevo Gobierno "parezca que ya tiene 90 años". "Es imposible hacerlo peor. Es la quintaesencia de la incompetencia", afirmó mirando de reojo hacia el acto que los socialistas mantenían a tan sólo unos kilómetros del suyo y con el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubacalba, como protagonista. "¿A qué vienen? ¿A explicar lo bien que lo han hecho? ¿El empleo que han creado?", ironizó Rajoy, que prefirió no hablar de la lucha antiterrorista. La candidata del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, también cargó contra Rubalcaba recordando que Rajoy va a hacer la mitad de la campaña con ella y Rubalcaba se volvía en tren "en unas horas". En ese mismo AVE y en el mismo vagón se dio de bruces con el líder del PP, que también regresaba a Madrid.
Antes de irse, una pincelada catalana. Rajoy se alegró de que "CiU haya copiado el programa económico del PP. Y mantuvo que el nacionalismo "cuesta mucho dinero". "Lo que los catalanes quieren es un Gobierno que no acabe por imponer obligaciones identitarias", sentenció.
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